Una argentina fue incluida entre las 10 mentes más brillantes de la ciencia

Una argentina fue incluida entre las 10 mentes más brillantes de la ciencia

Gabriela González recibió la distinción al comprobar una teoría de Einstein.

González estudió en Córdoba y ahora trabaja en una universidad de Estados Unidos. FOTO TOMADA DE NATURE.COM.- González estudió en Córdoba y ahora trabaja en una universidad de Estados Unidos. FOTO TOMADA DE NATURE.COM.-
20 Diciembre 2016
Una investigadora que se formó en Argentina y que trabaja en una unvirsidad de Estados Unidos fue distinguida como uno de los 10 científicos más influyentes por la revista Bature.
Gabriela González es cordobeza y tuvo un papel protagónico en grandes acontecimientos científicos del 2016, al liderar una equipo que detectó por primera vez la existencia de las ondas gravitacionales, aquellas ondas minúsculas que había predicho Albert Einstein y que ayudan a entender las leyes del Universo.
“Todos los miembros de la Colaboración de LIGO estamos muy contentos por el reconocimiento de la comunidad científica y del público en general”, le contó González al diario Clarín, sobre la distinción recibida a 10 meses del anuncio sobre el esperado hallazgo.
“Las ondas electromagnéticas nos traen información sobre los átomos y partículas que emitieron esas ondas. Las ondas gravitacionales transportan evidencia sobre la masa de las estrellas y su interacción con el espacio-tiempo. Para entender cómo funciona el Universo lo ideal es enlazar estos dos tipos de información", explicó la vocera del Observatorio por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) sobre el descubrimiento que revolucionó la astronomía.
Ganzález egresó con el título de Licenciada en Física de la Facultad de Matemáticas, Astronomía, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba y trabaja como investigadora de la Universidad Estatal de Luisiana, donde por estos días, desarrolla detectores que permitirán detectar la actividad de las ondas gravitacionales.
Los dos sistemas de agujeros negros que detectamos el 14 de setiembre y el 26 de diciembre de 2015 eran sistemas binarios. Giraban -me gusta decir que bailaban el tango- y se acercaban cada vez más entre sí hasta fusionarse en un solo agujero. Sabemos que ese abrazo final pasó entre 1.300 y 1.000 millones de años. Tomando como referencia el Big Bang, que ocurrió hace casi 14 mil millones de años, podemos determinar que el Universo no era tan joven cuando se dio esta unión. Tampoco sabemos cuándo se formaron los agujeros negros originales. Esto es ahora un tema de investigación muy candente”, anticipó. 
Además, contó los desafios que llegarán en el futuro que implicará el proyecto LIGO: “Esperamos en los próximos años, cuando los detectores sean un poco más sensibles, detectar señales emitidas por estrellas de neutrones y poder ver nacer un agujero negro. También buscamos detectar ondas gravitacionales periódicas de estrellas rotantes en nuestra galaxia. Por supuesto, lo más lindo sería ver una señal de origen desconocido”, finalizó.

Una investigadora formada en Argentina, y que trabaja en una universidad de Estados Unidos, fue distinguida como uno de los 10 científicos más influyentes por la revista Nature.

Gabriela González es cordobesa y tuvo un papel protagónico en grandes acontecimientos científicos del 2016, al liderar una equipo que detectó por primera vez la existencia de las ondas gravitacionales, aquellas ondas minúsculas que había predicho Albert Einstein y que ayudan a entender las leyes del Universo.

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“Todos los miembros de la Colaboración de LIGO estamos muy contentos por el reconocimiento de la comunidad científica y del público en general”, le contó González al diario Clarín sobre la distinción recibida a 10 meses del anuncio sobre el esperado hallazgo.

“Las ondas electromagnéticas nos traen información sobre los átomos y partículas que emitieron esas ondas. Las ondas gravitacionales transportan evidencia sobre la masa de las estrellas y su interacción con el espacio-tiempo. Para entender cómo funciona el Universo lo ideal es enlazar estos dos tipos de información", explicó la vocera del Observatorio por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) sobre el descubrimiento que revolucionó la astronomía.

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Ganzález egresó con el título de Licenciada en Física de la Facultad de Matemáticas, Astronomía, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba y trabaja como investigadora de la Universidad Estatal de Luisiana, donde por estos días desarrolla detectores que permitirán encontrar la actividad de las ondas gravitacionales.

"Los dos sistemas de agujeros negros que detectamos el 14 de setiembre y el 26 de diciembre de 2015 eran sistemas binarios. Giraban -me gusta decir que bailaban el tango- y se acercaban cada vez más entre sí hasta fusionarse en un solo agujero. Sabemos que ese abrazo final pasó entre 1.300 y 1.000 millones de años. Tomando como referencia el Big Bang, que ocurrió hace casi 14 mil millones de años, podemos determinar que el Universo no era tan joven cuando se dio esta unión. Tampoco sabemos cuándo se formaron los agujeros negros originales. Esto es ahora un tema de investigación muy candente”, anticipó. 

Además, contó los desafios que implicará el proyecto LIGO: “Esperamos en los próximos años, cuando los detectores sean un poco más sensibles, detectar señales emitidas por estrellas de neutrones y poder ver nacer un agujero negro. También buscamos detectar ondas gravitacionales periódicas de estrellas rotantes en nuestra galaxia. Por supuesto, lo más lindo sería ver una señal de origen desconocido”, finalizó.

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