Nacer y crecer con VIH: a los 21 años, Camila cuenta su vida "en positivo"

Nacer y crecer con VIH: a los 21 años, Camila cuenta su vida "en positivo"

La joven es una activista por los derechos de niños y adolescentes positivos. La visibilización como lucha.

VIVA. Camila estudia, trabaja, lucha, ama y ayuda a otras personas con VIH. VIVA. Camila estudia, trabaja, lucha, ama y ayuda a otras personas con VIH.
01 Diciembre 2016

Quince años le llevó a Camila Arce hablar con otra persona que no fuera su mamá, su almohada o su médico de un tema con el que lidiaba desde que había nacido y convivido con naturalidad. A los dos años y medio su mamá le contó que tenía VIH y que comenzaría un tratamiento con pastillas para no enfermarse, pero que de eso no tenía que hablar con nadie. “La gente no lo entiende, la gente no está preparada, mejor no hables”, le decía su mamá. A Camila le parece mentira que hoy, a más de 20 años de esos pedidos para protegerla, todavía haya gente que no lo entienda, que no esté preparada para compartir un tiempo y un espacio con una persona con VIH.

Camila tiene 21 años, es rosarina, y ha logrado que el virus que la acompañó desde la cuna se convierta en una de sus mayores fortalezas, en su trabajo de todos los días y en una buena razón para mirar a los costados. “Creo que el VIH nos humanizó y nos unió, precisamente en un tiempo en el que los jóvenes estamos tan atrapados por el consumismo y el individualismo. Los que nacimos con el virus valoramos cosas muchos más profundas”, rescata la joven militante, estudiante de Trabajo Social, miembro del Programa Municipal de Sida de la ciudad de Rosario, Santa Fe y representante de Red de Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos.

El novio que se esfumó


Los 15 años fueron la bisagra. Camila quería dejar de jugar a las escondidas y contarle a todo el mundo que ella vivía con VIH y que vivía muy bien. Pasó todo junto: enamorarse, visibilizarse como portadora del virus y también sufrir por primera vez en la vida la discriminación. “Estaba saliendo con un chico, comenzando una relación y decidí contárselo”, recuerda durante su charla telefónica con LA GACETA. Habrá sentido miedo Camila, miedo y el corazón agitado por el coraje, pero se llevó una hermosa sorpresa. “Este chico, que era de Buenos Aires, me dijo que a él no le importaba, que me amaba y que quería estar conmigo. Él tenía un año menos que yo y me confesó que no sabía mucho del tema pero que iba a informarse. No habíamos tenido relaciones sexuales todavía. Pero después de eso no lo vi más. Nunca más supe de él”, cuenta, todavía sorprendida. Al tiempo se enteró de la causa: los padres del chico le prohibieron que la volviera a ver, cambiaron las cerraduras de la casa, le cortaron internet, llamaron a la mamá de Camila en tono amenazante exigiendo que su hija no se acercara a su hijo.

Ese primer golpe la convenció de que el mejor camino era la visibilización y la militancia. “Ser adolescente ya es complicado, así que imaginate ser niño y adolescente con VIH. Yo, con cinco años, tomaba 20 pastillas diarias molidas y mezcladas con postres, porque no existe medicación pediátrica para el VIH. Eso, más tener que ir todos los meses a los médicos, más hacerse controles constantemente, y encima sufrir la discriminación son cosas que atentan contra los tratamientos, los chicos se terminan hartando de esa vida y ahí es donde vemos que el Estado no tiene políticas específicas para niños y adolescentes con VIH. Y el problema es que nos morimos, cuando podríamos seguir viviendo normalmente, porque a eso hay que sumar otros factores de vulnerabilidad como la pobreza y la falta de acceso a la información”, señala Camila, mientras se sube a un micro que la lleva de Buenos Aires a Rosario. Ayer tuvo un día agitado, dando conferencias de prensa, recordando al mundo que la discriminación y la estigmatización es la que mata. Pero que hay chicos como ella que están decididos a vivir y a morir como cualquier otra persona, cuando le llegue el momento.

El 30% de los argentinos tiene el virus y no lo sabe

La epidemia de VIH en la Argentina continúa estable. La noticia podría ser alentadora de no ser por la realidad, siempre aplastante: cada año hay 6.500 nuevos diagnósticos positivos pero en realidad se calcula que son 120.000 los argentinos que tienen el virus, aunque el 30% lo desconoce. Del total de personas que conocen su diagnóstico, el 81% está en tratamiento y la mayoría de ellas se atiende en el sistema público de salud.

Los varones portadores del virus siguen más numerosos que las mujeres. La relación es dos hombres por cada mujer.

Las vías de transmisión 


La principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales sin uso del preservativo (90%). Entre los varones, el 43,2% adquirió la infección en una relación heterosexual, mientras que el 46,9% lo hizo en una relación con otro varón explicó la doctora Claudia Lucena, referente de la Unidad Coordinadora y Ejecutora Provincial de VIH SIDA y de otras enfermedades de Transmisión Sexual.

Bebés infectados


De cada 100 bebés que nacen de madres con VIH, más de cinco (5,2) adquieren la infección, señaló la médica.

En Argentina se ha registrado 68.000 personas que reciben tratamiento antirretroviral. De estas, el 70% se atiende en el sistema público de salud.

Las cifras de Tucumán

Con respecto a Tucumán, los registros muestran una tasa de VIH de 16,5 afectados por cada 100.000 habitantes. Permanecen estables en lo que va de 2016, indicó la doctora Lucena.

La tasa de transmisión vertical es de 4% y la meta para 2017 es descender al 2%. Se han registrado 1.200 personas con tratamiento antiretroviral en ocho servicios de infectología que atienden personas con VIH en la provincia y en 17 centros de prevención, con asesoramiento y testeo voluntario de VIH/Sífilis.

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Homañana: tests rápidos 
Hoy y mañana habrá test rápidos (30 minutos) y gratuitos en la Plaza Urquiza. Es parte de la campaña “Elegí saber”, del Ministerio de Salud
En todos los hospitales de la provincia harán también el test de VIH, brindarán asesoramiento y contención. 
Conocé dónde hacerte el test cualquier día, todo el año en www.msptucuman.gov.ar
el peor virus 
muertos de vergüenza
A pesar de los programas públicos que brindan tests, medicamentos y controles gratuitos; de la información abundante, de terapias cada vez más efectivas, todavía hay gente que adquiere VIH y muere de sida. Los miembros de las organizaciones que luchan por los derechos de las personas positivas advierten que el peor virus es la discriminación: el miedo al rechazo social hace que las personas no se hagan el test o que no lleguen a hacerse el tratamiento antirretroviral por la vergüenza de ir a buscar los remedios todos los meses.
prevención
hacete el test
Los últimos tratamientos  para tratar el VIH se reducen a una pastilla diaria y el objetivo es suprimir la carga viral en sangre, con lo que se evita que el virus ataque las defensas y, además, se disminuye considerablemente las posibilidades de transmisión del virus. Mantener relaciones sexuales protegidas y hacerse un test cada seis meses son las rutinas que hay que incorporar para evitar adquirir el virus o para tratarlo lo más pronto posible. Los especialistas recomiendan siempre hacerse el test en lugares públicos, que cuentan con personas entrenadas para informar en el caso de que sea positivo y de guiar al paciente en los pasos a seguir.



Hoy y mañana: tests rápidos 

Hoy y mañana habrá test rápidos (30 minutos) y gratuitos en la Plaza Urquiza. Es parte de la campaña “Elegí saber”, del Ministerio de Salud
En todos los hospitales de la provincia harán también el test de VIH, brindarán asesoramiento y contención. 
Conocé dónde hacerte el test cualquier día, todo el año en www.msptucuman.gov.ar

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El peor virus 
Muertos de vergüenza

A pesar de los programas públicos que brindan tests, medicamentos y controles gratuitos; de la información abundante, de terapias cada vez más efectivas, todavía hay gente que adquiere VIH y muere de sida. Los miembros de las organizaciones que luchan por los derechos de las personas positivas advierten que el peor virus es la discriminación: el miedo al rechazo social hace que las personas no se hagan el test o que no lleguen a hacerse el tratamiento antirretroviral por la vergüenza de ir a buscar los remedios todos los meses.


Prevención
Hacete el test

Los últimos tratamientos  para tratar el VIH se reducen a una pastilla diaria y el objetivo es suprimir la carga viral en sangre, con lo que se evita que el virus ataque las defensas y, además, se disminuye considerablemente las posibilidades de transmisión del virus. Mantener relaciones sexuales protegidas y hacerse un test cada seis meses son las rutinas que hay que incorporar para evitar adquirir el virus o para tratarlo lo más pronto posible. Los especialistas recomiendan siempre hacerse el test en lugares públicos, que cuentan con personas entrenadas para informar en el caso de que sea positivo y de guiar al paciente en los pasos a seguir.

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