Sólo falta una firma para que quede libre el “bromista”

Sólo falta una firma para que quede libre el “bromista”

En cuanto se expida el juez Daniel Bejas, Claudio Calvi dejará atrás su detención. Su familia aún mantiene esperanzas de tenerlo presente en la casa para que esta noche comparta la cena navideña.

DETENIDO. Calvi está privado de su libertad desde el martes. Ya fue llevado dos veces a los Tribunales Federales. la gaceta videos / matías quintana DETENIDO. Calvi está privado de su libertad desde el martes. Ya fue llevado dos veces a los Tribunales Federales. la gaceta videos / matías quintana
24 Diciembre 2016
Todo el día estuvieron expectantes. Solamente faltaba que el juez Daniel Bejas estampara su firma para que Claudio Calvi, más conocido como “el bromista del aeropuerto”, regresara a su casa y comenzara a organizar la cena familiar de Navidad. Pero eso no ocurrió ayer. Sin embargo, sus seres queridos no pierden la esperanza de tenerlo en la cena navideña familiar, el objetivo para el cual viajó su suegra a Tucumán en el avión del escándalo.

El hombre fue detenido el martes a la noche cuando se presentó en el aeropuerto para buscar a su suegra que venía de Buenos Aires con el propósito de pasar las fiestas de fin de año con su familia en Tucumán. La pesadilla de Calvi comenzó cuando se acercó al mostrador de Latam para averiguar si el vuelo llegaría en horario y deslizó una broma. “Vine a esperar a mi suegra, si se cae el avión es porque yo puse una bomba”, aseguró una empleada que le escuchó decir. Sin embargo, la abogada defensora Silvia Furque negó esa versión y reprodujo lo que Calvi declaró ante Bejas: “nunca dije que si ese avión se caía era porque yo había puesto una bomba. Lo que dije es que mi suegra de 85 años viajaba en él, y que la espera para ella iba a ser una bomba”.

Esa sola palabra, “bomba”, desató un revuelo. La empleada de Latam dio aviso a la Policía y se puso en marcha el protocolo de seguridad: un avión que se dirigía a Tucumán fue desviado, se desalojó el aeropuerto y el vuelo en el que viajaba la suegra de Calvi aterrizó en otro sector de la pista para que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) revisara si había algún explosivo dentro de la aeronave.

Después de que el hombre prestara declaración ante el juez y que se lo imputara por entorpecimiento del espacio aéreo, su abogada pidió que lo dejaran en libertad. Furque explicó que las penas previstas para ese delito van de tres meses a dos años de prisión, por lo que es excarcelable. La letrada realizó las presentaciones pertinentes, pero hasta ayer no consiguió que Bejas autorizara la libertad. “No nos opusimos a la excarcelación, bajo caución real y dejando a salvo el criterio del juez de pedir informes de reincidencia y socioambiental antes de proceder”, había explicado a este diario el fiscal Pablo Camuña el jueves.

Si bien esas declaraciones le habían dado esperanzas a la defensa, aún no consiguieron que “el bromista” regresara con su familia y hoy realizarán un último y desesperado intento para lograrlo.

¿Cómo pasará la Navidad Calvi si no lo liberan? Según explicó Furque, solo tendrá la compañía de los policías, lejos de sus seres queridos. Como a sus familiares no les permiten visitarlo de noche, su hija se trasladará desde su casa de Yerba Buena hasta el aeropuerto solo para llevarle la cena.

La letrada también contó que, si bien los familiares de Calvi están tristes por la situación que deben vivir, les alivia que el hombre no haya sido alojado en una comisaría. Al no haber celdas en el aeropuerto, se improvisó su encierro en una oficina de la PSA donde -dijo Furque- los policías “son señoritos ingleses” y “lo tratan muy bien”.

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