23 Enero 2017
Benjamín Moisá, vocal de la Sala II de la Cámara Civil y Comercial de la capital, no cree que el problema central de los tribunales sea la feria de 45 días (enero y mitad de julio), como plantean organizaciones no gubernamentales, sino puntualmente la mala prestación del servicio de justicia que se brinda desde ese poder a lo largo de todo el año.
“El problema no pasa tanto por los días de feria, no superiores al receso educacional por ejemplo, sino por la virtual ‘paralización’ del servicio de justicia durante la feria y su, en muchos casos, oportunamente deficiente prestación durante todo el año”, planteó el camarista a través de Facebook.
Moisá se refirió así al informe difundido ayer por LA GACETA, en el que se da cuenta de varias ONG que agitan argumentos para terminar definitivamente con lo que consideran que son las vacaciones “de privilegio” de jueces, funcionarios y empleados. De hecho, se trata de uno de los puntos bajo revisión en “Justicia 2020”, el programa que auspicia el Gobierno de la gestión de Cambiemos. Ese proyecto para el Poder Judicial del futuro propone, entre diversas iniciativas, un cambio de la modalidad de la feria de 45 días: un mes en el verano y dos semanas más en el invierno.
El vocal civil y comercial considera que la feria de verano y de invierno no son el verdadero problema del Poder Judicial. “No debe olvidarse que magistrados, funcionarios y empleados judiciales, más allá de las horas de despacho, tienen afectación a tiempo completo a sus funciones, no pudiendo desempeñar ninguna otra actividad. A ello, cabe agregar el goce antojadizo y discrecional que se hace de la feria judicial, por lo menos en la Justicia de Tucumán, en franca violación a una acordada de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia del año 2011 que establece los tribunales de feria (magistrados, funcionarios y empleados) hasta el año 2020”, planteó Moisá.
El camarista hizo mención a la Acordada 1038/10, en la que se fijaron los turnos de la feria hasta 2020. En un anexo de ese documento se especifica año por año a qué oficina, de cada fuero, le corresponderá trabajar en el receso.
“El problema no pasa tanto por los días de feria, no superiores al receso educacional por ejemplo, sino por la virtual ‘paralización’ del servicio de justicia durante la feria y su, en muchos casos, oportunamente deficiente prestación durante todo el año”, planteó el camarista a través de Facebook.
Moisá se refirió así al informe difundido ayer por LA GACETA, en el que se da cuenta de varias ONG que agitan argumentos para terminar definitivamente con lo que consideran que son las vacaciones “de privilegio” de jueces, funcionarios y empleados. De hecho, se trata de uno de los puntos bajo revisión en “Justicia 2020”, el programa que auspicia el Gobierno de la gestión de Cambiemos. Ese proyecto para el Poder Judicial del futuro propone, entre diversas iniciativas, un cambio de la modalidad de la feria de 45 días: un mes en el verano y dos semanas más en el invierno.
El vocal civil y comercial considera que la feria de verano y de invierno no son el verdadero problema del Poder Judicial. “No debe olvidarse que magistrados, funcionarios y empleados judiciales, más allá de las horas de despacho, tienen afectación a tiempo completo a sus funciones, no pudiendo desempeñar ninguna otra actividad. A ello, cabe agregar el goce antojadizo y discrecional que se hace de la feria judicial, por lo menos en la Justicia de Tucumán, en franca violación a una acordada de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia del año 2011 que establece los tribunales de feria (magistrados, funcionarios y empleados) hasta el año 2020”, planteó Moisá.
El camarista hizo mención a la Acordada 1038/10, en la que se fijaron los turnos de la feria hasta 2020. En un anexo de ese documento se especifica año por año a qué oficina, de cada fuero, le corresponderá trabajar en el receso.
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