Fuegos de artificio
11 Diciembre 2016

MARCELO AGUAYSOL / LA GACETA

Si fuera inversor, seguramente apostaría a comprar terrenos cerca de El Cadillal o de Los Nogales, en Tafí del Valle o en la zona del Aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo. Esto es a propósito de los anuncios oficiales de radicación de inversiones, de construcción complejos administrativos y de alto rendimiento deportivo. Hay empresarios que ya están en esa operatoria, aunque el precio requerido por las tierras los espanta. Están aguardando que se reacomode el mercado y que cese la locura despertada por las expectativas.

El actual gobierno ha subido la vara a los hombres de negocios. Algunos recuerdan que, no hace mucho tiempo, había dicho que iba a construir un nuevo palacio legislativo y nadie le creyó. Pese a los cuestionamientos, el entonces presidente de la Cámara, hoy gobernador, erigió una cuestionada obra. Y esperó su turno en el Poder Ejecutivo para avanzar con otras. Venía amagando con proyectos. “Está decidido a desarrollarlos”, dice uno de sus colaboradores. El Centro Cívico Administrativo de Tucumán, a la vera de la ruta 9; el Centro de Alto Rendimiento Deportivo en la zona de los Valles; el estadio único y la mejora de los accesos para cambiarle la cara al ingreso a la ciudad, particularmente, desde la aeroestación local, producto del acuerdo con Avianca, están en carpeta.

Mientras el Gobierno busca el financiamiento para esos megaemprendimientos, la actividad privada no se queda atrás. En el sector azucarero tucumano se comenta con más fuerza que un empresario local está a punto de quedarse con un ingenio. Y es posible que esta semana se cierre la operación. De la misma manera, Ledesma avanza con su intención de adquirir el ingenio Concepción al grupo Atanor. Dicen que aún no hay nada cerrado. Pero las conversaciones están en un momento definitorio.

Grandes capitales también exploran oportunidades en Tucumán. Es posible que en los próximos 15 días un importante ejecutivo del rubro petrolero llegue a esta provincia para analizar la conveniencia de instalar una planta específicamente para abastecer a las aeronaves que probablemente “descansen” en Tucumán.

Hay también empresarios que están expandiendo sus negocios hacia otros horizontes, con apertura de nuevas sucursales y una visión más regional, con base en Tucumán. Los cóctel de fin de año son como una verdadera caja de sorpresas de que el capital está dando vuelta, pero la incertidumbre económica y los ruidos de la política no les permite el aterrizaje.

La dirigencia política, sin distinción de ideologías y banderas, ha decidido cerrar un año difícil con la apertura prematura de la campaña proselitista. Justo tres a cuatro meses antes de la tácita tregua. En el momento preciso de las definiciones de objetivos para el año nuevo. Otro signo de interrogante que atenta contra la mentada recuperación económica. La polémica reforma en el impuesto a las Ganancias es la excusa de un proceso que es más profundo, que busca sostener la brecha ideológica cada vez más visible entre los políticos, pero -afortunadamente- menos proyectada hacia la sociedad, que sólo quiere que se vaya un año de reajustes, correcciones y suspensiones.

Los ruidos de la política alimentan los fuegos de artificios de un país que, con carácter de urgente, necesita abandonar la recesión para que mejore sus indicadores socioeconómicos. Por el bien del conjunto.

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