Cinco playas de Brasil para soñar en un día de lluvia como hoy

Cinco playas de Brasil para soñar en un día de lluvia como hoy

Te mostramos algunos destinos paradisíacos para que disfrutes desde el monitor, desde la tableta o desde el celular.

BUZIOS. yainis.com BUZIOS. yainis.com
22 Noviembre 2016

La lluvia y el frío hacen difícil pensar que falta tan poco para las vacaciones. Sin embargo, el verano está a la vuelta de la esquina. Si estás en la oficina y el día gris te deprime, acá te mostramos cinco playas increíbles de Brasil para que sueñes con días de sol y mar.

1- Pipa


En el estado de Rio Grande do Norte, Pipa tiene una ubicación geográfica privilegiada que garantiza calor y sol el 90% del año.

Las playas de Pipa son deslumbrantes: grandes bahías rodeadas de acantilados; algunas sembradas de coqueros; otras, cubiertas de reservas de mata atlántica… Las estrellas indiscutidas del destino son los delfines que se acercan todos los días a las playas do Curral –también conocida como Baía dos Golfinhos– y Madeiro para alimentarse.

Las tortugas marinas también eligen estas costas para desovar, en particular la llamada Praia das Minas.

Paseos en jeep por las playas, travesías en kayak por los y paseos en barco para ver de cerca los delfines o apreciar el atardecer desde el agua son otras de las opciones.

2- Jericoara

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En el estado de Ceará, la playa de Jericoacoara es conocida por su belleza agreste. Sus dunas, además, son famosas por entregar una de las puestas de sol más hermosas de Brasil. Las temperaturas mínimas rondan los 25ºC y las máximas se clavan en 30ºC, mientras que las lluvias son escasas.

A unos 300 kilómetros de Fortaleza, el acceso a este Parque Nacional debe hacerse en 4x4 por las dunas o por la playa. Una vez allí, los días de sol son perfectos para caminar hasta la Pedra Furada. La formación rocosa se convirtió en símbolo del destino.

Las caminatas pueden llevar al viajero hasta la pequeña iglesia de piedra construida por los nativos, desde cuya torre se puede contemplar la playa en toda su extensión. La llamada “duna do Por do Sol” es en punto obligado para presenciar el espectáculo del atardecer. Este ritual diario suele estar seguido de una rueda de capoeira en la playa.

3.- Praia do forte

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Una pequeña iglesia blanca y celeste pegada al mar, las ruinas de un imponente castillo, una base del Projeto Tamar –dedicado a la protección de las tortugas marinas–, un faro blanco, resorts y un pintoresco pueblito con posadas coquetas, locales de ropa y artesanía, y bares y restaurantes para todos los gustos, conforman básicamente la lista de lo que se puede encontrar en este destino situado a unos 70 kilómetros al norte de Salvador, en el estado de Bahía.

Las aguas son cálidas y las piletas naturales que se forman con la marea baja hacen que sea posible nadar rodeado de peces de colores. Las más frecuentadas son las de Papa Gente y Lord.

Una opción es visitar el Castillo Garcia D’Avila, cuya construcción comenzó en 1551. Hoy, sus ruinas ofrecen hermosas panorámicas del mar a través de magníficos arcos de piedra.

Al caer el sol, las ruedas de capoeira, el samba de roda y el maculelé son algunas de las expresiones folclóricas que deslumbran a los visitantes. Las vendedoras bahianas, vestidas de blanco y con sus “tabuleiros” se instalan en las calles para ofrecer sus delicias, entre las que son imperdibles el acarajé y las cocadas.

Si el clima se complica, Salvador es una opción muy cercana para pasar el día.

4- Porto Seguro y Arraial D’ajuda


En el litoral sur del estado de Bahía, Porto Seguro y Arraial d’Ajuda son casi dos destinos en uno, muy cercanos pero también muy diferentes. Porto Seguro es masivo, con grandes resorts, imponente infraestructura en las playas. En cambio, si se prefiere algo más relajado, romántico, rústico o tranquilo, lo ideal es Arraial.

En Porto Seguro, las playas se caracterizan por la presencia de las populares barracas –paradores– en los que hay bares, restaurantes, escenarios en los que se generan espectáculos.

El panorama es completamente distinto del otro lado del río Buranhem, en Arraial. Allí aparecen las playas de Apaga Fogo, Araçaípe y Mucugê, con barreras de arrecifes que tornan sus aguas sumamente tranquilas. Siguen Pitinga, Taípe y Río da Barra, con acantilados arcillosos, menos frecuentadas y también con mayor oleaje.

5- Buzios


Está a 190 kilómetros de Río de Janeiro. Cuenta con un particular microclima que lo beneficia con un promedio de días de sol dos veces mayor que el del vecino municipio de Río y tres veces mayor que Angra dos Reis.

Buzios es hermoso, sus playas son diversas, y aun si no hace un calor de verano es un muy buen plan alquilar un jeep y recorrerlas para tomar sol y caminar a orillas de su mar verde.

Otra alternativa es tomar un paseo en barco, que invita a recorrer las playas disfrutando del paisaje y del sol.

Las opciones gastronómicas y de compras son variadas: la famosa Rua das Pedras acapara la atención y la oferta.

Buzios también ofrece alternativas como golf, trekking, mountain bike, cabalgatas, deportes náuticos y pesca, además de opciones indoors para casos de emergencia como cine o bowling.

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