Conmovedor retrato del pueblo armenio

Conmovedor retrato del pueblo armenio

Historias marcadas por migraciones y el primer genocidio del siglo XX

TESTIMONIO. Con las historias narradas por su abuela, el autor lleva al lector a los tiempos de las matanzas turcas, a las que “medzmamma” sobrevivió.  TESTIMONIO. Con las historias narradas por su abuela, el autor lleva al lector a los tiempos de las matanzas turcas, a las que “medzmamma” sobrevivió.
18 Diciembre 2016

TESTIMONIO

ARMENIA INMORTAL

JUAN CARLOS BALASSIAN

(Galáctica - Buenos Aires) 

Con solvencia narrativa, en doce relatos el autor navega por los tiempos, los lugares, y los estados anímicos. Trasmite con simpleza su sentimiento de armenio desde íntimas confesiones personales y familiares para llevarnos también al escenario y al tiempo de las matanzas a partir de las historias narradas por su “medzmamma” (abuela en armenio), sobreviviente de la matanza turca, quien, como todos los sobrevivientes, bendicen la generosidad de este maravilloso país que los recibió después del milagro de salvarse de la matanza turca.

Balassanian abre el foco viajando al tiempo y al espacio de las masacres que describe con precisión histórica y sentida a la vez, desde del horror sufrido por el pueblo armenio en lo que fue el primer Genocidio del Siglo XX, y a partir de ese lugar trasmitir al lector la sensación de ser éste, un testigo presencial del patético martirio sufrido por el más antiguo pueblo cristiano del mundo.

La obra escruta con agudeza la esencia de los armenios y la comparte con sensibilidad única. La narración de las reuniones dominicales en “Hadjin Dun” (casa del pueblo de Hadjin, de donde provinieron sus antepasados), como la mística de los grandes cucharones de madera revolviendo el Madagh (guisado con trigo, pollo y carne desmenuzados) preparado en gigantes ollas donde se concentran los sabores que comparten las familias, trasmite imágenes costumbristas de los armenios, o la suya personal cuando, con su pequeño hijo Simón, un día en Adjin Dun sintió “por fin pude entender qué es lo que revolvemos en la olla del madagh”.

Migrar a la Argentina

Conmueve el relato de la venida de su abuelo desde Siria, donde su familia vivía bajo la protección de pasaportes franceses, segura, pero sin posibilidades de subsistencia económica. Se trata del lugar que el niño de 15 años decidió dejar para abordar un barco que lo llevaría, solo, hasta la Argentina.

Al despedirse el muchacho tranquilizó a su familia cortándose un mechón de su cabello, pidiéndole a su mamá que lo cuidara porque sabía que algún día ella se lo devolvería en Buenos Aires. Y así fue, después de trabajar en una sastrería en la que también dormía sobre la dura madera de la mesa de corte, juntando moneda por moneda pudo traer a sus padres y hermanos a este generoso país.

Con aguda sensibilidad describe el ser armenio a partir la figura de su “mezmamma” a quien, como a todos los armenios “le gustaba recibir visitas” y conservar la sonrisa porque saben que “sobrevivir fue un milagro, y entendieron por qué en lugar de elegir la tristeza eligieron la alegría”, y explica la fortaleza e integridad de los armenios al preguntarse si será cierto que “una parte de nosotros se va con los mártires, y una parte de ellos vive siempre con nosotros.”

© LA GACETA

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Néstor Balian

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