El problema sucroalcoholero es investigado en el INTA Famaillá

El problema sucroalcoholero es investigado en el INTA Famaillá

Desde la alconafta y hasta el Proicsa, la Institución siempre aportó soluciones. Prohuerta y el pimentón

03 Diciembre 2016
En los años ‘80, el INTA puso el eje en la solución del problema energético. En ese marco, tuvo una activa participación en el proyecto Alconafta de Tucumán, que propuso elaborar azúcar y alcohol aprovechando la infraestructura fabril existente. Aportó, entonces, con un relevamiento exhaustivo de las posibilidades de funcionamiento a partir de estadísticas y datos de producciones y costos fabriles; labor que complementó con la investigación sobre nuevas variedades resistentes a plagas y enfermedades que ampliaron el panorama.

Durante la década del ‘90, se trabajó intensamente en los cultivos de frutas finas con numerosos aportes relacionados con variedades, manejo del cultivo y estudios de plagas y enfermedades para la producción de frutilla. En el año 1996, y por primera vez en Tucumán, se iniciaron evaluaciones de variedades, orígenes de plantas y manejo del cultivo de arándano.

En innovación estratégica y organizacional, la Institución cuenta con una larga trayectoria de articulaciones con los diferentes actores que produjeron importantes aportes para el desarrollo territorial.

También, como aporte a las políticas públicas, se rescata la implementación del Programa para Incrementar la Competitividad del Sector Sucroalcoholero (Proicsa) desde el año 2013, donde el INTA Famaillá realiza un fuerte trabajo para el fortalecimiento de la estructura productiva y comercial de los pequeños productores.

Un párrafo aparte merece la experiencia desarrollada, desde 1992, en el marco del Programa Pro Huerta (Ministerio de Desarrollo Social/INTA) para mejorar la alimentación de la población de escasos recursos de las áreas urbanas, semiurbanas y rurales, mediante la autoproducción de alimentos frescos.

Otros avances importantes de la EEA Famaillá estuvieron vinculados con el mejoramiento e inscripción de tres variedades de pimiento para pimentón en el Inase, las primeras producidas en Argentina; y, también, con la generación de tecnología para la producción sustentable del cultivo.

En forestales, se hicieron aportes relacionados con la producción de material genético de especies de rápido crecimiento, la domesticación de especies nativas de alto valor socioeconómico, el ordenamiento territorial de bosques nativos y la transferencia y promoción de materiales genéticos y manejos silviculturales para facilitar la adopción por parte de los productores.

Abejas y hortalizas

Otro de los trabajos fue el impulso y desarrollo de la apicultura, con investigaciones que llevaron a obtener el desarrollo de Normas IRAM-INTA para propóleos y extractos de propóleos, la inclusión del propóleos en el Código Alimentario Argentino y avances en la polinización y el manejo sustentable de las abejas nativas.

En cuanto a hortalizas pesadas, se logró obtener una colección de variedades y clones de batata disponible en el INTA Famaillá. Además, se hicieron aportes para la sustentabilidad del cultivo con la producción de plantines a partir de semilla botánica en almácigos flotantes en los programas de mejoramiento genético; y se publicó un manual técnico para difundir la propuesta tecnológica generada desde el INTA.

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