Que arda el fuego

Apenas dos años después de celebrar el bicampeonato argentino, Tucumán vuelve a jugar una final, pero con un objetivo diametralmente opuesto: evitar el descenso. Las buenas intenciones no llegaron al plano de lo palpable y la “Naranja” se ve nuevamente en una situación angustiante, pero en la que afortunadamente todavía depende de sí misma para salir. En el cuadro de posibilidades ya no importan los bonus ni los resultados ajenos, así que todo se reduce a lo más simple: ganarle a Nordeste será la salvación, perder será la condena a jugar la próxima temporada en la segunda categoría.

“Estamos viviendo una semana que nunca creímos que íbamos a vivir porque hemos trabajado para otra cosa. La semana fue muy buena, los vi a los chicos muy enchufados y no bajoneandos. Los vi con el objetivo muy claro para este partido”, destacó Nicolás Domínguez, uno de los entrenadores del seleccionado, que hará de local en Tucumán Rugby hoy a las 17.

“Tenemos una batalla que la vamos a ganar con la cabeza y el corazón. En el juego hemos pulido algunos aspectos, sobre todo en el cierre de los partidos, que fue una de las falencias que tuvimos en general. Esa semana se trabajó mucho en eso y en la cabeza de los jugadores”, agregó Domínguez.

Uno de esos aspectos a pulir eran las formaciones fijas, en las que Tucumán se vio superado por Rosario. Y para plasmar el juego que pretende, la “Naranja” necesita tener una buena obtención antes que nada. “Trabajamos mucho para tener todo bien aceitado. Vamos a andar muy bien”, aseguró José María Young, uno de los siete cambios que presentará Tucumán para este partido. “Tenemos la necesidad de ganar y demostrar que el equipo es de primera. Lo único que queda en entregar todo y eso vamos a hacer”, agregó el segunda línea.

Nordeste es un rival que Tucumán conoce muy poco. El seleccionado visitante no tiene ni de lejos los pergaminos que ostenta la “Naranja”, pero sostener la base de los últimos años le ha permitido conjugar el empuje de jugadores jóvenes con la experiencia de los referentes. Entre ellos, el chaqueño Tomás Carrió, capitán del equipo y jugador de los Jaguares. Tras ganar sus cinco partidos en la Zona Ascenso (algunos por amplia ventaja), viene a Tucumán a dar el mayor golpe de su historia.