“La justicia es un valor que nos incumbe a todos”

“La justicia es un valor que nos incumbe a todos”

Funcionarios macristas dijeron que el sistema judicial del país no da abasto y que hay que dejar de transferir los conflictos a los magistrados. Devoto, secretario de Planificación Estratégica, cree que falta un cambio cultural que lleve la justicia a una dimensión personal .

EN TUCUMÁN. Mauricio Devoto, Martín Böhmer y Pablo Fraga, durante una visita a la provincia el 22 de diciembre. EN TUCUMÁN. Mauricio Devoto, Martín Böhmer y Pablo Fraga, durante una visita a la provincia el 22 de diciembre.
23 Enero 2017
Mauricio Devoto, Martín Böhmer y Pablo Fraga impulsan la política del lenguaje sencillo: quieren que la administración pública en general y el Poder Judicial en particular “hablen” con términos entendibles para el ciudadano común. De eso trata, en alguna medida, “Justo Vos”, el programa del Ministerio de Justicia y de Derechos Humanos de la Nación que en diciembre presentaron a diversas entidades e instituciones locales vinculadas con los Tribunales.

En una conversación con LA GACETA, los funcionarios nacionales dicen que la posición crítica sobre el lenguaje define la esencia de “Justo Vos”, un conjunto de iniciativas que, según Devoto, pretende romper la noción tradicional de la justicia: “esta se funda en la creencia de que el sistema judicial se agota en los jueces. Difícilmente la gente pueda definir la justicia, pero con seguridad entiende que es algo que le corresponde hacer a otro”.

Visión estándar

La visión estándar entiende que la búsqueda de justicia se sufre, pero no se comparte. “En el Poder Ejecutivo también cultivamos la idea de que es una tarea que atañe a otro poder, el Judicial. Pero nadie se acuerda de que la justicia, en realidad, es un valor. Entramos todos en la definición tradicional de ‘constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponda’. Esta actitud nos incumbe a los ciudadanos en general y no sólo a los jueces, que están al final del proceso de búsqueda de justicia”, expresa Devoto, que es secretario de Planificación Estratégica.

El valor “justicia” se pone en juego a diario en la vida y demanda soluciones al propio ciudadano. “El destino de estos conflictos de convivencia multiplicados por los 45 millones de habitantes dan como resultado una sociedad más o menos justa”, calcula Devoto. Y añade: “tenemos que dejar de transferir la responsabilidad de justicia a otro. Somos nosotros los que debemos proveerla porque el sistema judicial fue pensado como excepción, para suplir la falta de acuerdo de los particulares”.

Según la visión de Devoto, de Böhmer (director de Relaciones con la Comunidad Académica y la Sociedad Civil) y de Fraga (coordinador de “Justo Vos”), sin un cambio cultural que lleve la justicia a una dimensión personal no habrá más justicia en general.

“El sistema judicial no da abasto. Los atajos que tomamos en nuestra vida diaria, como tirar papeles en la calle, están agotados: los sumideros se taparon. Y el sistema judicial no está preparado para el incumplimiento generalizado de las normas sino para la transgresión circunstancial”, reflexiona Devoto. Lo peor, añade, es que ese tercero (magistrado) al que acudimos en forma permanente para que resuelva todo ya no responde: “se siente dios y ha abusado de sus privilegios”.

La corrupción propia

Con la premisa de “cambiá vos si querés más justicia”, el Ministerio que encabeza Germán Garavano se propone articular una serie de acciones educativas, de concientización, de mediación y de resolución temprana de conflictos.

“Además de, por supuesto, fortalecer el sistema judicial mediante el programa ‘2020’. Pero lo que realmente depende de nosotros, del Poder Ejecutivo, es incentivar otra filosofía sobre la justicia: mirar la justicia como nunca antes había sido vista. Parece muy elevado, pero es elemental porque parte de la necesidad de brindar soluciones rápidas y efectivas sin entrar en los Tribunales”, acota Devoto.

La prédica debe entrar, primero, a los reductos que sostienen la visión tradicional. Fraga llama la atención sobre el hecho de que los alumnos de Derecho suelen hacer la práctica profesional en Tribunales o como litigantes. “No se forman en centros cuyo objetivo sea evitar el pleito o pensar una respuesta a partir del problema planteado”, postula.

Cumplir las reglas

El coordinador del programa “Justo Vos” afirma que si todos cumpliésemos las reglas, habría menos cámaras de seguridad y policías. Böhmer por su parte señala que las facultades no enseñan ética profesional a los futuros abogados ni tampoco a reunir y tratar las pruebas.

“Los profesionales del Derecho no reciben formación relativa a la evidencia: cómo valorarla y recolectarla”, explica Böhmer.

En función de esos déficits, su Dirección organiza el dictado de asignaturas “atípicas” para Derecho, que incluyen argumentación persuasiva y redacción. Pero su preocupación central radica en que la universidad no incentiva el acuerdo y la conciliación: “los abogados supuestamente no pueden mentir ni defender actos fraudulentos, y deben ser leales y actuar de buena fe. Esto no lo sabe nadie y nosotros queremos insistir en eso”.

Devoto dice que las facultades de Derecho deben dejar de dirigir la enseñanza hacia el litigio. “Necesitamos pensar en el valor justicia, en la civilidad y en la urbanidad: toda una serie de principios que los estudiantes ignoran”, precisa. Böhmer sostiene que hay que volver a la responsabilidad de los pequeños actos: “si me subo a un ómnibus, ¿pago o no pago? Si el semáforo está en rojo, ¿freno o no freno? ¿Grito o no grito?”. Esta revisión del propio rol o función también vale para la corrupción que, según Devoto, solemos ver siempre en los demás: “siempre estamos hablando de los casos a gran escala, ¿por qué, además de eso, no empezamos a ver nuestras corrupciones?”.

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