No les sobra nada
Lo que a uno le sobra, al otro le falta. En el amanecer del año electoral, el oficialismo y la oposición se despabilan con preocupaciones diferentes, husmeando entre las fortalezas y las debilidades propias y las de sus rivales. A simple vista, el Acuerdo para el Bicentenario parte con la certeza de contar con candidatos ya instalados, y el Frente para la Victoria con la incertidumbre de no saber dónde echar mano. Pero mientras el FpV tiene el respaldo de una estructura territorial e institucional gigantesca, el ApB aún deambula intentando superar sus internas.

José Cano y Domingo Amaya son los candidatos naturales del macrismo en Tucumán. Cualquiera sea la decisión final de Presidencia (si va sólo uno de los dos o finalmente los dos en la lista), el radical y el peronista son dos referentes opositores indiscutidos. De hecho, tras la campaña provincial de 2015 transitaron el 2016 con un alto grado de exposición pública y han logrado monopolizar la representación de la Casa Rosada en esta provincia, relegando a los amarillos con mayor antigüedad. Por el contrario, el oficialismo tucumano no encuentra candidatos. En sus últimos años, José Alperovich hizo uso y abuso de las postulaciones testimoniales de Juan Manzur y de Osvaldo Jaldo. Hoy, ni el gobernador ni el vice pueden candidatearse y el senador difícilmente se exponga en esta elección a diputados.

Aún más dramático para Manzur es que ni siquiera se percibe que haya dado comienzo formal al posalperovichismo. Así, lo único que florecen en el verano justicialista son las especulaciones. Por un lado, Alperovich juega a lanzar a su hija Sarita al ruedo, y se jacta de que más adelante se verá para qué está. Por el otro, Pablo Yedlin siente que es el único nombre potable de la Casa de Gobierno, porque perdió la intendencia capitalina hace más de un año con Germán Alfaro. Pero su hermano Gabriel cree que puede ser él y Miguel Acevedo cimenta sus ilusiones en los antecedentes de trampolín que tiene el Ministerio del Interior que conduce: cuando mira por el espejo retrovisor, ve que Jaldo y Sergio Mansilla pudieron dar el salto y se entusiasma. No obstante, Manzur, Jaldo y Alperovich saben que cualquiera de esos nombres se deberá medir con Cano o con Amaya. Por eso vaticinan en la cúpula del FpV que este año ninguno podrá prescindir del otro y que las internas deberán ser relegadas para mantener chances de retener el poder en 2019. Tan ajustados están que hasta los referentes locales de La Cámpora deberán ser contenidos en la lista, más allá de que el kirchnerismo catalogue como traidores a Alperovich y a Manzur.

Aunque el Acuerdo para el Bicentenario parta con la ventaja de tener nombres, cuenta con la desventaja de que su identidad está en crisis. Cano y Amaya, por su rol, deben priorizar al menos este año el sello de Cambiemos por sobre el del ApB. Y eso implica mucho más que una cuestión semántica, porque las heridas políticas ya comenzaron a aflorar en este espacio opositor.

Siempre fue difícil la convivencia entre macristas, radicales, peronistas y las otras fuerzas que integran la alianza, pero ahora los desprendimientos sólo dependen del tiempo. El intendente Alfaro se sumó plenamente a Cambiemos, y esa inclusión puede acabar con la participación de Libres del Sur en la coalición. El primer intento de forjar una separación en buenos términos se dio antes del brindis de fin de año. Personalmente, Alfaro y Cano buscaron persuadir al diputado Federico Masso sobre la conveniencia de que los dos funcionarios municipales de su espacio (Yanina Muñoz y Ernesto Gómez Rossi) presentaran la renuncia. El intendente le transmitió la presión que -dice- le ejerce el secretario del Interior de la Nación, Sebastián García de Luca, para acabar con la presencia de opositores en un municipio de Cambiemos. Masso, a ambos, les respondió que asumieran ellos el costo político de hacer el anuncio de la ruptura. Aunque sabe que el desenlace es inevitable, el diputado busca ganar tiempo mientras avanza en su postulación a la reelección en alianza con el Frente Renovador.

¿Cuánto daño puede ocasionarle a Cambiemos que Masso salga por afuera? Por lo pronto, un aliado suelto no es un buen augurio. Pero el impacto real dependerá en buena medida de cuán fuerte juegue Sergio Massa en Tucumán y de qué otras expresiones presenten candidatos. Ya Fuerza Republicana, con Ricardo Bussi al frente, dijo que está decidida a lanzarse con el soporte de los casi 70.000 sufragios de 2013. El objetivo de Cano y compañía es quedarse con dos de las cuatro bancas en juego, pero sí la oposición divide mucho su oferta terminará favoreciendo a la Casa de Gobierno. Y, si esa dispersión envalentona al oficialismo local, se le restarán chances de arrebatarle a Manzur el sillón de Lucas Córdoba dentro de dos años. La política se mueve en base a las expectativas, y los electores suelen mirar con desconfianza a los perdedores.

También el canismo observa con atención a los díscolos que puedan surgir incluso dentro de la alianza para debilitar a la lista “oficial” en las Primarias de agosto. Las miradas están puestas en el vicepresidente segundo de la Legislatura, el radical Ariel García, un dirigente sumamente crítico del rol de la UCR en Cambiemos y que cuenta con la inagotable ayuda del vicegobernador Jaldo, siempre solidario con estas causas. Pero, además de García, el PRO tucumano no quiere relegar más espacios en manos de los advenedizos radicales y peronistas. Por eso, el legislador Alberto Colombres Garmendia recuerda los 37.000 votos que obtuvo en las PASO de 2013 y sueña con presentarse este año y con colarse en la nómina final de Cambiemos. El macrismo “puro” apunta a 2019: si Cano será el candidato a gobernador, como ya anunció el Presidente, la vicegobernación tendría que ser para uno de ellos. El cupo peronista, en ese caso, deberían disputárselo Alfaro, que puede ser reelecto como intendente; y Amaya, que camina el interior de la mano de delegados rurales y del legislador Juan Ruiz Olivares. Por supuesto, la política aún está en la etapa de las habladurías y de las apetencias personales. La realidad, finalmente, suele ser mucho más cruel con los soñadores.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios