La devoción no tiene límite de edad

Doña Rosa “Chela” Pontífice tiene 73 años, y el entusiasmo que desborda supera el de varios jóvenes que están junto a ella. Sonriente toma una bandera argentina y, como si fuera una gladiadora, se ubica al frente del grupo. Aferrada con firmeza al palo que sostiene la insignia, hace ostentación de su condición de abanderada que nadie discute.
 
Chela integra un grupo de unos 50 peregrinos del barrio Independencia, de Concepción. El miércoles se lanzaron a repetir un ritual que viejos devotos de la Virgen del Valle de Catamarca iniciaron ahí hace 30 años: ir a pie al encuentro de la “Madre Morena”. Deben recorrer más de 200 km hasta la catedral de San Fernando del Valle de Catamarca.

La agrupación de peregrinos fue bautizada “Coco Lonsalles” en homenaje al promotor de la primera marcha. “Esta es una demostración de mi profunda fe en la virgencita que siempre respondió a mis súplicas. Desde el primer año que fui, hace tres décadas, nunca más dejé de hacer el sacrificio de ir caminando a visitarla”, confesó doña Chela. Ella es una de las más antiguas peregrinas que este año van rumbo a Catamarca.

Lluvia, viento y calor    

Los misachicos, integrados por muchachos que incansables baten tambores mientras otros tocan la flauta, instalan un clima de fiesta, al tiempo que los promesantes avanzan de a poco. El desafío es duro. “Nos exponemos a la lluvia, al viento y al calor. De ahí que desde hace unos años comenzamos a organizarnos mejor con vehículos de apoyo para atender las emergencias. Hay que tener en cuenta que van varias personas de más de 60 años”, comentó Miguel Ángel Nieva, uno de los organizadores. Agregó que, desde Concepción se camina durante seis días. “Tenemos previsto llegar el lunes. Una vez allá, se escucha misa, se da las gracias a la Virgen y después regresamos en colectivo”, detalló.

Miles por la ruta

En estas jornadas son miles los peregrinos que comenzaron a marchar a pie hacia la Virgen del Valle para participar de las fiestas del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María.

Muchos optan por caminar durante la noche para aprovechar el descenso de temperatura y evitar insolaciones. Por la ruta se ven caminantes de Yerba Buena, de Banda del Río Salí, de San Miguel de Tucumán y de Leales, entre los más alejados de la frontera con la vecina provincia.

Las comunas e intendencias que están a la orilla de la vieja traza de la ruta 38 instalaron puestos de asistencia a los peregrinos. Allí se los provee de agua, alimentos y se brinda asistencia médica.

Antonio Oscar Montenegro, de 39 años, es de Concepción y peregrina hacia Catamarca desde que tenía nueve años. “La primera vez me entusiasmó la fe de mis padres. Ellos me decían que siempre tenía que confiar en la Virgen en los malos momentos. Desde entonces me protege y yo no dejo de ir a visitarla en diciembre”, contó. Añadió que este año va para rogar por una de sus sobrinas que tiene un serio problema renal.

Otra de las antiguas promesantes del barrio Independencia es doña María Lezcano, de 62 años. “El primer año fui por una promesa. En ese entonces me entusiasmó el clima de devoción que había en todos. De ahí que me dije que siempre y cuando la salud me lo permita no iba a dejar de visitar a la Virgen. Hoy estoy muy feliz de poder marcha otra vez”, comentó.

La legión de creyentes de la “Virgen Morena” avanza lento y en cada pueblo o ciudad se va nutriendo de nuevos promesantes. Y así se transforma en una marea de fe que baña de devoción la imagen sagrada.

Bicis y motos

En los próximos días se sumarán los que optan por ir bici o en moto. Según la Policía, el año pasado cruzaron el puesto fronterizo de Huacra más de 40.000 peregrinos en estos rodados. También se registraron varios accidentes que dejaron heridos y dos muertos. De ahí que la Policía recomendó a ciclistas y motociclistas que extremen las precauciones. Y a los automovilistas se les exige transitar a baja velocidad.