Obras inconclusas y el peligro de las inundaciones

Obras inconclusas y el peligro de las inundaciones

Desidia, imprevisión, indiferencia, burocracia, suelen ser causas de la demora o ausencia de soluciones a problemas que afectan seriamente a parte de la sociedad. Desde épocas inmemoriales, se sabe que el verano tucumano es lluvioso y con cierta frecuencia se producen inundaciones. En el período marzo-abril del año pasado, la crecida de los ríos en el sur, como consecuencia de las copiosas lluvias derrumbó más de una decena de puentes y alrededor de 10 mil comprovincianos perdieron sus bienes. La mayoría de los viaductos no había recibido ningún tipo de mantenimiento; lo paradójico es que se cayó el que atravesaba el río Jaya que permitía acceder al parque nacional de Los Alisos, habilitado apenas hacía dos años y que no había sido entonces aún inaugurado.

En Escaba de Abajo, la creciente había volteado el puente colgante de ingreso al pueblo sobre el río Singuil y durante varias semanas alrededor de 600 pobladores quedaron aislados. Cuando bajaron las aguas y se construyó un paso para que pudieran pasar los vehículos. Con las lluvias de noviembre de 2015, el río creció y el paso provisorio quedó bajo el agua. Luego de tanta espera, el Gobierno repuso el puente colgante, tarea que le demandó apenas dos meses en montarlo, aunque los vecinos esperaban el prometido puente para vehículos que les solucionaría muchos problemas. “Los que tienen auto o camioneta solo pueden movilizarse cuando el río está tranquilo. A veces algunos van a la ciudad en vehículo y cuando regresan ya no pueden pasar porque el cauce creció. Siempre fue así. El puente carretero sería la solución definitiva a los problemas que soportamos a causa del río”, dijo un poblador. El ómnibus que traslada a los chicos a la escuela del lugar los deja en el destino y regresa, pero se corre el riesgo de que una crecida que le impida volver a buscarlos y si ello sucede, los alumnos deben caminar más de un kilómetro y utilizar el puente peatonal para llegar al transporte.

Los vecinos del Canal Sur, el más importante colector de agua de la capital, no pegan un ojo cada vez que llueve porque su reparación integral sigue siendo una promesa. Basura, botellas de plástico, neumáticos, maleza, obstruyen parte del canal que atraviesa la avenida Jujuy, en el acceso sur de la capital. El director municipal de Defensa Civil dijo que se efectuaron trabajos tareas de limpieza y señaló que los tucumanos suelen arrojar residuos de manera irresponsable. El agua los arrastra y se produce el efecto tapón que ocasiona las inundaciones.

El puente sobre el río Jaya no fue reconstruido. Antes de su caída, se proyectaba que el parque nacional iba a recibir 15.000 visitas en 2016. Entre mayo y octubre, se puede pasar en camionetas, de manera que el número de visitas no superó las 600 personas.

Un pronóstico climatológico indica que la semana que viene caerán copiosas tormentas que posiblemente, provocarán daños. Si ello sucede, ¿quién se hará responsable o como siempre, se le echará la culpa a la naturaleza?

En los últimos lustros, pese a los nutridos fondos que envió oportunamente la Nación, nuestros gobernantes no han sido capaces de realizar las obras necesarias, previa planificación, para evitar las inundaciones y el perjuicio de miles de comprovincianos. El Poder Ejecutivo se apresta a adquirir con plata de los tucumanos un helicóptero por alrededor de $124 millones, sin embargo, pareciera que no hay dinero cuando se debe solucionar problemas de fondo que padece la sociedad porque no suelen ocupar un lugar entre las prioridades. Esta actitud refleja que los intereses de los representantes del pueblo no son los mismos que los de sus representados.

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