Cinthia, la enfermera qom que se dedica a su pueblo

Cinthia, la enfermera qom que se dedica a su pueblo

Originaria de la colonia La Primavera, en Mendoza, trabaja en el centro integrador comunitario, con jóvenes aborígenes.

10 Enero 2017
Después de estudiar Enfermería durante cinco años en la capital de Formosa, Cinthia Fernández (foto) volvió a su tierra natal: La Primavera, una colonia originaria qom situada al norte de la provincia con una población aproximada de 2.800 personas.

Cinthia tiene 26 años. Vivía con sus padres y sus cuatro hermanos. El más pequeño aún asiste al colegio secundario; su hermana Gabriela estudia Magisterio y sus otros dos hermanos, Ariel y David, están desocupados.

Cuando comenzó a cursar la carrera ella vivía con su tía, pero se le complicaba el traslado hasta la facultad y gastaba mucho dinero en colectivo. Entonces decidió alquilar una habitación en el Barrio Mariano Moreno, que le quedaba más cerca.

Comenzó a trabajar para costearse sus estudios, el alquiler y la comida, ya que el único ingreso familiar que tenían era por su padre (auxiliar en enfermería): “empecé cuidando pacientes particulares, control de presión o curaciones. También en el tiempo que podía limpiaba casas y mi papá me ayudaba con lo que podía”.

El gran cambio

Ahora Cinthia trabaja ofreciendo atenciones integrales de salud desde el Centro de Salud y el Centro Integrador Comunitario. Explicó cómo es el trabajo del equipo de salud que ella integra, que no se limita sólo a la atención en los consultorios sino que también hacen recorridos casa por casa, porque muchas veces las personas no pueden movilizarse. “El trabajo de los equipos de salud es muy valioso ya que a veces actuamos como interlocutores con los vecinos que no hablan español”, explicó.

Con respecto a los servicios de salud que se brindan en la comunidad, Cinthia sostuvo que hay atenciones médicas, de enfermería, odontológicas, obstétricas y tienen una ambulancia en el caso de que se necesite derivar algún paciente a un hospital.

En La Primavera funcionan escuelas primarias y secundarias, jardín de infantes, cuentan con agua potable, luz eléctrica y acceso a internet. “Algo que cuando yo era una niña ni me imaginaba poder tener”, afirma.

Durante el ciclo escolar recorren las escuelas y jardines de infantes junto a un médico, un odontólogo y vacunadores para actualizar la libreta de salud de los niños y les colocan las vacunas del calendario nacional según la edad que tengan.

Actualmente cerca de 20.000 niños y jóvenes aborígenes cursan en Formosa en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo. Entre ellos se cuentan unos 200 estudiantes universitarios y 500 estudiantes en los diferentes Institutos de Formación Docente y Técnica de la provincia. Cinthia fue una de ellos y luego de haberse graduado volvió a su lugar de origen para poner al servicio de su comunidad todo lo que había aprendido.

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