La energía podría generarle a Israel nuevas amistades

La energía podría generarle a Israel nuevas amistades

ENERGÍA EN EL FONDO DEL MAR. El Atwood Advantage está perforando pozos de gas en aguas israelíes. Bryan Denton for The New York Times ENERGÍA EN EL FONDO DEL MAR. El Atwood Advantage está perforando pozos de gas en aguas israelíes. Bryan Denton for The New York Times
A bordo del buque Atwood Advantage, en la sala de control, frente a cuatro pantallas de video, un perforista originario de Mississippi (vestido en tonos oscuros y una gorra de béisbol negra con una calavera) tenía en sus manos lo que podría ser el futuro de Israel.

La enorme perforadora que controlaba se extendía 3.457 metros, a más de dos millas bajo la superficie de un tranquilo mar Mediterráneo. Se hundía en uno de los yacimientos de gas natural más grandes descubiertos en el mundo en los últimos años.

Otrora una isla yerma de energía en una parte del planeta por lo demás llena de recursos, Israel está impulsando una ambiciosa estrategia para explotar reservas en mar abierto que podrían transformar su economía y su lugar en una región históricamente hostil. Si todo sale según los planes, este país no solo será casi independiente energéticamente, sino también proveedor de sus vecinos, que tendrán una nueva razón para ser amigos.

No hay garantía de que todo salga según el plan, claro. Israel batalló años para elaborar regulaciones para administrar su riqueza recién encontrada. Las firmas energéticas internacionales con las que Israel dialoga tienen otras opciones en un mercado mundial en evolución. Y la política de una nueva era en la que el presidente electo Donald Trump alienta la acción israelí asertiva en Jerusalén y Cisjordania podría encender conflictos nuevos con los vecinos árabes.

Sin embargo, los optimistas ven motivos para tener confianza: ahora que se reanudó la perforación en el Mediterráneo se emiten licitaciones adicionales y se integran clientes nuevos, o al menos se habla al respecto. El gobierno en Jerusalén imagina construir gasoductos para transportar el gas israelí lejos, hasta Europa.

“De pronto, somos un jugador energético”, dijo Yuval Steinitz, el ministro de Energía en un recorrido por el Atwood Advantage hace unas semanas.

El potencial para mejorar las relaciones de Israel con sus vecinos es atractivo. Steinitz atribuyó a la energía la reciente reconciliación con Turquía, tras años de rompimiento en las relaciones diplomáticas a causa de una violenta confrontación en el mar que resultó en la muerte de 10 activistas turcos que trataban de romper el bloqueo naval a Gaza.

“Hace dos o tres años, algunos en Israel hasta pensaron que podríamos tener un conflicto armado con Turquía. Hemos abierto relaciones con uno de los países más fuertes en Oriente Próximo”, dijo Steinitz

Turquía no ha acordado un tratado energético, pero Jordania sí. En septiembre, Jordania firmó uno para comprar 10.000 millones de dólares en gas natural en los siguientes 15 años, lo cual suministraría 40 % de su electricidad.

Israel también tiene el ojo puesto en Egipto y sus funcionarios están contemplando un gasoducto hasta Chipre, Grecia y, eventualmente, Italia, para acceder a los mercados europeos. Para incluir a más empresas energéticas internacionales, acaba de licitar 24 bloques en el Mediterráneo; las ofertas se harán en abril.

Revolución

“Estamos en medio de una revolución”, dijo Nati Birenboim, un dueño del Grupo Tamuz, una consultoría que asesora a una de las compañías que participan en la licitación actual. “Si hubiéramos estado hablando hace 10 años y yo dijera que Israel encontraría una enorme cantidad de energía y sería casi totalmente independiente cuando se trata de la energía, usted pensaría que estoy loco. Eramos el país de la leche y la miel, pero cuando se trataba del petróleo, se lo dejábamos a nuestros vecinos”.

“No creo que podamos competir con Gazprom”, notó, en referencia al gigante energético ruso. “No creo que el gobierno turco nos esté esperando con los brazos abiertos”.

En Jordania, el cual tiene un tratado de paz con Israel, los manifestantes salieron a las calles a quejarse de que el reino se estaba atando a “la entidad sionista”. Por ahora, Jordania ha resistido la presión, pero la Autoridad Palestina canceló un tratado similar en el 2015, de cara a la oposición en contra de Israel.

Además de la geopolítica están las complicaciones del mercado. Debido a que los recursos de gas natural son más abundantes en todo el mundo y los precios están bajando, a Israel le podría resultar difícil atraer inversión internacional para llevar al siguiente nivel a su naciente sector energético.

“Los inversionistas no están derribando las puertas de ningún país como lo hicieron en la última década, y tienes que ser competitivo para atraer inversión porque las compañías van a ser muy selectivas en este mundo nuevo de precios más bajos y oferta excesiva”, dijo Daniel H. Yergin, el vicepresidente de IHS Markit, la consultoría en energía en Washington.

Israel ha estado buscando energía desde 1950, pero el avance se dio en 2010, con el descubrimiento de los yacimientos Leviatán y Tamar, que se dice contienen de 25 billones a 30 billones de pies cúbicos de gas natural. Una sociedad liderada por Noble Energy, empresa con sede en Houston, y el Grupo Delek -israelí- ha explotado pozos en Tamar; el primer suministro llegó al mercado nacional en 2013.

Ahora, con el gas israelí se produce más de la mitad de la electricidad del país y ha reforzado su economía. Leo Leiderman, principal asesor económico del Banco Hapoalim, estimó que, junto con un descenso general en los precios de los energéticos, el influjo del gas natural se tradujo en un 2% adicional del PBI. Y eso, con solo una parte de las reservas que se están explotando.

Todavía no se explota Leviatán, que es de más del doble del tamaño de Tamar, debido a las disputas sobre cómo debería regular el gobierno el potencial. Críticos como Shelly Yachimovich, dirigente de los trabajadores en el Parlamento, se quejó porque los “cerdos” corporativos se beneficiarían con los recursos que le pertenecen al pueblo de Israel. La sociedad con Noble resistió lo que calificó de cambio en la normativa después de haberse arriesgado e invertido dinero considerable en el proyecto.

Un comité gubernamental liderado por el profesor de economía Eytan Sheshinki presentó un nuevo plan de beneficios fiscales después de recuperar los costos de la exploración y el desarrollo. Sin embargo, aun tras haber resuelto eso, las autoridades en contra de los monopolios determinaron que las compañías representaban a un cartel.

El gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu respondió con un nuevo plan regulatorio, pero se lo anularon en los juzgados. Finalmente, se estableció un nuevo marco jurídico el año pasado con lo cual se abrió el camino para reanudar la exploración en el otoño.

El buque

El Atwood Advantage llegó al este del Mediterráneo en octubre, procedente del golfo de México, para perforar el primero de los nuevos pozos. “Somos el único barco que está haciendo esto en aguas israelíes”, comentó Myles Barrett, el gerente de ingeniería de la perforación en el este del Mediterráneo, en Noble, quien se mudó de Texas a Tel Aviv.

El barco de 238 metros de longitud es una plataforma de construcción flotante, guiada por la tecnología más reciente. Los satélites y las computadoras lo mantienen a pulgas de donde la tripulación pretende que esté para que el taladro que mande a las profundidades del mar permanezca estable. En un día calmo, el barco se siente asombrosamente sólido, como una isla artificial, con un balanceo que apenas se nota.

Con alrededor de 160 elementos de la tripulación y los perforistas a bordo, el barco despliega su taladro por capas de sal y roca. Los trabajadores agregan nuevos segmentos al taladro conforme va desapareciendo en el agua. Cada día o dos, un submarino no tripulado se dirige abajo para verificar la situación.

El pozo deberá empezar a producir gas pronto y el Atwood Advantage planea cambiarse a otro yacimiento para el fin del mes entrante. “Para mí, es como un sueño porque hace un año todos pensaban que era totalmente imposible que Israel pudiera reanudar la perforación”, dijo Steinitz, el ministro de Energía. “Y, ahora, se está haciendo. Está sucediendo”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios