Preocupa la “previa” alcohólica de los jóvenes

Preocupa la “previa” alcohólica de los jóvenes

Cuenta con aceptación social, por lo tanto, no suele recibir una reprobación, como tampoco ser elevado a la categoría de las adicciones. Según ese criterio, alcoholizarse no es lo mismo que drogarse. La “previa” es el momento que antecede a un acontecimiento social. Los adolescentes suelen reunirse en la casa de algún amigo para beber, antes de ir a bailar a un boliche. Desde hace ya tiempo, la ingesta de bebidas alcohólicas ha comenzado a extenderse peligrosamente en esta edad y lo más grave es que en muchos casos cuenta con la aprobación de los mismos padres.

De acuerdo con un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina, siete de cada 10 jóvenes comenzaron a consumir por imitar a amigos o conocidos, o porque empezaron tener actividad social. Sólo uno de cada 10 dijo haber comenzado a beber porque le gustan las bebidas. En una década, la ingesta de alcohol se duplicó entre los estudiantes secundarios. Según el Ministerio de Salud de la Nación, El 70% de los adolescentes lo consume, y ocho de cada 10 lo mezcla con energizantes.

Un trabajo de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) indica que en los menores de 14 años las bebidas energizantes (estimulantes de venta libre) se combinan con las alcohólicas, que son depresoras, y cada una de ellas “obtura los síntomas de intoxicación”. Por esa razón, se llega a situaciones de intoxicaciones más severas mediante la combinación de ambas sustancias, señaló el director del Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA).

Otro especialista en adicciones afirmó que aunque esta ocurra sólo durante los fines de semana, la ingesta de bebidas alcohólicas ocasiona daños irreparables en un cerebro que está en pleno proceso de maduración; la mezcla con energizantes puede causar convulsiones o intoxicaciones graves.

El responsable del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo manifestó que las “previas” están fuera de su alcance y cuando realizan controles en los boliches, los chicos llegan alcoholizados y en muchos casos, totalmente ebrios. El funcionario afirma que cada fin de semana sancionan a 60 comerciantes y admitió que no cuentan con personal para controlar 9.000 locales de expendio de alcohol en la provincia.

Los padres que aceptan y promueven que estas “previas” se hagan en su casa, sostienen que prefieren que beban allí que están seguros y no en otro lugar, sin control.

Nos encontramos ante un problema social serio porque se supone que los progenitores deben educar, poner límites, y si no lo hacen, es difícil que la escuela pueda revertir este hábito. Si a ello se suma la publicidad de las bebidas alcohólicas que invitan a su ingesta o las cuestiones psicológicas que los empujan a beber para ingresar a un grupo social o para desinhibirse, el cóctel es más que peligroso e invita a actuar con urgencia en diversos flancos. Tal vez podrían implementarse talleres obligatorios para padres y alumnos sobre el poder destructivo de las adicciones. Mientras tanto, podría plantearse la introducción en el sistema educativo de una materia referida a la vida sana, desde el nivel inicial hasta la conclusión de la secundaria. Si no se ataca la problemática de raíz educando, las adicciones seguirán destruyendo a las futuras generaciones.

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