Por Roberto Espinosa
29 Enero 2017
Lo haremos sin chistar… Lo votamos a libro cerrado… ¿Que yo dije que él era más eficiente que usted? Por favor, debe haber escuchado mal, eso es imposible… - Si me equivoco, está muy bien que un funcionario me corrija… - Usted no se equivoca nunca… Yo siempre estuve con vos… Lo que usted diga, jefecito… ¡Su orden no se discute, se acata…! De tu boca solo salen verdades… No he conocido persona más inteligente que vos… Soy capaz de tirarme a la pileta sin saber nadar, si usted me lo pide… No entiendo a los que te critican, son unos desagradecidos, no se acuerdan todo lo que hiciste por ellos… Sus palabras, aunque sean críticas o reproches, siempre son música para mis oídos… ¿Sabía que yo soy la que más lo quiere…? No quieren entender que sos el mejor por lejos... Es el hombre que se puso la provincia al hombro y que se convirtió en el mejor gobernador de la historia… Vamos a dar la vida, no para que seas candidato, sino para que seas el futuro presidente… ¡Gracias por ser como sos…! El patroncito siempre tiene la última palabra y seguramente optará por lo más beneficioso para nosotros... Lo que más me gusta es que usted nos ahorra un problema, siempre piensa por todos nosotros, es una bendición tenerlo… Juro por el mejor gobernador de la historia de la provincia… Como yo siempre digo, sos el único que puede gobernarnos… Si me necesita no dude en llamarme a cualquier hora… Soy la persona más feliz del mundo cada vez me da más trabajo… En mi persona tiene al mejor servidor… Si hay otra vida en el más allá, me gustaría ser como usted… Me gustan hasta tus defectos…
Seguramente, habrá escuchado algunas de estas expresiones con cierta frecuencia. En pro de la unidad, tal vez sería hora de que se creara una dirección, secretaría, un ministerio (quizás sería demasiado) o un sindicato que promoviera intercambios, cursos de formación y de perfeccionamiento, que otorgara becas y premios, previa inscripción en el registro nacional de olfas. La lisonja y la calumnia marchan siempre en yunta, una te chupa las medias, la otra te descoyunta, ¿que no?
Seguramente, habrá escuchado algunas de estas expresiones con cierta frecuencia. En pro de la unidad, tal vez sería hora de que se creara una dirección, secretaría, un ministerio (quizás sería demasiado) o un sindicato que promoviera intercambios, cursos de formación y de perfeccionamiento, que otorgara becas y premios, previa inscripción en el registro nacional de olfas. La lisonja y la calumnia marchan siempre en yunta, una te chupa las medias, la otra te descoyunta, ¿que no?
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