Los recambios electorales
¿A quién le sirve poner en capilla al gabinete nacional justo cuando se cierra el año, el ejercicio fiscal, el balance o el período? ¿Es Cambiemos, acaso, un kirchnerismo con buenos modales, como suele predicar el economista José Luis Espert? ¿Por qué Mauricio Macri no ha esperado hacer las modificaciones luego de las vacaciones que se tomó? ¿A quién le conviene arrancar el año electoral con un maquillaje en el elenco oficial? Está claro que estas y muchos otros interrogantes no se pueden responder de un día para el otro, como la decisión que adoptó el presidente al solicitarle la renuncia al ministro de Hacienda y Finanzas. Alfonso Prat-Gay se despidió ayer con un anuncio rimbombante: el Régimen de Sinceramiento Fiscal ya alcanzó la declaración de unos U$S 90.000 millones. Se va sin pegar el portazo y poniendo un signo de admiración respecto de la foto que se sacó con Macri, en La Angostura, justo en el momento en que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, difundía que el propio Presidente le había solicitado la renuncia. Prat-Gay, en su primera aparición pública tras ese anuncio y tal vez en la última declaración a la prensa como ministro, no se mostró como un hombre abatido por las circunstancias. Aún más, en su entorno creen que puede llegar a volver en otra etapa y en otro cargo durante esta gestión, aunque eso dependerá -en demasía- del resultado que Cambiemos obtenga en las elecciones de medio turno. La puerta no se cerró del todo.

Ahora bien, ¿Tucumán gana o pierde con el alejamiento de Prat-Gay? Ni lo uno, ni lo otro. El Ministerio de Hacienda y Finanzas no está tan cerca de las provincias como sí la cartera del Interior, que cobija a los gobernadores. Prat-Gay mantuvo una relación cercana con el gobernador Juan Manzur. A tal punto que, en abril pasado, lo invitó a compartir un viaje a Bahamas en oportunidad de la asamblea anual que organiza el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por el lado institucional, por ahora, la provincia no necesita de Hacienda ni de Finanzas, sencillamente porque la actual gestión local no está pensando en colocar deuda en el exterior. Además, desde esa área, es casi improbable hacer política. Prat-Gay lo sabía y hasta esa situación le incomodaba porque está acostumbrado al debate político. Esa discusión, no obstante, no se dio con la oposición, sino con un ala de la Casa Rosada.

¿Por qué su alejamiento no causó una crisis? Macri aún goza de los coletazos de esa suerte de luna de miel que la sociedad les da a los nuevos presidentes. Si bien los indicadores socioeconómicos han marcado los efectos de una prolongada recesión, las expectativas de la sociedad siguen orientadas hacia un repunta de la actividad durante 2017. En el plano político, a Macri lo sigue favoreciendo la quietud y la falta de liderazgo en la oposición, particularmente en el Partido Justicialista. El jefe de Estado dialoga con varios referentes opositores con decisión parlamentaria o gubernamental que, en cierta medida, neutralizan el descontento de la franja kirchnerista. Y aquí resta saber si el año que viene el PJ saldrá de aquel letargo en el que se sumió tras las elecciones de 2015. En los hechos, Macri ha mostrado ciertas facetas kirchneristas al momento de comunicar o tomar decisiones, como en el caso de los mentados recambios dentro del organigrama nacional. Macri necesita mostrar que es él, y solamente él, el que tiene las riendas en la mano.

En el escenario tucumano, la situación no asoma con grandes confrontaciones públicas. Manzur despidió el año, reclamando a su tropa que no contesten acusaciones de los opositores. El gobernador, que se tomará vacaciones durante la primera quincena del nuevo año, aún está cavilando las candidaturas. Mucho dependerá de sus charlas con el vicegobernador Osvaldo Jaldo y con el senador José Alperovich. Se mencionan nombres, pero la lista definitiva aún no alumbra. Por el lado opositor, todo indica que la Casa Rosada quiere a José Cano como la principal oferta de Cambiemos en territorio tucumano. Domingo Amaya, que ayer recorría Catamarca, es el otro posible postulante, más aún cuando ayer se mencionó entre las posibles bajas en la reestructuración del Ministerio del Interior. A veces, las necesidades electorales son más fuertes que las ganas de seguir en un cargo.

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