La industria de las multas fantasmas

La industria de las multas fantasmas

Uno renueva el carnet de manejo. En medio del trámite es condición sine qua non tener el libre deuda. Y en el registro aparecen cosas insólitas, como una multa de 2005 por “no respetar calle cortada” en Yerba Buena. El trámite suele ser sencillo: caminar dos cuadras desde la oficina de Tránsito (en el shopping del Jardín) hasta la oficina de Faltas (en la avenida Aconquija al 2.000), pedir el pago voluntario de una vieja multa y en teoría se obtiene el libre deuda.

Pero la incorporación de hace cinco años al sistema nacional de tránsito acarrea algunas sorpresas incomprensibles: saltan dos multas del 31 de diciembre de 2012 en la ruta 2, camino a Mar del Plata. Una en Chascomús a las 11 de la mañana y otra en Dolores a las 23.45. “No hay modo de que uno haya estado en la ruta en pleno año nuevo, cuando todos están celebrando y tirando cohetes”, se le dice al empleado que ha detectado las presuntas infracciones en el sistema. “Tiene que comunicarse con la Agencia Nacional para informar”, dice. Y agrega: “no se preocupe; igual le vamos a dar el carnet”. Tiene razón. La licencia de conducir se obtiene sin mayor problema si se ha pagado sin protestar las deudas locales. ¿Y las otras multas? En las intimaciones aparece dirección para el pago a distancia en tiempo perentorio. Pero no hay forma de reclamar por la supuesta injusticia de la multa o la directa falsedad del reclamo. ¿Será como las multas “cazabobos” por exceso de velocidad de Chumbicha (Catamarca), que no figuran en el sistema nacional?

Como sea, muestra una deformación que, gracias a la tecnología, genera dividendos para municipalidades y comunas avivadas y no cambia las mañas infractoras argentinas. Incluso inventa multas fantasmas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios