La asunción de Donald Trump a la presidencia de EEUU

La asunción de Donald Trump a la presidencia de EEUU

En un marco de expectativa e incertidumbre en el mundo, Donald Trump se convirtió ayer en el 45° presidente de los Estados Unidos. La asunción estuvo matizada por episodios de violencia. Cuando el nuevo mandatario ya se hallaba en el interior de la Casa Blanca, se registraron corridas, roturas de vidrieras de bancos y comercios, incendios, represión y detenciones en los alrededores del Capitolio.

Desde que ganó las elecciones, como consecuencia de sus provocadoras declaraciones, sus contradicciones y sus críticas a la Unión Europea, en particular a la canciller alemana Angela Merkel, a China, a la OTAN, al acercamiento de su país con Cuba, una buena parte de la dirigencia mundial se alarmó. Amenazó a los mexicanos con construir un muro en la frontera de ambos países y dijo que se lo haría pagar a ellos. Sin embargo, no cuestionó a Rusia, el histórico adversario de Estados Unidos.

Sus palabras despertaron diversas conjeturas: algunos las consideraron tácticas, otros, desmesuradas, propias de una persona que no se halla en sus cabales. Se pronosticó que podría el causante de arrastrar al mundo hacia un conflicto bélico catastrófico. Afirmaciones de intolerancia y xenofobia han alimentado sus discursos, pero al mismo tiempo, puso en duda si cumpliría con sus palabras. Sus intervenciones públicas mostraron rasgos autoritarios propios del populismo, en este caso de derecha. En Nueva York, Trump ofreció una conferencia de prensa en la cual se negó torpemente a responder las preguntas de un periodista de la CNN por considerar que ese medio daba “noticias falsas”, poniendo en duda su respeto por libertad de prensa que ha caracterizado históricamente a ese país. Efectuó declaraciones contra los inmigrantes, las minorías y las mujeres. Anunció previamente que impulsaría una política proteccionista y que buscaría recuperar el trabajo para los estadounidenses.

En su discurso inaugural, el flamante gobernante de la primera potencia del mundo dijo algo de eso: “Debemos proteger nuestras fronteras de otros países que destruyen nuestras fuentes de empleo”; “durante muchas décadas hemos enriquecido a industrias de ultramar y empobrecido a las empresas de nuestro país (…) Hemos gastado millones y millones de dólares en ultramar, pero se ha caído la infraestructura estadounidense”; “desde este día, Estados Unidos viene en primer lugar, está en primer lugar. Toda decisión sobre comercio, impuestos, inmigración, sobre asuntos extranjeros será hecha para beneficiar a los trabajadores estadounidenses”.

Tocó la fibra la fibra nacionalista de los norteamericanos: “Cuando abrimos el corazón al patriotismo no hay espacio para los prejuicios. Estados Unidos será totalmente imparable”. Tras su discurso, oficializó por decreto que el 20 de enero fuera el Día Nacional del Patriotismo en Estados Unidos. También dijo: “Voy a luchar con ustedes en cada aliento que dé y nunca los decepcionaré”.

El showman multimillonario, sin experiencia política, que ocupa ahora la primera magistratura de su país, ha mostrado hasta el momento que es una persona impredecible. ¿Qué puede esperar nuestro país con esta administración que se inicia? Sin duda, que será un gran desafío acomodarse frente a las nuevas reglas de juego que ha anunciado Trump que impulsará, siendo fieles a nuestros principios y a la dignidad.

Las controversias y las protestas de compatriotas lo han acompañado hasta el día de su asunción. ¿Hará realidad todas las palabras previas? ¿Se cumplirán los vaticinios nefastos sobre él? ¿Cambiará el rumbo del mundo? Lo cierto es que por ahora Donald Trump es un enigma, que se irá develando a medida que gobierne.

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