Nada fue casualidad

Nada fue casualidad

El fútbol en China es un tema de estado y las estrellas que llegan así lo demuestran.

SORPRENDIÓ. Lavezzi juega en el Fortuna Hebei.  SORPRENDIÓ. Lavezzi juega en el Fortuna Hebei.
09 Enero 2017
El reciente y multimillonario pase de Carlos Tevez a Shanghai Shenhua fue la caída de un vestido al piso que desnudó una serie de situaciones cuasi obscenas en el fútbol chino a la que muchos tenían el acceso condicionado. No es casualidad que “el jugador del pueblo”, con su traspaso, haya posibilitado que, al menos los argentinos, tengan el conocimiento de qué es lo que sucede en uno de los gigantes asiáticos con el deporte que nos apasiona.

“Dejame hacer una aclaración, antes que nada”, le pide Facundo Pérez Castro a LG Deportiva antes de contestar la pregunta sobre el “nuevo” estallido del fútbol en esas latitudes. El volante tucumano (ya retirado) tiene autoridad para hacer esa aclaración y varias más ya que además de jugar en Argentinos y San Martín (entre otros equipos), lo hizo en China por dos años y justamente en el equipo que se hizo de los servicios del “Apache”.

“Esto no es un boom de ahora. Esto ya lleva varios años, incluso desde que yo estaba”, aclara el ex jugador.

Quizás parezca exagerado pero para entender cómo es que la Súperliga China se transformó en una atracción para grandes jugadores como Tevez, Obi Mikel, Jackson Martínez, Oscar y hasta para Ezequiel Lavezzi, haya que trasladarse imaginariamente hasta 1979.

Ese año fue en el que la política de “un solo hijo” condicionó millones de familias chinas. Las parejas, por temor a la superpoblación, no podían tener más de un hijo. La ley se extendió hasta finales de 2015 y tuvo efectos secundarios.

“Se trató de un cambio cultural y social muy grande. En ese momento y desde que se modificó. En el deporte, por ejemplo, repercutió haciendo que los chinos sean competitivos únicamente para los deportes individuales y no los grupales”, analiza Pérez Castro.

Aquella consecuencia es una de las grandes razones por la cual China no es potencia en fútbol, por ejemplo. “Las autoridades tomaron conciencia de eso en su momento y se pusieron como objetivo revertir esa situación”, explica el tucumano.

A partir de la modificación de esa ley, el mercado chino comenzó a expanderse futbolísticamente con un objetivo claro: ser sede del Mundial 2026 y no pasar desapercibido como anfitrión.

Para eso, las inversiones -como las de Tevez, entre muchísimas otras- se multiplicaron en los últimos años para darle al torneo una importancia que antes no tenía.

Pero no solo de estrellas se compone el proyecto el sistema educativo se acopló con el objetivo originario. El presidente Xi Jinping, fanático de la disciplina, asumió en 2013 y tardó apenas dos años en el cargo instaurar al fútbol como materia obligatoria en las escuelas.

Según un informe de The New York Times, Jinping tiene proyectado tener 50.000 escuelas de fútbol para 2025, con 70.000 campos de fútbol y con 50 millones (de los casi 1400 que tiene en su totalidad el país) de jugadores habituales. Todo un desafío planeado como solo ellos pueden hacerlo.

El mismo Pérez Castro, cuando entre 2011 y 2012 estuvo en esas tierras sintió en carne propia los engranajes de esa maquinaria en movimiento hacia el progreso.

“El trato que recibíamos en Shangai era increíble. El club tiene un predio de primer nivel con 11 canchas y un hotel cinco estrellas con una habitación para cada jugador”, recuerda el ex “Santo” sobre un complejo del que disfrutará ahora disfrutará Tevez. “Eso sí -aclara- para ellos, sos el empleado de una empresa. No es como acá (en Argentina) que entrenás dos horas y estás desocupado. El club te pasaba a buscar a las 8 de tu casa, te dejaba en el predio, se entrenaba dos turnos, en el medio había sesión de videos y a las 19 te devolvía a tu casa. Como si fuera una oficina”, explica.

Todo suena lógico cuando ahora se conoce el gran plan que tiene pensado la República Popular de China. Nada puede estar librado al azar y mucho menos en algo tan importante para ellos desde hace varios años como el fútbol.

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