Entre odios y sueños

Entre odios y sueños

Diciembre no sólo se caracteriza por las fiestas y la tensión social. Este año tiene la dura pelea entre la Legislatura y la Justicia que le pide a la Cámara que simplemente explique qué pasó con los gastos sociales. Obras ilusorias.

La violencia de ánimos que mata y enloquece se trasladó a Tribunales. Los facones y las balas dieron en el blanco. No hubo sangre ni heridas en el cuerpo. Sí quedaron golpes en el alma y llagas institucionales. El 25 de noviembre pasado la Legislatura recusó a los magistrados que investigan la causa sobre los tristemente célebres gastos sociales. Entre los planteos en contra de Carlos Giovanniello y de Rodolfo Novillo figura el “odio visceral” a la Legislatura por parte de los hombres de la Justicia.

El diccionario recuerda que el odio trae implícita la antipatía y la aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea. El planteo de los legisladores hacia la Justicia pareciera ser una agresión que muy posiblemente no ayude a aplacar la crispación social que se vive.

Es difícil de entender que haya ciudadanos en la vida pública que le deseen el mal a la democracia misma.

La división tripartita de poderes que establece nuestra Constitución obliga a que cada uno de los poderes controle a los otros dos. El fuero Contencioso Administrativo (allí cumplen funciones ambos jueces) tiene principalmente una razón de ser, cual es ocuparse de las causas en las que está involucrado el Estado. Si un magistrado recibe una demanda en contra de uno de los otros dos poderes no tiene más remedio que atenderla y correr traslado; y, si no lo hace justamente, la Legislatura es a quien le compete iniciar un juicio político al juez por no cumplir con sus funciones. Nada de eso podría ser interpretado como odio. A los magistrados no les queda más remedio que avanzar con la demanda.

En este caso específico se trata del juicio que inició el legislador Luis Brodersen sobre los gastos sociales. Estos formaban parte de una partida que se entregaba a los legisladores, quienes podían disponer de esos fondos extra con respecto a la dieta que vienen recibiendo. Se trata de un secreto que esconde la Legislatura desde hace 20 años. Alguna vez también se llamaron gastos reservados o gastos de bloque.

Nunca ha entrado en discusión la remuneración de los legisladores, pero sí ha sido una queja por parte de diferentes legisladores (es decir, los propios miembros de la Cámara) el hecho de que esos dineros adicionales sean discrecionales y que no tengan un sistema transparente de seguimiento.

A raíz de la denuncia, lo que los magistrados han intentado hacer es pedir los recibos y las pruebas sobre estos gastos sociales que cuestionó, nada más y nada menos, que un legislador. Brodersen ha sido elegido por el pueblo y forma parte de la Cámara que supuestamente sería odiada.

Los magistrados hasta aquí no han dictado sentencia: sólo han pedido los papelitos que prueben, o no, esos pagos de los gastos sociales. Sistemáticamente, la Cámara se ha opuesto, pese a que el presidente Osvaldo Jaldo ha sido crítico y ha publicitado cambios en el sistema de los gastos sociales cuando las críticas crecían sobre los fondos que administraban los elegidos por el pueblo.

La cuestión sustancial que se dirime es saber en qué se gastaron unos 600 millones, un tercio de los cuales circulaban en valijas por las calles de la ciudad. No se trata de dinero privado, sino público.

Si la Legislatura mostrara sus pruebas y dijera qué ha pasado con esos fondos no necesitaría andar por los pasillos de Tribunales aventando el odio.

Saliendo del clinch boxístico en el que se ha puesto a ambos poderes, la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán ha tenido resoluciones anteriores que han sido valoradas internacionalmente y en los claustros académicos en donde sus fallos son materia de estudio.

La Legislatura es el pulmón de la democracia. Allí respiran instituciones que deberían hacer honor a la libertad y a la transparencia, sin embargo hay un vicio del ocultamiento como pasó con la aprobación del último presupuesto donde más de un legislador (opositor y oficialista) levantó su mano para aprobar lo que no conocía.

La política no debería estar reñida con la transparencia. De eso sabe mucho Jaldo. Su picardía y habilidad ha sido puesta de manifiesto esta semana cuando sentó en su mesa a las nuevas autoridades del Concejo Deliberante de Yerba Buena. Jaldo llegó antes que el propio intendente Mariano Campero. Sin embargo, el vicegobernador atrasa cuando no quiere que la Justicia le revise algunos papeles. Y, aún más: termina enredado en su propio laberinto cuando advierte que este problema ha sido heredado y no es de él. Entonces, no se entiende aún más tanta negativa. Es posible que Jaldo, quien ha llegado a decir en su juramento que el mejor gobernador de la historia de Tucumán ha sido José Alperovich, no quiera contrariar a Juan Manzur. El actual gobernador ha sido el administrador de esos gastos reservados cuando era el vice de Alperovich. Tal vez esa sea la razón última por la cual la intención que devela la Cámara es no aportar a la Justicia lo que le pide para dilucidar la verdad sobre estos fondos públicos.

Una mala costumbre

Los tucumanos están acostumbrados a vivir con estos ocultamientos. A veces resulta más dificultoso ponerse a trabajar asumiendo los errores que tratar de ocultarlos. En el caso de la Legislatura han pasado décadas con el conflicto del pago a los legisladores. Los ardides se inventan como si le tuvieran temor al pueblo que los eligió.

Algo parecido ocurre en el Sistema Provincial de Salud. La aparición de la ambulancias clonadas que les hizo pasar un papelón a al ministra Rossana Chahla y al gobernador Juan Manzur sigue siendo un problema. En realidad, el ocultamiento es el inconveniente central porque ni Manzur ni Chahla se animan a pedir disculpas por haberles mentido a los tucumanos. De sanciones y de responsables, ni hablemos. Los sumarios se siguen estirando en el Siprosa porque a sabiendas de que hay un responsable, los que salieron en la foto fueron las principales autoridades que deberían haber sabido o leído que durante el gobierno de José Alperovich se había entregado la misma ambulancia en el mismo lugar.

“No me perjudiques”

La posibilidad de ocultar el supuesto acoso del diputado nacional José Orellana duró poco. La diputada Gabriela Troiano presentó su proyecto de suspensión por inhabilidad moral contra el famaillense. Si prospera el planteo en la Cámara con mayoría opositora, los tucumanos podrían quedar con un diputado menos. “No me perjudiques, porque tengo familia y en mi cargo se complica todo. Gracias de corazón”, dice la empleada de Troiano que le puso Orellana en un mensaje por WhatsApp luego de que se presentara la denuncia por acoso.

Tironeos con Pelli


En 2012 César Pelli vino a dar una conferencia en el ciclo que organiza LA GACETA. En aquella oportunidad, el arquitecto más famoso de la provincia confesó su frustración por no haber dejado su sello en las construcciones tucumanas.

Por entonces la Legislatura de Tucumán mostraba orgullosa su edificio vidriado. Por fin el Poder Legislativo tenía una estructura propia para sesionar y para albergar a los legisladores. Manzur presumía con esa obra y la consideraba una de las principales creaciones de los últimos tiempos. Cuando Pelli la vio fue categórico y casi hiriente: “es un adefesio”.

Esta semana el gobernador anduvo por los Estados Unidos y se reunió con Pelli. Acordaron la posibilidad de que el arquitecto y su estudio diseñen un centro cívico.

El pedido no fue el primero que recibió Pelli este año. A principios de 2016 la Federación Económica de Tucumán, encabezada por su presidente Pedro Omodeo, le encargó la realización de un centro de alto rendimiento en altura que se haría en Tafí del Valle. Hace cuatro años Pelli se lamentaba y ahora, en el comienzo de la Era del Bicentenario, tiene dos obras que podrían llegar a ejecutarse.

Pelli y Manzur supieron superar sus hostilidades. Hubo bandera blanca. Ese logro y la posibilidad de que un hijo pródigo de la provincia cumpla sus sueños y realice dos grandes emprendimientos es un gran ejemplo. No obstante, en las últimas horas empezó a asomar un tironeo por ver qué obra es más necesaria. En este diciembre que pone los pelos de punta hasta a los calvos, este tipo de sueños podrían ayudar a mantenernos despiertos sin odios viscerales.

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