El “Toro de las Pampas” dejó su huella en el boxeo

El “Toro de las Pampas” dejó su huella en el boxeo

LA PELEA DEL SIGLO. Una imagen inolvidable para los argentinos, aun para los que no vivieron aquel momento cuando Firpo sacó del ring a Dempsey  LA PELEA DEL SIGLO. Una imagen inolvidable para los argentinos, aun para los que no vivieron aquel momento cuando Firpo sacó del ring a Dempsey
12 Noviembre 2016
Dejó el país en los primeros días de 1923 como un ídolo y volvía a mediados de noviembre de ese año como una leyenda. Luis Ángel Firpo había sacado del ring al campeón Jack Dempsey pero terminó perdiendo la pelea. Su regreso al país fue un raid por Sudamérica con peleas a lo largo de su viaje, que aumentaron su figura legendaria. Nuestras páginas cubrieron la parte del regreso por tierras tucumanas. Dos cronistas del diario, Oscar Gómez López y Juan Vargas Nievas, lo esperaron en Rosario de la Frontera, hablaron con él, y el “Toro Salvaje de las Pampas” recordó su paso por la provincia dos años antes. La crónica expresa que el campeón había recordado Tucumán de inmediato, y dando pruebas de su memoria excelente, había hablado de varios de los momentos vividos en aquel momento, en vísperas de su primer viaje al país del norte.

Con nuestros cronistas, que por un minuto se volvieron chismosos, Firpo dio una primicia: “quizás tenga una novia”.

El convoy dejó la ciudad salteña e ingresó a territorio tucumano pasando por Trancas, Benjamín Paz, Choromoro, Vipos y Tapia. El paso del tren eran esperado, en cada estación, por una multitud que saludaba con efusividad al campeón.

El ingreso a Tafí Vejo fue memorable y extraordinario. Casi toda la ciudad estuvo allí para verlo. La llegada a la estación Sunchales (ex ferrocarril Mitre) también mostró lo que el ídolo generaba en el público. La estación mostraba un lleno total y se encontraba atestada de gente. El pugilista hizo “su aparición en uno de los estribos del coche pullman usando un espléndido sombrero panamá que bien pronto fue tomado como punto de mira”. Repartió incansablemente saludos a los presentes, mientras agradecía las muestras de cariño del público. El tren, que debía seguir viaje a Buenos Aires, fue detenido para que Firpo pudiera hacer una recorrida triunfal por la capital tucumana. Desde la estación fue hasta la plaza Independencia y luego hasta la cervecería (donde ahora hay un supermercado). Desde allí, a pie por las vías, volvió a la estación, donde la multitud se mantenía firme esperándolo. Al verlo la gente por lugar tan desusado, el griterío se hizo ensordecedor, volaron sombreros y pañuelos en su honor. Se subió al convoy y dejó Tucumán con un recuerdo imborrable que sigue firme en la memoria aunque hayan pasado más de 90 años.

En charla con LA GACETA, el campeón reconoció que Dempsey era bueno. “Yo le pelearé otra vez”, dijo pero esa revancha nunca se concretó. Sobre el momento que lo llevó al nivel de leyenda, relató: “Jack Kearns (representante del campeón), cuando tiré a Dempsey fuera del ring, sufrió la impresión más fuerte de su vida; se ha desgraciado -esto es verídico- y cuando Dempsey volvió al ring y terminó el round, en vez de mojarle la boca con la esponja empapada, Kearns mojaba su boca como si él hubiera sido el peleador. Imagínese cual habría sido el julepe que le di”.

Al ser consultado sobre cuanto tiempo estuvo Dempsey fuera del ring, respondió: “quién sabe... no podría decirlo; lo que sí es cierto es que de la trompada que le asesté lo eché sobre una máquina de escribir, que la destruyó casi completamente”. Sin embargo manifestó su preocupación al indicar: “si hubiera golpeado con la cabeza, no sube más al ring, y nada difícil habría sido que de allí hubiera tenido que ser transportado al hospital”. Reconoció que llegó a la pelea con una artritis aguda que lo había atacado una semana antes. “Llegué debilitado”, aclaró.

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