Antología 2016

Antología 2016

Te ofrecemos fragmentos de textos publicados en este suplemento a lo largo del año. Entrevistas a protagonistas de la cultura, reflexiones sobre algunos de los temas que marcaron el año, opiniones de algunos de los autores de los libros más celebrados por la crítica y los lectores. También ofrecemos una selección de doce títulos, publicados en los 12 meses de 2016, que vale la pena rescatar.

31 Diciembre 2016
Por José “Pepe” Mujica *

Una sociedad global sin proyecto colectivo


Un sistema inevitablemente es generador de una cultura. La burguesía fundadora del capitalismo levantó como principios fundamentales la mística del trabajo y del ahorro. Apostó a la ciencia y a la evolución tecnológica. Entre los bienes que nos dio están el de haber extendido en 40 años el promedio de vida y la multiplicación del acervo de la civilización humana. Pero los pasos de los hombres y las ideas tienen sus edades. Se ha perdido la vieja mística, hoy sustituida por una visión más especulativa de la riqueza. Hubo transformaciones muy serias en el campo de la cultura. Se ha creado una civilización laica. Vivimos en una civilización en la que el mercado es el nuevo dios. Una cultura funcional a las necesidades del mercado que impulsa un hiperconsumo. Una cultura no son solo los cuadros que se cuelgan, las bailarinas que bailan o la poesía que se escribe sino la cotidianidad de nuestras relaciones. Hoy parece que si no compramos, somos infelices.

* Publicado el 30 de octubre.

Por Marc Auge

“Asistimos a las últimas convulsiones de la locura religiosa”


Los atentados son uno de los aspectos de esta sociedad a nivel mundial. El terrorismo se ha hecho habitual. No se puede aterrorizar a todo un pueblo. La indignación y la ira son más fuertes que el miedo. En Francia, en Bélgica como en Estados Unidos o en otra parte. En ese sentido, estamos en una especie de repetición quietista. Pero yo nunca pensé que la historia haya terminado. Quizás, asistimos a las últimas convulsiones (pero, a escala histórica esto puede llevar tiempo) de la locura religiosa. Entiendo por locura religiosa a la empresa de alienación que sustituye el término Dios por el de hombre en sentido genérico. Cuando las religiones evolucionan, su aspecto humanista, por las buenas o por las malas, gana. El islam nunca alcanzó ese estadio y los que matan en su nombre encarnan un arcaísmo que han mostrado en su tiempo las guerras de religión en Europa. Nosotros expresamos confusamente esa idea hablando de islamismo.

* Entrevista realizada por Fabián Soberón publicada el 14 de agosto.

Por Luis Alberto Romero

Enseñanzas de 1816


A partir de un cierto momento -es difícil precisar cuándo- comenzó a manifestarse un desvió en el rumbo. La nacionalidad liberal comenzó a ser desplazada por otra con vocación unanimista y excluyente; se proyectó en gobiernos facciosos, intolerantes y autoritarios, que en su última fase fueron inutilizando o destruyendo el Estado que podía controlarlos. Paralelamente, el Estado se deslizó hacia el beneficio de los intereses particulares, en desmedro del interés general, concluyendo en un extendido prebendarismo. 200 años después, nos encontramos con un Estado inutilizado, incapaz de velar por el interés general, y una nacionalidad en la que fácilmente aflora la intolerancia. Este bicentenario coincide con la apertura de una posibilidad: reconstruir un Estado capaz de proveer el bienestar general y promover la unidad nacional. También, afirmar el gobierno de la ley y reparar las grandes injusticias sociales. Hay una oportunidad, pero no es fácil aprovecharla. Si alguna enseñanza nos viene de los hombres de 1816, ella consiste en confiar en el futuro y apostar a él con toda nuestra voluntad.

* Fragmento de un artículo publicado el 10 de julio.

Por Alieto Aldo Guadagni

Es hora de fortalecer la educación


La pregunta en esta celebración de nuestro Bicentenario es: ¿Podemos salir de esta crítica situación? Por cierto que sí, pero para ello tendremos que emprender un largo proceso que necesariamente habrá de proyectarse sobre varias generaciones. Será menester sacudirnos la indiferencia complaciente con que miramos nuestra realidad educativa y arribar a nuevos consensos urgentes e ineludibles. La educación nos debe importar a todos, ya que su situación actual conspira contra la posibilidad de desarrollarnos como Nación de una manera integral, es decir sin marginaciones excluyentes. Sin educación de calidad para todos no hay igualdad de oportunidades, es decir no hay justicia social. Nelson Mandela decía que “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Muchos pueblos ya han entendido este mensaje. De nosotros depende que Argentina impulse hoy el fortalecimiento de su sistema escolar, en sus cuatro niveles: inicial, primario, secundario y universitario. Eso sí, no hay demasiado tiempo, el trabajo no es pequeño y debe comenzar ya. Es la mejor manera de celebrar nuestra Independencia.

* Artículo publicado el 10 de julio.

Por Santiago Kovadloff

El Shakespeare argentino


Quienes leemos a Borges somos inmortales, mientras que él es mortal, ha sido mortal ¿Por qué ha sido mortal? Porque él ha sido único, él ha sido singular, él ha sido el Homero de nuestro tiempo, el Shakespeare argentino de nuestro tiempo, él ha sabido expresar la singularidad de su ser como muy pocas personas pueden hacerlo.

La mayoría de nosotros somos estereotipos, nos parecemos unos a otros en nuestras ideas, decimos “yo pienso” y nos ufanamos de pensar cuando en realidad lo que hacemos es repetir ideas que han tenido otros.

Yo podría decir que Borges fue un hombre de ideas propias, así como fue un hombre, sin dudas, de discreción personal. Ha logrado, además, esas dos posibilidades inusuales en cualquiera de nosotros: tener ideas personales y expresarse con una singularidad inconfundible. Todo esto se lo agradecemos porque, paradójicamente, en su palabra hemos quedado contenidos. Él nos enseñó, además, a reconocernos como hombres y mujeres del siglo XX.

* Nota publicada el 12 de junio.

Por Richard Ford

“La ficción se desarrolla según sus propios hechos”


Supongo que el término “concepto” tiene su origen más en la historia que en la literatura (si bien la ficción se desarrolla a partir de la historia). El valor que la historia tiene para nosotros es que los hechos en sí mismos (sucedió esto, sucedió eso, aquello no sucedió) tienen mayor autoridad que las teorías o las predicciones, o que las suposiciones fáciles. La ficción, con su estilo de estar presentando evidencia, reclama lo mismo, con toda autoridad: esto sucede en el relato: eso sucede, aquello no. Los humanos, por propia conveniencia, operamos sobre supuestos y convenciones acerca de la vida: esto es la consecuencia de aquello: esto es posible, aquello no lo es, etcétera. La ficción se desarrolla según sus propios “hechos”: esto sucede, aquello no, eso es consecuencia de aquello -y no interesa que uno piense que tales cosas son posibles, ni importa que sus suposiciones o convenciones le digan a uno lo contrario. La ficción presenta, mediante actos de la imaginación, aquello que es posible.

* Entrevista realizada por Fabian Soberón publicada el 26 de julio.

El futuro del periodismo

Por Juan Cruz Ruiz


El futuro del periodismo es todos los días; los desafíos nuevos son los viejos desafíos. La escritura es lo que importa; la escritura basada en la información. Desde mi punto de vista cuando pase el sarampión ocasionado por Internet el periodismo reclamará el sitio donde estuvo, y volverá a haber un periodismo sosegado, fiable, contrastado, como el que reclamaban Bill Kovach y Tim Rosenstiel en su libro Los elementos del periodismo. El futuro, por decirlo así, es el pasado, porque el futuro nunca llega, porque siempre está llegando.

* Entrevista realizada por Alejandro Duchini, publicada el 27 de marzo.

Periodismo e internet

Por Martín Caparrós


“Por un lado está el tema de cómo manejamos internet como fuente, para llegar a determinados datos, y por otro cómo lo usamos en cuanto a soporte para presentar el producto. Lo que pasa con los Panamá Papers es un ejemplo claro de cómo se puede conseguir información e incluso encontrar formas de trabajar en conjunto, lo que no es propio del periodismo: en este caso intervino mucha gente de muchos países. En cuanto a la forma de contar, estamos en un período fascinante. Antes se decía que para publicar en internet había que escribir textos cortos. Pero hoy hay textos larguísimos y nadie se espanta e internet además es un soporte para lo clásico. Aunque también hay formas propias de lo digital. Así como la crónica se define como una especie de periodismo que busca herramientas en otros géneros literarios, el periodismo digital debe hacer lo mismo: buscar herramientas en otros géneros digitales. Todo se resume en cómo contar de la mejor manera”.

* Entrevista realizada por Alejandro Duchini, publicada el 2 de mayo.

Qué enseñan los libros

Por Alberto Manguel


Están para que los leamos, para que los disfrutemos. A cada lector le ocurrirá algo distinto y particular con una lectura. Porque depende de quien lea, ya que el libro siempre es el mismo. Es uno quien cambia, o no, cuando termina de leerlo. También es uno el que decide qué hacer con ese cambio. Si uno relee determinado libro que en un momento nos marcó, al regresar a él encontraremos que tiene otro sentido. El libro es el mismo. Somos nosotros los que cambiamos.

* Entrevista realizada por Alejandro Duchini, publicada el 30 de abril.


El Brexit

Por Irvine Welsh


Me parece que el Brexit puede ser una llamada de atención a la burocracia europea que cree que todo se maneja de cierta manera. Por ejemplo, para la gente de clase media y baja no tiene ninguna importancia el tema de que se puede viajar a París sin sacar la visa. Sus sensibilidades han sido ofendidas, están desempleados hace tiempo. Como la izquierda ha fracasado, lamentablemente hoy en día, la oposición viene en la forma de neofascismo. Me preocupa la posibilidad de que haya más guerras. Cuando yo era joven gobernaba Thatcher, a mí ella no me gustaba. Ahora estoy aquí, en la Argentina, la idea de habernos matado entre británicos y argentinos me parece horrorosa.

* Entrevista realizada por Paula Varsavsky, publicada el 9 de octubre.

“Cuando digo mi apellido en Inglaterra, la pregunta es: ¿Me lo puede deletrear?”

Por Esther Freud


Te podés llamar Freud y la única pregunta que vas a escuchar es “¿Me lo puede deletrear?”. Sin embargo, en cuanto cruzo la frontera de Inglaterra y voy, por ejemplo, a París, la gente en seguida se interesa y me empieza a preguntar. Diría que agradezco el hecho de que no sea donde vivo. Para que tengas una idea de hasta qué punto el nombre no tiene significado aquí te cuento una anécdota. Resulta que uno de mis primos llamó a un taxi por teléfono y lo reservó bajo su nombre. Luego volvió a llamar para cancelarlo y le dijeron que no tenían ningún taxi reservado para el Señor Freud, tenían uno para un Señor Ford, él dijo que lo cancelaba, le contestaron que para cancelarlo tenía que llamar el Señor Ford. Volvió a llamar, dijo que se llamaba Ford y se lo suspendieron.

* Entrevista realizada por Paula Varsavsky, publicada el 11 de diciembre.

La amistad con García Márquez

Por Plinio Apuleyo Mendoza


Yo estaba a cargo de la revista Libre, donde escribían todos los escritores del boom, y sucedió el caso de Heberto Padilla. Lo detuvieron y Mario Vargas Llosa me dijo: Esto es algo que deben haber hecho a espaldas de Fidel, escribámosle una carta manifestando la inquietud. Comencé a buscar a Gabo pero él estaba visitando su tierra natal, andaba por Macondo. Entonces dije: Pongan la firma de Gabo, bajo mi responsabilidad. Y la carta salió así, con la firma de Gabo. Gabo no rectificó. Fidel nos trató muy mal, nos trató de escritores burgueses. Pero después Gabo me mandó una carta privada en la que me decía que él no quería firmar porque Padilla era un tipo conflictivo y tal. Entonces me tocó ir a Prensa Latina. El director era un brasileño. Le dije: Te voy a hacer un regalo del carajo, vas a saltar en una pata de alegría: Gabo no firmó. Pero no le echen la culpa ni a Vargas Llosa ni a Goytisolo, la culpa es mía. Y ahí fue donde Fidel Castro le puso el ojo, lo invitó y se hicieron muy amigos... Pero descubrí un truco, y es que cada vez que había que firmar una solicitada por algún preso siempre hacíamos un enlace con Gabo para que él hablara con Fidel y así pudiéramos salvar al prisionero.

* Entrevista realizada por Marcelo Gioffré, publicada el 13 de noviembre.

“El 80% de los argentinos quisieron ser futbolistas”

Por Eduardo Sacheri

Creo que si les preguntas al 80% de los argentinos, quisieron ser futbolistas, y no pudimos. También los escritores. La ventaja es que los escritores armamos el mundo como queremos. De alguna forma de eso se trata escribir, jugar a ser un diosito de entrecasa con tus personajes. Por otro lado, escribir estos cuentos es un volver a la infancia, un volver a la esencia, un manera de meterte con la identidad. Me parece que el fútbol nos expone en lo que somos, cuando lo jugamos, cuando lo vemos y cuando lo escribimos también. Entonces se convierte en una buena puerta de acceso a cosas más profundas. Si un cuento de fútbol se queda en el hecho de contar dónde pegó la pelota o cuándo terminó el partido, bueno, para eso ya está el fútbol que es muy interesante de por sí. Me parece mucho mejor usar al fútbol para hablar de las cosas que los seres humanos ponemos ahí, aunque vengan de otro lado.

* Entrevista realizada por Máximo Mena, publicada el 31 de julio.

Acqua alta

Por Abel Posse

Para disimular la tensión Ripa se dirigió al invitado de honor.

– ¿Es la primera vez que está usted en Venecia, señor Borges?

– No -dijo Borges- estuve con mis padres en 1916. Entonces la vi y la admiré, hecho ineludible para cualquier persona sensata. Es difícil recordarla ahora, sin la luz de entonces. Trato de rememorar edificios, lugares, algún sonido. Pero todo está muy lejos, tal vez solo una confusión de palacios de mármol tambaleando en el limo de la laguna, flotando, perviviendo. Creo sin embargo, recordar que ya, hace más de medio siglo, la gente temía por el destino de Venecia. En suma: mis recuerdos, mi Venecia, es de color sepia, como esas fotos viejas, de 1916, ¿era 1916, digamos?

Lo miré mientras hablaba y pensé que la luz aquella le servía para reconstruir la visión de lo real que ahora no veía. Algo similar a esa luz de estrellas extinguidas hace milenios y que nos llega viajando todavía por el espacio para componer esa noche estrellada que admiramos desde nuestro jardín. Luz que llega desde la muerte de su origen. Sobrevida viajera de la luz.

* Nota publicada el 30 de octubre.

La razón literaria

Por Guillermo Martínez


“Tengo una cantidad de convicciones sostenidas en el tiempo contra cierto nuevo sentido común de la crítica dominante y del que resumo aquí algunos trazos:

Mi sospecha de que exista algo así como un sistema de literatura argentina: esto parece históricamente más bien una cuestión de lobbies académicos y cierta pereza intelectual por incorporar lo nuevo que hace arrastrar por inercia y acumulación de papers nombres enseñados de profesores a alumnos.

Mi resistencia a pensar la literatura como una cuestión de nombres, para mí es más bien una cuestión de obras (salvo en algunos autores que se repiten idénticos a sí mismos de obra en obra).

Mi escepticismo respecto a lo que se quiere hacer pasar en nuestra literatura como vanguardia o experimentación, y que en casi todos los casos veo como repetición de ideas de hace cien años.

Mi preferencia de la noción de “originalidad” frente a la noción de lo simplemente ‘novedoso’”.

* Entrevista realizada por Fabián Soberón, publicada el 22 de mayo.

La Historia oficial

Por Osvaldo Bayer


“Se impuso una línea liberal positivista; la de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Julio Argentino Roca. Por ejemplo, Sarmiento tiene cosas positivas como la de la educación para todos y gratuita, pero era un racista insoportable. Hay que leer sus libros; su madre tenía la mitad de sangre india pero él trató siempre de olvidar eso. Para él el modelo era el de Estados Unidos, por eso trae las maestras norteamericanas contratadas para que nos enseñen a ser como los norteamericanos, quienes todavía en ese tiempo tenían esclavos. Cuando Juan Bautista Alberdi hace un análisis de lo que fue la Campaña del Desierto y dice “estas enormes pampas han quedado vacías”, han sido exterminados los pueblos originarios. Afirma que “ahora había que poblar con europeos esta zona” y Sarmiento le responde “sí, pero con europeos del norte”, es decir, él querían que vinieran alemanes, suecos, noruegos, holandeses e ingleses, porque esos fueron los inmigrantes que formaron Estados Unidos”.

* Entrevista realizada por Alejandra Crespin Argañaraz, publicada el 6 de marzo.

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