Buscan a un “trapito” por el crimen de un joven

Eran las nueve del domingo. En el hall de entrada del edificio de Las Piedras al 600, un grupo de vecinas con rostros apesadumbrados dialogaba en voz baja mientras observaban extrañadas a los policías que iban y venían de un lado a otro de la propiedad. Minutos antes, los investigadores de la División Homicidios y de Criminalística de la Policía llegaron después de informarse sobre un hecho de sangre registrado en uno de los departamentos del edificio de cuatro pisos, ubicado en la zona céntrica de la capital tucumana.

Todo comenzó alrededor de las 8.30 cuando un llamado al Sistema de Emergencias 911 los previno sobre un hecho de sangre en el que un muchacho de unos 30 años había sido asesinado en uno de los departamentos del primer piso. El ataque habría ocurrió en la madrugada de ayer y hasta el cierre de esta edición los investigadores trabajaban para sumar datos que permitan avanzar en la pesquisa.

La víctima fue identificada como Esteban Largentiar. Los investigadores encontraron su cuerpo tirado en la cama y bañado en sangre que emanaba de una herida cortante en el cuello.

Según trascendió, Largentiar era jujeño y había llegado a Tucumán hace pocos días. En el departamento donde fue hallado sin vida, residiría su hermano, quien es estudiante.

Por el momento los investigadores no descartan ninguna hipótesis y aguardan la llegada de los familiares de la víctima (no se encontraban en la provincia) para realizar un relevamiento en el departamento y así determinar si pudo tratarse de un robo.

Se pudo establecer que en la escena del crimen se incautaron numerosos elementos de valor para la investigación, a cargo de la fiscal de feria Carmen Reuter.

Durante la mañana, mientras los expertos de Criminalística realizaban las pericias de rutina, los pesquisas de Homicidios comenzaron a entrevistarse con algunos de los testigos que podrían esclarecer algunos puntos oscuros en torno al fatal suceso.

Cerca del mediodía, el cuerpo de víctima fue trasladado a la morgue del Poder Judicial donde le practicarán una autopsia.

Testigo clave

Uno de los testimonios fundamentales es el del portero que cubre el turno de la noche en el edificio. Según trascendió, el sereno habría llegado a su lugar de trabajo cerca de las 23 del sábado. A esa hora habría visto a Largentiar junto a otro muchacho ingresando al edificio.

Más tarde, pasadas las 3 del domingo, el encargado nocturno observó a los dos jóvenes bajar y salir hasta la entrada del edificio, donde permanecieron un momento y luego volvieron a ingresar. Pocos después, el cuidador habría escuchado gritos provenientes del primer piso y casi a continuación el visitante bajó y le pidió que le abriera la puerta, retirándose del lugar.

Después, el portero fue hasta el departamento de Largentiar. La puerta estaba entreabierta así que ingresó y encontró el cuerpo sin vida del muchacho. De inmediato llamó a la Policía. Se sospecha que el autor del mortal ataque sería un “trapito” que cuida coches en la zona los fines de semana. Los investigadores trabajan para profundizar esa pista.

Vecinas preocupadas

“Esta es una zona de muchos bares y constantemente hay movimiento de gente que va y viene todos los fines de semana”, contó una vecina, quien pidió que se reserve su identidad.

Otra vecina (también pidió que se preserve su nombre) explicó: “no escuché ruidos sospechosos. Es difícil que entre alguien porque la puerta principal no se puede abrir desde afuera”.