La “escuela paralela” comienza sus clases

La “escuela paralela” comienza sus clases

Los profesores particulares están en “temporada alta”. Los alumnos cada año vienen peor preparados y con más materias para rendir

BIEN APRETADOS. La mesa del living ya no tiene lugar para un alumno más en la casa del profesor particular. Es tiempo de salvar la materia.  LA GACETA / Foto de José Nuno BIEN APRETADOS. La mesa del living ya no tiene lugar para un alumno más en la casa del profesor particular. Es tiempo de salvar la materia. LA GACETA / Foto de José Nuno
28 Noviembre 2016

La mesa del living parece pequeña. Ocho chicos por acá, cuatro más en la cocina, seis en el garage... De pronto, la casa del profesor particular se convierte en “la escuela paralela”. Una escuela donde hacen eco los problemas de la “escuela oficial”: los contenidos súper resumidos, la falta de hábitos y de métodos de estudio, los problemas de comprensión de texto ... ¡Y todo esto contrarreloj! Por cada materia que se suma, es menos el tiempo que queda para dedicarle a cada una.

Por estos días, la casa de María Curubeto se llena de alumnos en cuatro turnos, de 8 a 22. “Hay chicos que vienen con ocho o nueve materias para estudiar. ¡Debo hacer malabares con el tiempo porque siempre vienen a último momento!”, dice María que enseña materias humanísticas. María Luz Torres Viaña, profesora de Inglés, reconoce que “cada vez hay más alumnos, pero a último momento, cada vez más sobre la fecha”, reniega.

La temporada alta para los profesores particulares es: julio (para las previas o las trimestrales), noviembre (recuperación del tercer trimestre y exámenes de diciembre), fines de enero y febrero. Los profesores comienzan a las 8 y terminan a las 23.

Noviembre es el mes del último trimestre. Aunque tengan los anteriores desaprobados, si aprueban el tercer trimestre se salvan de rendir la materia completa en diciembre. “Yo les pido que no vengan dos días antes de la prueba sino cada vez que les enseñan un tema nuevo. Uno no puede hacer milagros”, reconoce Belén Luzuriaga profesora de Física, Matemática y Química. Sus alumnos son todos de un mismo colegio y los separa por curso. “Tengo amigas que se especializan en escuelas universitarias porque “ya conocen el sistema”, dice.

Si bien hay más chicos en las “escuelas paralelas” cada vez están menos preparados. “Si tienen que leer un libro, ¡olvidate! Yo lo leo, hago el resumen y les explico”, reconoce Curubeto. “No tienen el hábito ni entienden lo que leen. Esa es la principal razón del fracaso en el secundario y en primer año de la facultad”, concluye.


Por Whatsap
La costumbre de fotografiar la tarea
Antes el chico faltaba a clase y pedía la tarea para copiar. Hoy sacan una foto de la hoja ¡y listo! El problema es que después tienen que estudiar del celular. Cuando no pedían la carpeta estaba todo bien pero ahora los profesores piden la carpeta completa”, cuenta la profesora particular María Curubeto. Ahora ya ni siquiera van a casa del compañero a copiar la tarea. “Le pido a mi compañero que me mande fotos de las tareas por whatsapp y listo”, cuenta Iara (15 años). “El problema es que si después te olvidás de pasarlas a la carpeta,  cuando te das cuenta tenés la carpeta incompleta”, dice.
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Por escuela
atienden alumnos de un solo colegio
“La única propaganda que tenemos es el boca en boca, entonces un alumno que desaprueba a mí no me sirve. Si va a ser un alumno problema tampoco me sirve. Por eso sé de profesores que no toman de algunas escuelas o que toman alumnos solo de determinada escuela, porque ya saben lo que se pide y tienen  todo el sistema armado”, dice María Viaña. Así hay profesores que se especializan en chicos de la escuela Sarmiento o del Gymnasium. Para poder ingresar a la Escuela Normal o a las secundrias de la UNT hay profesores “especializados” que conocen los temarios.
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Contenidos
Cada vez leen menos y entienden menos
“En el afán de que los chicos aprueben, los docentes les dan menos contenidos. El problema es que al año siguiente el profesor dice ‘pero ¿como? no vieron esto el año pasado”, afirma María Curubeto. “En clase particular es igual. Te querés explayar un poco más y el chico te frena: ‘no, eso no me han enseñado’. Y no les podés enseñar porque no quieren más contenidos. Encima les cuesta leer de libros porque no tienen la costumbre. Entonces yo les leo los temas, les explico con otras palabras y les pongo ejemplos de la vida cotidiana”, dice la profesora de Historia y otras materias. 
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Los precios
Por hora se cobra entre $ 100 y $ 150 
Los valores son muy variables. Una hora de clase individual oscila entre $ 100 y $ 150. Pero si es grupal depende de la cantidad de chicos. Lo mismo ocurre cuando se acuerda un pago por materia. Se cobra  $ 500 por cada mesa de examen (dos o tres veces por semana) o entre $ 800 y $1.300 si el chico va todos los días. Pero además se hacen muchas promociones o combos (por varias materias, por varios hermanos, por ir todos los días, por haber ido todo el año a clase de apoyo, por ser la segunda vez que rinde la materia, etcétera). Por lo general en los barrios es más barato que en el centro.  
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Las Materias más odiadas
Inglés, matemática, Física y Química siguen siendo “las fijas” de cada año 
Lalo (17 años) se lleva matemática todos los años. “Como sé que me cuesta mucho, durante el año estudio todas las demás menos esa, y a esa la dejo para las vacaciones”, reconoce. Idiomas, Física, Química y Matemática siguen siendo las que más difíciles de aprobar durante el año. Algunos chicos también se llevan materias por falta. “Si tenés menos del 75% de asistencias en matemática, te la llevás libre”, cuenta Faby, alumna de la escuela Normal.
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Curso acelerado
Los chicos deben aprender en menos de un mes lo que les enseñaron durante un año 
“Muchos chicos vienen al profesor particular como de última, a aprender en un mes lo que intentaron enseñarle durante un año”, dice la profesora de inglés María Luz Torres Viaña. “Vienen desesperados porque le toman pasado y presente perfecto en el tercer trimestre, pero cuando empezás a enseñarle te das cuenta que no sabe el presente simple. Entonces hay que empezar todo desde el primer día de clase. ¡El chico no estudió en todo el año!”.


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La costumbre de fotografiar la tarea

Antes el chico faltaba a clase y pedía la tarea para copiar. Hoy sacan una foto de la hoja ¡y listo! El problema es que después tienen que estudiar del celular. Cuando no pedían la carpeta estaba todo bien pero ahora los profesores piden la carpeta completa”, cuenta la profesora particular María Curubeto. Ahora ya ni siquiera van a casa del compañero a copiar la tarea. “Le pido a mi compañero que me mande fotos de las tareas por whatsapp y listo”, cuenta Iara (15 años). “El problema es que si después te olvidás de pasarlas a la carpeta,  cuando te das cuenta tenés la carpeta incompleta”, dice.

Por escuela
Atienden alumnos de un solo colegio

“La única propaganda que tenemos es el boca en boca, entonces un alumno que desaprueba a mí no me sirve. Si va a ser un alumno problema tampoco me sirve. Por eso sé de profesores que no toman de algunas escuelas o que toman alumnos solo de determinada escuela, porque ya saben lo que se pide y tienen  todo el sistema armado”, dice María Viaña. Así hay profesores que se especializan en chicos de la escuela Sarmiento o del Gymnasium. Para poder ingresar a la Escuela Normal o a las secundrias de la UNT hay profesores “especializados” que conocen los temarios.

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Cada vez leen menos y entienden menos

“En el afán de que los chicos aprueben, los docentes les dan menos contenidos. El problema es que al año siguiente el profesor dice ‘pero ¿como? no vieron esto el año pasado”, afirma María Curubeto. “En clase particular es igual. Te querés explayar un poco más y el chico te frena: ‘no, eso no me han enseñado’. Y no les podés enseñar porque no quieren más contenidos. Encima les cuesta leer de libros porque no tienen la costumbre. Entonces yo les leo los temas, les explico con otras palabras y les pongo ejemplos de la vida cotidiana”, dice la profesora de Historia y otras materias. 

Los precios
Por hora se cobra entre $ 100 y $ 150 

Los valores son muy variables. Una hora de clase individual oscila entre $ 100 y $ 150. Pero si es grupal depende de la cantidad de chicos. Lo mismo ocurre cuando se acuerda un pago por materia. Se cobra  $ 500 por cada mesa de examen (dos o tres veces por semana) o entre $ 800 y $1.300 si el chico va todos los días. Pero además se hacen muchas promociones o combos (por varias materias, por varios hermanos, por ir todos los días, por haber ido todo el año a clase de apoyo, por ser la segunda vez que rinde la materia, etcétera). Por lo general en los barrios es más barato que en el centro.

Las Materias más odiadas
Inglés, matemática, Física y Química siguen siendo “las fijas” de cada año 

Lalo (17 años) se lleva matemática todos los años. “Como sé que me cuesta mucho, durante el año estudio todas las demás menos esa, y a esa la dejo para las vacaciones”, reconoce. Idiomas, Física, Química y Matemática siguen siendo las que más difíciles de aprobar durante el año. Algunos chicos también se llevan materias por falta. “Si tenés menos del 75% de asistencias en matemática, te la llevás libre”, cuenta Faby, alumna de la escuela Normal.

Curso acelerado
Los chicos deben aprender en menos de un mes lo que les enseñaron durante un año
 
“Muchos chicos vienen al profesor particular como de última, a aprender en un mes lo que intentaron enseñarle durante un año”, dice la profesora de inglés María Luz Torres Viaña. “Vienen desesperados porque le toman pasado y presente perfecto en el tercer trimestre, pero cuando empezás a enseñarle te das cuenta que no sabe el presente simple. Entonces hay que empezar todo desde el primer día de clase. ¡El chico no estudió en todo el año!”.

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