Hasta Tafí, la ruta es una alfombra mágica; después, un peligro

Hasta Tafí, la ruta es una alfombra mágica; después, un peligro

La semana comienza con la cabeza puesta en el último fin de semana largo del año. Si vas a los Valles, este es el estado de la ruta 307.

Hasta Tafí, la ruta es una alfombra mágica; después, un peligro
06 Diciembre 2016
En la primera mitad del camino, la felicidad es completa. A los pocos minutos de dejar atrás Acheral y de embarcarse en la profundidad de la ruta 307, la naturaleza te envuelve, el aire puro te seduce y el camino te hace olvidar de apenas a 51 kilómetros hay una ciudad a punto de estallar en ruidos, calor y apuro. La ruta que conduce a los Valles Calchaquíes, al menos en el primer tramo, es una alfombra mágica que te hace flotar entre los cerros tucumanos. Pero pasando Tafí del Valle, una de las tierras prometidas de esta ruta de montaña, el asunto cambia de forma drástica.

Recorridos 65 kilómetros desde el comienzo de la ruta, en la zona conocida como Pinar de los Ciervos (Tafí del Valle), comienzan a aparecer profundos cráteres en el camino. Los conductores, confiados en la anterior amabilidad de la ruta, se ven obligados a pisar el freno abruptamente y, lo más peligroso, a esquivar baches, muchas veces cruzándose de carril. Para colmo, las roturas en el pavimento están en su mayoría en las curvas. El instinto te indica inevitablemente bajar la velocidad y transitar con los ojos bien abiertos, pero no para mirar el encantador paisaje, las nubes que bajan por las montañas o los animales pastando, sino para no destruir el auto u ocasionar una tragedia.

Este camino demarcado y liso, aunque “minado” de baches esporádicos, se mantiene de la misma manera hasta el kilómetro 81, pasando el parador de El Infiernillo. Ahí se dividen dos mundos: la nueva ruta, estrenada hace pocos años, se termina abruptamente y lo que queda hasta Amaicha del Valle es un trayecto sin demarcar, sin banquina y con piedras de derrumbes a la orilla, además de estar repleto de pozos. El tren delantero del vehículo da cuenta del cambio repentino y el camino obliga a manejar a una velocidad constantemente baja. En algunos sectores no es posible circular a mucho más que 20 km/h.
    
Siguiendo hacia el norte, a la altura de Amaicha la ruta 307 pasa a llamarse ruta 357, y es la que conduce a Quilmes; la 307 continúa entrando por Amaicha hasta el límite con Catamarca, camino a Santa María. Tanto este último tramo como el camino a Quilmes están en el mismo estado que desde El Infiernillo hasta Amaicha.

Comentarios