18 Noviembre 2016
Ernesto Picón Montenegro, un adolescente tucumano de 17 años que a principios de noviembre se quedó con la medalla de oro en la 26° Olimpíada Argentina de Química, que se realizó en la localidad cordobesa de Villa Giardino, ahora sueña con llegar a la Olimpíada Internacional que se celebrará el próximo año en Tailandia.
El alumno de la Escuela Técnica de Lules reconoce que nunca se imaginó pasar por lo que está viviendo: "entré a química casi por descarte, no me gustaban las otras orientaciones. Pero luego empecé a aprender y me fue gustando, hasta que un profesor me ofreció participar en Olímpiadas".
Allí comenzó todo para Ernesto, quien arrancó con un exigente preparativo. "Fue todo un tema. Yo comencé a entrenar a principios de año (fines de febrero), de ahí fui pasando las diferentes instancias. Está bueno porque conocés gente con la que compartís gustos, y aprendés incluso mas sobre vos mismo y tus capacidades", asegura.
"En cuanto al entrenamiento, fue bastante complicado este año, ya que la mayoría de los temas se los ven recién hasta la universidad. Tengo la suerte de que mis profesores me regalaron hace unos años uno de los mejores libros para ese tema; también tuve que rendir un examen de laboratorio, fue algo totalmente nuevo para mí, pero recibimos ayuda de la Facultad para realizar las prácticas que necesitaba", agregó el chico que se considera un queso para los deportes.
El paso siguiente para el tucumano de oro será comenzar una preparación que estará a cargo de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Para imitar el camino que está recorriendo, afirma que los estudiantes deberían ser incentivados para llegar a las olimpíadas. "Sería bueno que se sumen más escuelas, porque cada vez son menos en Tucumán. Hay que dedicarle mucho tiempo a la química para llegar lejos", concluyó.
Ernesto Picón Montenegro, un adolescente tucumano de 17 años que a principios de noviembre se quedó con la medalla de oro en la 26° Olimpíada Argentina de Química, que se realizó en la localidad cordobesa de Villa Giardino, ahora sueña con llegar a la Olimpíada Internacional que se celebrará el próximo año en Tailandia.
El alumno de la Escuela Técnica de Lules reconoce que nunca se imaginó pasar por lo que está viviendo: "entré a química casi por descarte, no me gustaban las otras orientaciones. Pero luego empecé a aprender y me fue gustando, hasta que un profesor me ofreció participar en Olímpiadas".
Allí comenzó todo para Ernesto, quien arrancó con un exigente preparativo. "Fue todo un tema. Yo comencé a entrenar a principios de año (fines de febrero), de ahí fui pasando las diferentes instancias. Está bueno porque conocés gente con la que compartís gustos, y aprendés incluso mas sobre vos mismo y tus capacidades", asegura.
"En cuanto al entrenamiento, fue bastante complicado este año, ya que la mayoría de los temas se los ven recién hasta la universidad. Tengo la suerte de que mis profesores me regalaron hace unos años uno de los mejores libros para ese tema; también tuve que rendir un examen de laboratorio, fue algo totalmente nuevo para mí, pero recibimos ayuda de la Facultad para realizar las prácticas que necesitaba", agregó el chico que se considera un queso para los deportes.
El paso siguiente para el tucumano de oro será comenzar una preparación que estará a cargo de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Para imitar el camino que está recorriendo, afirma que los estudiantes deberían ser incentivados para llegar a las olimpíadas. "Sería bueno que se sumen más escuelas, porque cada vez son menos en Tucumán. Hay que dedicarle mucho tiempo a la química para llegar lejos", concluyó.
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