Más basura que agua en las casas de Jujuy al 4.500

Más basura que agua en las casas de Jujuy al 4.500

Las contenciones que improvisan los vecinos no detienen las oleadas que llegan desde el canal abierto.

HISTORIA REPETIDA. Con el primer chaparrón, el canal que corre paralelo a la calle Jujuy se desborda rápidamente y el agua entra a las casas. HISTORIA REPETIDA. Con el primer chaparrón, el canal que corre paralelo a la calle Jujuy se desborda rápidamente y el agua entra a las casas.
11 Enero 2017
El temporal del lunes por la noche y madrugada de ayer dejó secuelas en muchos puntos de la provincia. En la capital cayeron 50 milímetros y la zona más afectada, según Fernando Torres, director de Defensa Civil, fue el barrio San Felipe, a la altura de la calle Jujuy al 4.500. Los vecinos no durmieron a causa de las inundaciones que sufrieron en sus hogares y por el corte de luz provocados por los vientos que afectaron el tendido eléctrico.

La mayoría de las viviendas de la calle Jujuy a esa altura están preparadas para las tormentas de verano. Tienen barricadas construidas en las entradas para evitar que el agua ingrese, pero a veces las lluvias son muy intensas y es tanta la acumulación de agua que supera estas estructuras y la correntada avanza en sus casas.

No es solo agua, sino también basura que se acumula y se estanca en el canal que corre paralelo a la calzada y que ningún organismo municipal se encarga de limpiar, según denuncian los vecinos. “La zanja es un foco de infección, está llena de bichos, encontramos hasta víboras… solo nosotros limpiamos la basura, nadie se ocupa de destrancarla”, reclama Karina Masa, una de las vecinas que se acercó para expresar su descontento por la falta de atención de las autoridades.

Los habitantes del barrio andan en ojotas, porque saben que deben caminar en el agua y en el barro. Hilda Coronel, de 71 años, titubeaba para cruzar la calle por temor a resbalar en el barro fresco, pero sus vecinos acudieron a ayudarla para llegar a la esquina de Jujuy y Dardo Molina. Hilda tiene dos hermanas discapacitadas y padeció la falta de luz durante toda la noche del lunes y la mañana de ayer. “Todos los remedios que estaban en la heladera se echaron a perder y no tengo el dinero para comprarlos otra vez”, se lamentó.

El reclamo de otro vecino, Adrián Gustavo Díaz, fue directo contra Defensa Civil, señalando un árbol inestable y añejo de gran altura. “Llamé muchas veces y me dijeron que ya se iban a encargar, pero seguimos esperando. Con estas tormentas algún día se va a caer y va a ser mucho más grave… ahí seguramente recién van a aparecer”, sentenció indignado y temiendo por sus hijos que jugaban bajo el árbol.

A pesar de la consternación que describe la imagen de la Jujuy al 4.500, hay muchos niños en la calle que no entienden la situación, pero son sus padres los que se preocupan por su calidad de vida. Roxana Paz le implora a su hija pequeña que entre a su casa mientras ella sale a ver si el agua está bajando. “No podemos dormir estando a la expectativa de si se inunda o no nuestra casa y encima de basura. Cada vez que llueve es así. No es sano para nuestros hijos” se lamentó.

Todos coinciden en que nadie se acercó al barrio y que nadie les brinda la ayuda necesaria. La indignación y la desolación son generalizadas. Según el pronóstico, las próximas tormentas serían este fin de semana, el escenario podría ser el mismo o podría empeorar. Hasta eso, los vecinos esperan una respuesta.

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