Envido y truco
EL MARTES. Alperovich (con armador famaillense de por medio) reunió en su quincho a ocho ex intendentes. EL MARTES. Alperovich (con armador famaillense de por medio) reunió en su quincho a ocho ex intendentes.
A despecho del calendario gregoriano, que se empecina con que 2017 ha comenzado el 1 de enero, el año electoral se ha iniciado, oficialmente, durante esta semana.

Al vicegobernador Osvaldo Jaldo le tocó inaugurar la temporada. Con independencia de las chicanas que intercambió con José Cano (titular del Plan Belgrano) y de Domingo Amaya (secretario de Vivienda de la Nación) sobre pasados alperovichistas y presentes macristas, hubo una pregunta pública del presidente de la Legislatura que marca el fin del tono componedor y el inicio de las hostilidades: ¿por qué Tucumán, el distrito más grande de la Argentina gobernado por el Frente para la Victoria, no recibe tantos recursos ni tantas obras de la Nación como Jujuy, en manos de la UCR pro macrista?

Cano devolvió las gentilezas con otra pregunta incontestable. Este Gobierno provincial, con un Presupuesto 2016 fue de $ 42.200 millones, y con $ 54.700 millones para este año, ¿no tiene dinero para realizar obras de infraestructura?

En este contexto de una dirigencia certera para las inquisiciones y esquiva para las respuestas, el gobernador Juan Manzur abandonó su sempiterna sonrisa para sumarse a los escarceos verbales, pero como ese no es su perfil (al menos, no por ahora), lo hizo a destiempo. Le pidió a la Nación que concrete obras de una vez en Tucumán, sin advertir tres cuestiones. Primero: la única obra encarada y terminada por el Plan Belgrano en el NOA es la remodelación de la plataforma comercial del aeropuerto de Tucumán (las obras en la pista y en la terminal están previstas para este año) para duplicar la exportación de arándanos. Segundo: él se sacó fotos recorriendo esos trabajos. Tercero: la obra costó $ 93 millones, menos de la mitad de los $ 200 millones durante junio, julio y agosto de 2015 salieron en valijas del banco oficial con dinero de la cuenta corriente de la Legislatura, cuando él era vicegobernador en campaña por el cargo que hoy ocupa.

Sin embargo, no es el frente externo el que más preocupa al binomio gobernante. Después de asumir en el marco de un escándalo institucional de proyección nacional por unas elecciones que llegaron a ser anuladas judicialmente por el festival de maniobras fraudulentas que las signaron; luego de tener a Alperovich en eterna campaña por demostrar que el poder es suyo y que vuelve en 2019; y tras ver asumir a Cano y a Amaya en un Gobierno nacional de signo político hostil, Manzur y Jaldo atravesaron un 2016 políticamente tranquilo (aunque judicialmente turbulento). Y hoy anuncian que Tucumán es uno de los tres distritos del país donde aumentó el empleo, mientras el macrismo se atraganta en explicaciones poco convincentes respecto del acuerdo millonario y dudoso entre la Nación y el Correo Argentino, que administra el padre del Presidente.

Si este es el rumbo de la administración federal, sus candidatos deberán hacer proselitismo pidiendo, alternativamente, paciencia y disculpas. No es, precisamente, un panorama que inquiete a los gobernantes locales. Por eso, las reacciones con respecto a los adversarios de Cambiemos sólo consistieron en respuestas verbales. Hubo durante esta misma semana, sin embargo, réplicas ejecutadas con hechos. Esas estuvieron dirigidas exclusivamente al frente interno.

Mezclando y repartiendo

El martes, el senador José Alperovich se reunió con ocho ex intendentes en el quincho de su residencia. Fueron de la partida Osvaldo Morelli (Concepción), Zacarías Khoder (Banda del Río Salí), Daniel Toledo (Yerba Buena), Luis Morghenstein (Las Talitas), Luis Campos (Alberdi), Alberto Olea (Monteros), César Dip (Lules) y el siempre gravitante Sergio Mansilla (Aguilares). Uno de los gestores del encuentro fue el famaillense Alcides Salomón, uno de los “armadores” actuales –e inseparables- del dueño de casa.

Al día siguiente, Jaldo se presentó justamente en Famaillá a participar de actos y recorridas con la intendenta Patricia Lizárraga, esposa del legislador Juan Enrique Orellana, y con el diputado José Fernando Orellana y su esposa, la legisladora Sandra Mendoza.

El elegante mensaje para Alperovich fue que se está comportando de una manera descontroladamente ansiosa.

La confirmación, bastante menos sutil, fue concretada ayer. Nueve intendentes almorzaron en Simoca bajo la advocación de consolidar la gestión de Manzur y de Jaldo. Se trató del anfitrión Marcelo Herrera, Carlos Najar (Las Talitas), Sergio Benegas (Alderetes), Darío Monteros (Banda del Río Salí), Francisco Serra (Monteros), Javier Noguera (Tafí Viejo), Jorge Yapura Astorga (Tafí del Valle), Jorge Leal -h- (Burruyacu) y el experimentado Leopoldo Rodríguez (La Cocha).

La semana pasada se había avisado aquí que las salidas del ex gobernador con su corte de ex intendentes ponía nerviosos a los actuales jefes municipales, que comenzaban a unirse por el espanto de que el “operativo retorno” en que está encaramado el ex mandatario supusiera también el regreso de sus predecesores. Esa incipiente liga de intendentes comienza a cobrar cuerpo y debuta bajo la égida del binomio gobernante.

Mostrar los naipes

Lo que se ve es que el oficialismo está jugando una partida de truco. Todos se mienten las cartas y redoblan apuestas. Alperovich sale a todas partes junto con su hija Sara, pero en el Gobierno casi dan por descartado que ella vaya a ser candidata.

Si se pega la oreja a las paredes de Casa de Gobierno, se oirá que el mentidero de esta semana tiene lanzados al ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, en calidad de hombre de confianza de Manzur; y al legislador Fernando Juri, en calidad de un peronista “histórico y neutral” en el delicado equilibrio interno de poderes actual. Pero esa pauta no respeta la tradición de armar la lista con referentes de las tres secciones electorales, porque ambos son de la capital.

Si se agudiza el oído en la Legislatura, el Yedlin que iría en la lista sería Pablo, el secretario general de la Gobernación, en nombre de que su pasada candidatura a la intendencia lo mantiene como el oficialista mejor posicionado en San Miguel de Tucumán. El otro nombre es el de Juan Antonio Ruiz Olivares, el “Gallego” de Monteros, referente del oeste.

En ambas griterías falta una mujer (en general, del interior; en particular, del este) que cumpla con el cupo femenino. Precisamente, no hay nómina completa porque, en los hechos, el oficialismo no se comporta hoy como un equipo completo. Todos andan tratando de robarle el “envido” al que se descuida…

Ciertamente, uno de los comensales de la liga de intendentes vio en vivo y en directo esta semana cómo se disputa esa truqueada. Luego de visitar a Cano en su despacho del Plan Belgrano, consiguió de la Nación una asistencia de un centenar de colchones y algo más del doble de módulos alimentarios. Al otro día, el propio Cano tuvo que mandarle por WhatsApp fotos de la documentación oficial en la que constaba la mercadería remitida por la Casa Rosada a la Casa de Gobierno, porque al intendente sólo le había llegado la mitad de la carga enviada por la Nación.

En definitiva, Manzur, Jaldo y Alperovich, y sus respectivos cortejos, se seguirán mintiendo entre sí hasta las 18 del 29 de octubre, el día de los comicios. Como ya se ha avisado, la convicción que los une es la de que, para que haya un futuro político posible en 2019, el Gobierno debe ganar los comicios de este año. Así que restan largos ocho meses de tragar sapos y más sapos.

Pero a las 18.01 de ese último domingo de octubre será la hora de mostrar las cartas.

En ese preciso instante comenzará la carrera por la gobernación. En la oposición local, el propio Mauricio Macri le dijo a LA GACETA el año pasado que José Cano es el candidato puesto para disputar ese cargo. En la interna oficialista, la primera palabra la tendrá Manzur. Si quiere intentar la reeleccción, le habrá llegado la hora de enfrentar a Alperovich, que le ha dicho en la cara que quiere volver a ser el jefe del Ejecutivo en 2019 y que, gracias al ocultado decreto que lo designa asesor de Casa de Gobierno, hace campaña entregando “ayudas” oficiales. Si Manzur insiste, al ex mandatario le será muy difícil desde la Cámara Alta disputarle el sillón de Lucas Córdoba a su actual ocupante.

Pero si Alperovich le quiebra al gobernador la voluntad de seguir gobernando, ya se sabe cómo sigue esa madeja.

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