Todos contra todos
No hubo ni hay aún espíritu de combate. Pero, dadas las circunstancias políticas, es posible que, más temprano que tarde, Mauricio Macri deba enfrentarse a los gobernadores. Y no en las urnas. Por ahora sólo hay algunos escarceos y reclamos hacia la Casa Rosada. La mayoría de los mandatarios volvió de las vacaciones por lo que puede entenderse que ayer, en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI) participaron de una cumbre para ir calentando motores. El club de los gobernadores de signo peronista es el ala blanda de la oposición al macrismo. La CGT es la fuerza de choque. La central obrera le pone más presión al Gobierno nacional, con el anuncio de una movilización para el día de la Mujer, el 7 de marzo, y un posible paro para fines de ese mes.

El horno no está para bollos. Ayer, en el CFI, se escucharon quejas acerca de la política adoptada por Macri en materia económica. “Castiga más el bolsillo de la gente”; “subió la nafta un 8% y ahora anuncia que aumentará la luz en torno de un 40%”; “nos transfiere problemas que, indudablemente, repercutirán en las provincias y, por ende, minarán nuestras gestiones”; “Macri no puede desantender la educación”. El rosario de quejas y lamentos continuaba a medida que promediaba la cumbre. Hubo quienes expusieron en las charlas informales que la economía no muestra signos definitivos de arranque y que sigue en punto muerto, como la lluvia de inversiones. “Así no se puede generar empleos como tampoco reducir los magros indicadores socioeconómicos”, señaló un asistente.

Varios de los presentes, a su vez, miraron de reojo a María Eugenia Vidal, la gobernadora de Buenos Aires, el distrito que marcó el punto de conflicto actual, con el cierre de las paritarias en torno de un 18%. “Ese porcentaje no puede ser replicado en otros distritos; no hay dudas de que nos van a pedir más si vemos cómo han aumentado las tarifas”, esgrimió uno de los asistentes. Otros, en tanto, pidieron prudencia, no sólo a sus pares, sino también al Gobierno nacional, a la hora de tomar medidas impopulares. Pocos observan que pueden capitalizar los ajustes de Macri en sus distritos. De una u otra forma, el electorado le pasará la factura a sus dirigentes. Por eso la propia Vidal trató de restarle dramatismo a una eventual derrota de Cambiemos en las elecciones parlamentarias que se vienen, al decir que “no es el fin del mundo” perderla.

El tucumano Juan Manzur, en tanto, no se baja del avión. Desde las alturas observa el panorama y prefiere no entrar en polémicas. Considera que aún es prematuro sentar posiciones y es posible que se expida casi al cierre de este mes, cuando los reclamos sean más incesantes entre los gremios estatales. No tiene el mismo apremio financiero que muchos de sus pares, pero tampoco quiere “tirar manteca al techo”, dicen desde su entorno.

Mientras la dirigencia sindical se pinta la cara para un posible enfrentamiento con la gestión de Macri, los gobernadores aguardan un llamado desde la Casa Rosada a un encuentro con los principales adalides del Presidente. En ese juego de especulaciones, se menciona la posibilidad que el mismo lunes el ministro del Interior Rogelio Frigerio reciba a los mandatarios provinciales. Éstos quieren plantear directamente que no sólo están preocupados por el envío, en tiempo y en forma, de los fondos para la educación, sino también que sean actualizados en función de la evolución inflacionaria. Hasta ahora sólo está programada la reunión de Frigerio con los ministros de Economía de los 24 distritos del país con el fin de elegir al equipo técnico que se encargará de analizar los nuevos índices de reparto de la coparticipación. Será el martes 14, justo el día de los enamorados.

Los enfrentamientos trascienden el ámbito electoral. Es un todos contra todos. El Gobierno con los gobernadores. Los gremios contra el poder y el poder contra los empresarios. En el medio, como siempre, los ciudadanos, usuarios o consumidores que pagan la cuenta con más reajustes del sinceramiento pasado, presente y futuro. Este 2017 no será un año tranquilo, a juzgar por las medidas y por las reacciones que se están observando en los primeros 33 días del año. La economía otra vez se está devorando a la política.

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