La historia que explica por qué Messi demoró en aprender a patear tiros libres

La historia que explica por qué Messi demoró en aprender a patear tiros libres

Durante su etapa como jugador de la Masía en Barcelona, su compañero Clausí era quien siempre se encargaba de ejecutar la falte. El consejo de Maradona.

LIONEL MESSI CON LA 10, CLAUSÍ CON LA 11 (FOTO LA NACIÓN) LIONEL MESSI CON LA 10, CLAUSÍ CON LA 11 (FOTO LA NACIÓN)
17 Noviembre 2016

El último golazo de tiro libre de Lionel Messi aún sigue dando que hablar. El astro la clavó en un ángulo ante Colombia y los más fanáticos se rompen las manos para aplaudirlo.

Pero la historia dice que "Leo" no fue siempre un especialista de la pelota parada. En una nota publicada en el diario La Nación, se recuerda que, durante su etapa como jugador en la Masía de Barcelona, Messi pasaba de largo cuando había que encargase del tiro libre.

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El dueño de la pelota en ese momento era su compañero Juanjo Clausí, quien integró la categoría 87 culé y quien hoy es un futbolista perdido en el ascenso español. Clausí, con la 11 en su espalda, no dejaba al 10 ejecutar la falta. Era zurdo como "Leo" pero pese a una gran pegada, terminó perdiéndose como futbolista entre las categorías más bajas del futbol español. Lo que sucedió con Messi, en cambio, es más que conocido.

En la misma nota, otra anécdota sobre Lionel y la pelota parada fue tomada del libro de Fernando Signorini, el histórico preparador físico de Diego Maradona:

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"En febrero de 2009, a poco tiempo de haber asumido Maradona como técnico de la selección, fuimos a Francia a disputar un amistoso ante el seleccionado local, en Marsella. El día anterior al partido hicimos una práctica en el estadio, donde Diego trabajó con los 11 titulares en el táctico final y yo me quedé con el resto haciendo un 'loco' hasta terminar el entrenamiento. Cuando dio la orden de terminar, Mascherano, Tevez y Messi le pidieron si podían quedarse haciendo tiros al arco, a lo que Maradona accedió. En un momento, Lionel puso la pelota mirando hacia el arco, un poco sobre la izquierda y cuando le pegó, su remate se fue lejos, por arriba del ángulo de la mano derecha de Carrizo. Hizo un gesto de fastidio y, como enfiló para el vestuario, le salí al cruce: 'Decime una cosa, ¿un jugador como vos se va a ir a duchar con esa porquería? Dejate de hinchar las bolas. Agarrá una pelota y volvé a intentar'. Termino de pronunciar eso y veo que viene Diego, que había escuchado todo, como siempre. Lo tomó del hombro y le dijo: 'Leíto, Leíto, vení, papá. Vamos a hacerlo de vuelta'. Era como un profesor con un alumno. Y siguió; 'Poné la pelota acá y escuchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota porque si no ella no sabe lo que vos querés'. Entonces, la acarició con la zurda y la clavó en el ángulo, inflando la red ante la mirada de admiración de Messi. Para los que hablan de los celos de Diego, ¿qué celos? Le estaba abriendo el mundo del conocimiento y no le cobró nada. Yo pegué media vuelta y no quise ver más, ya era suficiente. Allí estaba el fútbol argentino".

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