Toda la ciudad en una esquina a la que pudo ver cómo cambiaba durante 50 años

Toda la ciudad en una esquina a la que pudo ver cómo cambiaba durante 50 años

José Paz, conocido como “Pepe”, es canillita en el mismo puesto desde hace 50 años.

OTROS TIEMPOS. En los ‘80, la vieja casona fue un local famoso por los videojuegos.- OTROS TIEMPOS. En los ‘80, la vieja casona fue un local famoso por los videojuegos.-
22 Noviembre 2016

El tiempo pasa sin detenerse, y tras él, va dejando sutiles, pero efectivas muestras de su paso. En el caso de las ciudades, estos cambios suelen ser imperceptibles y a veces, la mayoría, no logra percatarse de esas modificaciones hasta que se contrastan, aunque sea por un instante, el pasado y el presente. Para lograr ese contraste, una de las herramientas es la fotografía.

Pocas cosas cambian tanto como una ciudad. Aunque muchas veces se piensa que los edificios de concreto van mutando de forma muy lenta, en realidad nunca dejan de moverse. Con 79 años de vida, José Paz todavía se levanta a las 7 para salir a trabajar. Tiene su puesto de diarios y revistas en una de las esquinas más concurridas de la ciudad: 25 de Mayo y San Juan. Por allí pasan miles de personas todos los días. Muchas de ellas se detienen unos minutos frente a la pila de portadas que con fotos coloridas que se exhiben en ese puesto.

Conocido por su clientela con el apodo de “Pepe”, está a punto de cumplir 50 años como canillita en ese mismo sitio céntrico. Todo comenzó cuando tenía 25 años, en sociedad con su hermano Eduardo Paz. En aquel tiempo, para ser socio del sindicato de canillitas debía trabajar cinco años ininterrumpidos y recién se le otorgaba el carnet del sindicato. “Con mi hermano le compramos el puesto a un señor que no me acuerdo el nombre, por $ 10. Era mucha plata -recuerda Pepe-; entonces me dijo que podía pagarle $ 1 por mes. Así yo tenía que tener $ 1 a fin de mes para seguir con el puesto de diarios y revistas”, detalló. Don Pepe ha sido testigo presencial privilegiado de la metamorfosis que ha experimentado esa esquina concurrida de la ciudad. Todavía recuerda que antes del McDonald’s, en ese edificio funcionaba un local de videojuegos llamado Tic Tac Toe. “Era un mundo de changueríos y eso estaba lleno a toda hora; incluso en horario de la escuela”, recuerda.

Mientras los comercios cambiaban de propietarios o de rubros, don Pepe seguía firme con su quiosco de diarios y revistas. “Antes de los videojuegos, en ese edificio estaban las oficinas del ingenio Bella Vista, en la planta baja, y arriba había departamentos”, asegura. Al frente, donde hoy en día funciona un bar, antes había un local de venta de motocicletas de una famosa marca japonesa.

“Ese bar se llama así porque tenía una puerta muy pesada, y cuando entraba la gente tenía que empujar con fuerza para abrirla. La gente decía tomemos un café ahí en el bar ese donde hay que empujar la puerta; entonces le fue quedando la referencia del empuje para entrar. Cuando cambió de dueños, el nuevo propietario decidió que el lugar de encuentro se llamaría, en adelante, El Empuje”, contó el veterano canillita.

La casona

Entre las cuatro ochavas de esa esquina, la más recordada es la que da al cardinal suroeste. Construida en 1893, lo que hoy en día es el local de McDonald’s, la casona fue erigida por Evaristo Servici y su esposa Amelia Benci. Esa construcción portentosa llama la atención por la imponencia de sus líneas y la fuerza de su construcción simbólica del optimismo que caracterizaba a la Argentina de finales del siglo pasado.

Es el único edificio de esa esquina que respetó su fachada original, a pesar de los cambios de rubros. Fue construida dentro del esquema de “vivienda en el primer piso y escritorios en planta baja”.

La casona se vincula con un acontecimiento histórico de la ciudad. En efecto, ni bien inaugurada fue utilizada por el Gobierno provincial para acantonar las milicias que resistían la revolución radical de septiembre de 1893. Según los registros oficiales, se denominaba “Cantón Benci” y definía el límite de las hostilidades entre gubernistas y rebeldes.

Don Pepe continúa con su puesto de canillita y siempre en el mismo lugar. “Pasan los años y yo sigo aquí; probé suerte y le fui agarrando el gustito al oficio y ya no lo dejo más”, dijo. A su alrededor puede cambiar la fisonomía de la ciudad, pero el quiosco de Pepe sigue en pie, abriendo sus puertas repletas de diarios y revistas, mientras la ciudad afianza su metamorfosis.


otros usos
LA funcionalidad de una construcción y el nuevo destino tienen ejemplos en la ciudad
El amplio local comercial de 25 de Mayo y San Juan es uno de los ejemplos de edificios vetustos, que fueron totalmente renovados en su interior, pero dejando intacta su fachada. Esto implica que la vejez de un edificio no es, de ningún modo, un obstáculo para destinarlo a otros usos. Así lo muestran también otro múltiples como fueron las viviendas de las primeras décadas del siglo XX y donde hoy en día funcionan el Ente de Turismo, la Federación Económica, el Centro Cultural Rougés, entre otros.
 
un emblema
una sede de ayuda social con 80 años de vida en la misma esquina céntrica
En la ochava noreste de 25 de Mayo y San Juan todavía funciona la Ayuda Social Femenina, que festejó sus 80 años. La institución fue fundada por doña Elena López Pondal de Aráoz. El propósito inicial -que se mantiene hasta hoy- era que las mujeres necesitadas y habilidosas pudieran, sin salir de sus hogares, ayudarse económicamente vendiendo sus artesanías en consignación. En esa ochava es donde se ganó un espacio “Don Pepe” para su famoso puesto de diarios y revistas. 

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En la ochava noreste de 25 de Mayo y San Juan todavía funciona la Ayuda Social Femenina, que festejó sus 80 años. La institución fue fundada por doña Elena López Pondal de Aráoz. El propósito inicial -que se mantiene hasta hoy- era que las mujeres necesitadas y habilidosas pudieran, sin salir de sus hogares, ayudarse económicamente vendiendo sus artesanías en consignación. En esa ochava es donde se ganó un espacio “Don Pepe” para su famoso puesto de diarios y revistas. 

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