Que los políticos cumplan los deseos que vuelquen en Twitter

Que los políticos cumplan los deseos que vuelquen en Twitter

Si este año intentó ser el de la gestión, la institucionalidad y la política; el que viene seguro será el de la gestión, la política y lo electoral. En 2017 las instituciones quedarán a merced de los intereses electorales de los hombres, por lo que la gestión se subordinará a la acción política. Puede parecer una observación con connotaciones negativas, pero la proximidad de los comicios nacionales influenciará en dichos y hechos de la dirigencia. El ciudadano será visto más como un elector a convencer o como un mero voto a pescar; por lo que se potenciarán las mezquindades, los egoísmos y la demagogia. Dicho sin connotación.

Cesarán las apelaciones al diálogo y al consenso que marcaron las relaciones entre oficialismos y oposiciones, ya que en tiempos electorales vale más diferenciarse con el adversario -denuncias y acusaciones de por medio-, antes que parecer ser más de lo mismo. No provoca réditos, por lo menos en la teoría. Papeles que deben asumir con una resignación casi romántica, cada uno con un mensaje propio para seducir al electorado.

A diferencia de otras elecciones intermedias lo que estará en juego en octubre próximo es la chance de abrir las puertas a la continuidad o al cambio en el poder en la Nación en 2019. Macri, según los cálculos previos no podrá tener un Congreso favorable durante todo su mandato, por más que los números le sonrían el año entrante; sí puede usufructuar un clima de victoria para consolidar su gestión y soñar con una reelección posible dos años después. En el mismo caso la oposición, o bien el peronismo en sus distintas vertientes, tratará de que los comicios sean un escalón hacia la reincidencia presidencial.

En medio de dramas

Lidiarán unos con otros, gestión de por medio, haciendo política-electoral. Gestionarán para el elector, no para el ciudadano, que puede quedar atrapado en esa disputa de diferenciaciones. Nada bueno puede resultar si con los dramas sociales del país -desocupación y pobreza en crecimiento-, los políticos en vez de consensuar salidas para atacar la falta de trabajo, los niveles de exclusión, la marginalidad, la inseguridad y el narcotráfico; tratan de diferenciarse echándose la culpa por la inacción de los otros y sólo para captar adhesiones.

El ciudadano es elector soló en los días de votaciones, pero es ciudadano los 365 días del calendario. ¿Qué van a priorizar los hombres desde las instituciones? Poner todo en su justa medida parecerá una misión casi imposible. Esta noche, con los brindis en familia, la clase gobernante podría reflexionar al respecto. Luego le quedarán siete días, hasta el 31, de preparativos para acometer lo que se viene. Que todos los deseos de buenas intenciones cristianas que desparramarán los dirigentes durante estas horas por las redes sociales, en Twitter y Facebook, se verifiquen el año próximo. Ojalá. ¡Que Dios te oiga!, como diría la popular.

Los antecedentes de los últimos días obligan a desconfiar sobre lo que puede sobrevenir en el mundo de la política, donde la conveniencia sectorial está por encima de los beneficios comunitarios. Así, por ejemplo, en los últimos días, desde ambas tribunas los contrincantes pasaron de ser impostores a sensatos y de mentirosos a reflexivos; y sólo en cuestión de horas. Ganó la sensatez, llegaron a decir. Si son capaces de tamañas hipocresías, qué se puede esperar en el marco de la disputa electoral.

Macri, de una, pasa de agradecer el acompañamiento a Manzur durante su gestión a quejársele en la cara de que no acompaña la reforma electoral que impulsa la Nación. Cal y arena. Socios y adversarios. Si así marchó la relación esta año, los comicios que vienen pueden ahondar la grieta. Hay que jugar a ganar, por más que la distribución de bancas pueda resultar en un empate técnico.

El año próximo concluyen sus mandatos Miriam Gallardo y Mabel Carrizo, por el FpV, y Juan Casañas y Federico Masso, por el ACyS. Si Gallardo quiere repetir tendrá que esforzarse para ser elegida. Por lo menos se está distanciándose del kirchnerismo duro con el que supo identificarse. Esta semana, en Diputados, se quedó en el recinto y acompañó el proyecto consensuado de ganancias, lo mismo que hicieron Alperovich y Beatriz Mirkin en el Senado. O sea, juega con la Provincia, con los que dijeron que Cristina ya fue. Se está alineando.

Curiosidades de por medio

Mirando los resultados que se produjeron en 2013 y, en función del panorama actual, se destacan algunos hechos significativos. Primera curiosidad: no dejarán sus bancas, precisamente, los que las ganaron hace tres años, lo que debe llamar la atención sobre las candidaturas testimoniales de Manzur, Jaldo, José Cano y Elías de Pérez. Segunda curiosidad: ese año la oposición le quitó una banca al peronismo provincial, pero después la “perdió” cuando Masso asumió en reemplazo de Cano en el Congreso se sumó a la oposición a Cambiemos. Tercera curiosidad: Cano, de encabezar la lista de diputados, podría llevar como segunda a Beatriz Avila, su “opositora” provincial en aquellos comicios. Al titular del Plan Belgrano es a quién más le agrada la posibilidad de que la esposa del intendente lo secunde en una eventual boleta de Cambiemos.

Los teóricos vaticinan un dos a dos final en cuanto a la repartija de bancas; por lo cual el resultado numérico sobre los votos obtenidos pasará a ser lo interesante a los fines de las lecturas políticas; ya que los apellidos Manzur, Cano, Alperovich, Alfaro, aparecerán en los recuadros de ganadores y de perdedores, dependiendo de cómo jueguen, claro. Encima, todo eso apuntando a 2019.

Nada será menor. En el oficialismo ya hay apellidos de candidatos “cantados”, pero aún no puestos: Yedlin y Alperovich. En este último caso es el de Sara Alperovich, la hija del senador, no tanto por su activa gestión al frente de la dirección de la Juventud, sino por el peso de la presencia de su apellido en la boleta electoral. ¿Y si encima ganan? ¿De quién será la victoria política? ¿Podrá decir Manzur que se plebiscitó su gestión favorablemente? Algo con lo que sueña desde los polémicos comicios de 2015, como para sacudirse un poco el polvo de la deslegitimación de origen que porta.

¿O habrá que decir que Alperovich sigue comandando el espacio oficialista? Sería mucha exposición para la hija del ex gobernador, en un año en el que los adversarios serán más enemigos que nunca. Mucho barro se presagia. Pese a los riesgos, hay que observar quién da los primeros pasos para posicionarse mirando a 2019 porque, a no engañarse, se elegirán diputados nacionales pero se estará configurando el esquema de poder provincial y nacional con miras a las elecciones de dos años más tarde, cuando el poder realmente esté en juego.

Massa se fue al Masso

El “caso Masso” también es curioso. Fue el la boleta de Cano en 2013, y no bien lo reemplazó este año se pasó a las filas opositoras en la Cámara Baja y ahora aparece como posible candidato de Sergio Massa en Tucumán para 2017. El referente de Libres del Sur no tiene cabida en los dos primeros lugares de la lista de Cambiemos -con suerte ligaría una suplencia-, pero tampoco el macrismo lo ve como un aliado para confiar, por lo que el camino massista se le presenta como la mejor opción. Hay contactos y charlas. El tigrense no quiere descuidar el caudal electoral que obtuvo en Tucumán, pensando en las presidenciales de 2019, y Masso es un posible socio. Tendría planeado venir en los próximos meses a la provincia para recorrerla electoralmente. Un eventual acuerdo deja al diputado nacional tucumano definitivamente fuera de Cambiemos.

Este acercamiento del trigrense al dirigente tucumano ya generó reacciones en el Frente Renovador de Tucumán, como era de esperar. Con ironía, Víctor Arias, deslizó un le damos la bienvenida a Masso, y anticipó la posibilidad de ir a una interna y de presentar candidatos propios. Como “propios” deben leerse massistas de la primera hora. Los dirigentes del FR del distrito, a nivel nacional, han hecho buenas migas con Malena Galmarini por lo que lo que el gesto de Massa con Masso plantea en términos simpáticos una interna matrimonial. En FR, además, reafirman la pertenencia al peronismo, un dato no menor en este conflicto en ciernes en torno a los candidatos que puede llegar a elegir Massa en Tucumán para no perder presencia electoral y mantener la ilusión presidencial de 2019. Tanto el dirigente de Libres del Sur como los del FR -que denunció al ApB en la Justicia por irregularidades en el manejo de fondos de campaña- le suman una posición en contra de Cambiemos, lo que es fundamental para Massa, que debe reafirmar su papel de opositor a Macri tratando de aglutinar en torno suyo a toda vertiente política, proveniente o no del peronismo. En fin, feliz Navidad.

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