Radiografía de la política actual

Radiografía de la política actual

Amado muestra políticos más pendientes del rating que de la acción

LA CLAVE. La autora desanda las huellas de los líderes populistas latinoamericanos, obsesionados por comunicar. catedraa LA CLAVE. La autora desanda las huellas de los líderes populistas latinoamericanos, obsesionados por comunicar. catedraa
13 Noviembre 2016

ENSAYO

POLÍTICA POP

ADRIANA AMADO

(Paidós - Buenos Aires) 

Muy avanzada su fecunda investigación, Adriana Amado formula una reflexión clave: subraya que hacia el siglo XIX el hombre tendía a pensar que las transformaciones serían ilimitadas. Eso, porque la Revolución Industrial abrazó mejoras significativas que entre otras cosas impulsaron derechos democráticos inéditos e instituciones contenedoras. Estado, trabajo, salud, educación, familia, medios, mercado, enumera Amado, parecían, amén de prometedoras, eternas.

Y concluye: “Que de todas esas instituciones prometedoras, las dos últimas sean las únicas pujantes dos siglos después es el gran fracaso moderno. Que sean las que prefiera la política para legitimarse es el síntoma de la democracia latinoamericana”.

Doctora en Ciencias Sociales de la Flacso, licenciada en Letras, activista cívica en cuya condición dirige el Centro para la Información Ciudadana, Amado se mete a fondo con un tema de por sí complejo de asir y en apariencia antipático: la naturaleza de los líderes populistas de Latinoamérica en los tiempos de la cultura pop. El aluvión audiovisual, la babel de las redes sociales, la pulpa de las vías de comunicación, de la comunicación propiamente dicha que se expresan en coordenadas que no pueden ser interpretadas con manuales y prismas que en su momento fueron operativos y ya no lo son.

En buen romance, Amado sostiene que la cultura de la imagen ha sido reemplazada por el culto a la celebridad y que ese contexto alumbra a políticos, líderes, presidentes, más desvelados por las cámaras de televisión que por acciones contantes y sonantes. Las acciones capaces de cambiar la vida de la gente o, mejor, de las multitudes que dicen representar, honrar, venerar.

Desde esta perspectiva, la autora desanda las huellas de los líderes populistas latinoamericanos en general hasta abocarse a sus replicantes del siglo XXI. Va hasta el hueso, Amado, con su apetitoso cóctel de investigación, datos, merodeos, conclusiones, conceptos y chispazos de pertinentes ironías. Como por ejemplo cuando hace notar que el populismo latinoamericano ha hecho propia la lógica de Google. Fascinado por la eventual multiplicación de enlaces, el político cree que entre ser más visto y más votado opera una sinonimia. “Su obsesión es comunicar más que hacer”, deduce.

Internacional popular

Pero no vayan a creer que Política Pop es un libro que a la vez que echa luz sobre un escenario desnuda el desencanto por la eficacia de los “telepresidentes”. Más bien, lo contrario. Amado juzga que la de los medios es una influencia a largo plazo y condicionada a la concurrencia de muchas circunstancias. Y, aunque no lo diga con estas palabras, sugiere que en rigor los mayores réditos que obtiene el líder pop es el de la eventual saciedad de su ego, una suerte de placebo funcional y estructural.

Tampoco sería correcto suponer que este trabajo copioso, puntilloso y valioso por añadidura deja enhiestas en su blancura a otras expresiones políticas, sean aproximadas u opuestas a las de los líderes populistas. Qué va. “Prácticamente no hay expresión política por fuera de esta nueva internacional popular apoyada en las narrativas del marketing y la publicidad”.

Y concluye, Amado, lapidaria: la política pop “provoca encantamiento pero no ayuda a construir confianza”.

© LA GACETA

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Walter Vargas

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