Tras el lapidario informe de una jueza, remodelan el Roca

Tras el lapidario informe de una jueza, remodelan el Roca

La jueza de Menores había resaltado, en tres presentaciones, que los jóvenes internos sufren un trato “inhumano”. Judith Solórzano había denunciado ante la Corte el mal estado de la institución.

CAMBIO DE TECHO. En el patio del establecimiento se encuentran las chapas que fueron reemplazadas. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso CAMBIO DE TECHO. En el patio del establecimiento se encuentran las chapas que fueron reemplazadas. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso
03 Diciembre 2016
Las fotografías no son para nada benévolas: muestran rejas propias de una cárcel, paredes percudidas, tarimas de cemento que pretenden ser camas, colchones sin sábanas, resumideros trancados. Y lo que no se ve, pero que aparece descripto en el texto que acompaña a las imágenes, es todavía peor. Toda esa información forma parte de las tres presentaciones que realizó la jueza de Menores Judith Solórzano ante la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, donde denuncia el “trato inhumano” que reciben los jóvenes en conflicto con la Ley que son enviados al Instituto Julio Argentino Roca.

La primera de las actuaciones, a las que tuvo acceso LA GACETA, tiene fecha de diciembre de 2015 mientras que las otras dos pertenecen a este año. Allí la magistrada expresa su alarma ante las condiciones edilicias y sanitarias en las que viven los adolescentes alojados en el Instituto Roca. “Es un lugar que no está preparado para resocializar ni para tratar con humanidad a los jóvenes internos”, remarca Solórzano.

Las presentaciones están acompañadas por fotografías de cada uno de los sectores de la institución y por declaraciones de los propios internos, quienes relatan distintas situaciones que les tocó padecer. Uno de los testimonios, que fue recogido en julio, indica que el termotanque suele estar apagado y que ya están “acostumbrados” a bañarse con agua fría. Otro de los relatos hace mención a que conviven con ratas y cucarachas, y a que la comida que les sirven suele contener pelos o estar en mal estado. Incluso hay quienes dejan asentado que no les suministran herramientas para la limpieza y que en varias oportunidades debieron usar sus propias prendas de vestir para limpiar el piso.

En cuanto a las imágenes que acompañan la denuncia, reflejan buena parte de lo que describe la magistrada en sus presentaciones. Solórzano habla de alimentos en mal estado; presencia de ratas, cucarachas y hormigas; sectores sin luz; resumideros trancados con materia fecal; goteras en los techos; ventanas sin vidrios ni puertas que impidan el paso del frío durante el invierno; falta de ventiladores para combatir el calor.

La Corte se pronunció sobre el tema a mediados de este año y le concedió un plazo de 15 días al Ministerio de Desarrollo Social para que los chicos fueran ubicados en otro sector del Roca y se iniciaran las remodelaciones pertinentes. Además envió a la titular de la Oficina de Derechos Humanos y Justicia del Superior Tribunal, Lourdes Bascary, a que recorriera esas instalaciones.

“La resolución de la Corte le permitió destrabar al Ministerio de Desarrollo Social el presupuesto necesario para hacer las obras de mejoras estructurales que ya se había pedido durante tres presupuestos y no se había otorgado”, contó Bascary. En ese sentido, remarcó: “en el Roca hay una situación de orfandad presupuestaria para mejoras de larga data”.

Respecto al informe que elevó Solórzano, la titular de la oficina de Derechos Humanos de la Corte aclaró que su función no era la de confirmar o desacreditar lo expuesto por la jueza de Menores, sino que simplemente está entre sus funciones realizar relevamientos en los lugares donde hay personas privadas de su libertad. No obstante, respondió: “sí se ven necesidades, pero no observamos las cosas con la misma gravedad (que la magistrada)”.

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