Alfaro pide autonomía y critica las ambulancias "clonadas"

Alfaro pide autonomía y critica las ambulancias "clonadas"

El secretario de Vivienda nacional y el intendente, referentes peronistas del ApB, encabezaron un acto en la Municipalidad.

RÚBRICA. Amaya (a la izquierda) y Aybar (a la derecha) observan a Alfaro mientras firma el convenio de obras. RÚBRICA. Amaya (a la izquierda) y Aybar (a la derecha) observan a Alfaro mientras firma el convenio de obras.
05 Noviembre 2016
El calor en el vestíbulo de la sede de la Municipalidad no fue por el sopor de noviembre, sino por el clima electoral. El secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación, Domingo Amaya, visitó ayer al intendente, Germán Alfaro, para la firma de dos convenios de obra pública por $ 190 millones. Los referentes peronistas del Acuerdo para el Bicentenario y de la alianza Cambiemos en la provincia aprovecharon la oportunidad para dar una bajada de línea a la militancia afín al peronismo capitalino. 
Si bien el funcionario macrista criticó a la gestión anterior de forma solapada, el jefe municipal disparó contra el Gobierno provincial: “los tucumanos tenemos que acostumbrarnos a vivir como manda la ley y olvidarnos de los decretos secretos, de las clonaciones de ambulancias y de las valijas de dinero”, disparó. Aludió así a un decreto del gobernador Juan Manzur por el que nombró al ex gobernador José Alperovich asesor de la gobernación (se publicó en el Boletín Oficial casi un año después de rubricado); a la ambulancia que fue entregada dos veces a la comuna de Arcadia y a las causas judiciales por las valijas de dinero con subsidios por $ 600 millones entregados por la Legislatura en 2015.
Los convenios implican obras de pavimentación, cloacas, agua potable, gas, iluminación y parquizado por $ 70 millones del barrio Olleros (incluye la zona San Nicolás) y por $ 120 millones en la barriada Alejandro Heredia, con fondos nacionales.
Baño de multitud
Vecinos, dirigentes, concejales, legisladores y funcionarios municipales atiborraron el hall de la sede municipal (Lavalle y 9 de Julio). Alfaro y Amaya bajaron desde el despacho del intendente a las 11.22 y se dirigieron hasta el escenario, acompañados por el presidente del Concejo Deliberante, Javier Aybar, y por funcionarios del gabinete del Departamento Ejecutivo Municipal. El funcionario nacional y el intendente demoraron 10 minutos en recorrer los 35 metros que separan la escalera del escenario: en medio de los aplausos generalizados, muchos se abalanzaron para saludar y tomarse fotos con el ex intendente y su sucesor.
“Te quiero, Amaya”, gritó desaforada una mujer apenas el ex intendente (2003-2015) comenzó su discurso. En poco más de 12 minutos el ex jefe municipal agradeció a Alfaro, al que tildó de “gran amigo”, por la invitación; al presidente Mauricio Macri; y al ministro del Interior, Rogelio Frigerio (de quien depende la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación). Se tomó el tiempo para saludar al diputado Federico Masso (Libres del Sur) y a la primera dama municipal, Beatriz Ávila. 
“Los políticos tenemos que dedicarnos a mejorar la calidad de vida de la gente. Argentina mostró -como pidió el Presidente- los índices de pobreza. Son alarmantes: un 32% de pobres, pero el 40% en el NOA y en el NEA. (Hay muchos) lugares donde el Estado nunca ha llegado. En 2000 el Observatorio de Deuda Social (de la Universidad Católica Argentina), estableció que había 2.200 barrios vulnerables. Hoy son más de 6.600. No se soluciona en cuatro años, pero tenemos que comenzar”, describió Amaya. 
Relató que visitó comunidades de pueblos originarios en Salta donde se debe caminar varios kilómetros para conseguir agua que no esté contaminada con arsénico, y que esa realidad le dolía. “La pobreza no tiene color político. Por eso hay que trabajar juntos, por los millones de argentinos sin agua potable, cloacas o gas. Con Germán demostramos que se puede. Hay que hacer las cosas bien y sacar adelante este Tucumán que soñamos. Tucumán debe ser bien gobernado en el futuro”, cerró.
¿La crítica a la realidad social en su discurso significa que dejó atrás el kirchnerismo?, le consultó LA GACETA a Amaya en rueda de prensa. “No personalizo, hago críticas a las políticas que no corresponden. Soy peronista y la verdad es que me siento muy cómodo de hacer mi tarea, porque ni el Presidente ni el ministro me objetan a que pueblo voy ni su color político”, evadió.
Alfaro concentró sus críticas en ocho minutos. Comparó que es más difícil gobernar la Capital que la Provincia, por las “inequidades en la distribución de fondos”. 
Criticó al Gobierno al referirse a decretos del Poder Ejecutivo que demoraron casi un año en publicarse en el Boletín Oficial; a la ambulancia que se entregó en dos ocasiones en la localidad de Arcadia (al sur tucumano) y los fondos de gastos sociales de la Legislatura en 2015. Y exigió cambiar el sistema de distribución de los recursos coparticipables (fondos de recaudación de impuestos que devuelve la Nación y la Provincia). 
“La institucionalidad no es tangible. No se la ve pero duele cuando nos la niegan. Los recursos duelen más aún cuando nos los niegan. No puede ser que la Provincia tenga un presupuesto de $ 53.000 millones para 2017 y nosotros apenas $ 3.600 millones cuando viven la mitad de los tucumanos. Esa asimetría hay que terminarla”, disparó Alfaro. 
Sin nombrar al partido que su entorno presentó hace dos semanas (Partido por la Justicia Social), el intendente aseguró que tiene las expectativas puestas en las elecciones del año que viene. “Vamos a difundir nuestro proyecto político, vamos a discutir el proyecto de Tucumán que nosotros queremos y lo vamos a discutir en las urnas. No tenemos que echarle la culpa a nadie, esto todavía no ha terminado, recién comienza en 2017”, vociferó Alfaro, en un tono de voz reservado para arengas políticas. 

El calor en el vestíbulo de la sede de la Municipalidad no fue por el sopor de noviembre, sino por el clima electoral. El secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación, Domingo Amaya, visitó ayer al intendente, Germán Alfaro, para la firma de dos convenios de obra pública por $ 190 millones.

Los referentes peronistas del Acuerdo para el Bicentenario y de la alianza Cambiemos en la provincia aprovecharon la oportunidad para dar una bajada de línea a la militancia afín al peronismo capitalino. Si bien el funcionario macrista criticó a la gestión anterior de forma solapada, el jefe municipal disparó contra el Gobierno provincial: “los tucumanos tenemos que acostumbrarnos a vivir como manda la ley y olvidarnos de los decretos secretos, de las clonaciones de ambulancias y de las valijas de dinero”, disparó.

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Aludió así a un decreto del gobernador Juan Manzur por el que nombró al ex gobernador José Alperovich asesor de la gobernación (se publicó en el Boletín Oficial casi un año después de rubricado); a la ambulancia que fue entregada dos veces a la comuna de Arcadia y a las causas judiciales por las valijas de dinero con subsidios por $ 600 millones entregados por la Legislatura en 2015.

Los convenios implican obras de pavimentación, cloacas, agua potable, gas, iluminación y parquizado por $ 70 millones del barrio Olleros (incluye la zona San Nicolás) y por $ 120 millones en la barriada Alejandro Heredia, con fondos nacionales.
Baño de multitud

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Vecinos, dirigentes, concejales, legisladores y funcionarios municipales atiborraron el hall de la sede municipal (Lavalle y 9 de Julio). Alfaro y Amaya bajaron desde el despacho del intendente a las 11.22 y se dirigieron hasta el escenario, acompañados por el presidente del Concejo Deliberante, Javier Aybar, y por funcionarios del gabinete del Departamento Ejecutivo Municipal. El funcionario nacional y el intendente demoraron 10 minutos en recorrer los 35 metros que separan la escalera del escenario: en medio de los aplausos generalizados, muchos se abalanzaron para saludar y tomarse fotos con el ex intendente y su sucesor.

“Te quiero, Amaya”, gritó desaforada una mujer apenas el ex intendente (2003-2015) comenzó su discurso. En poco más de 12 minutos el ex jefe municipal agradeció a Alfaro, al que tildó de “gran amigo”, por la invitación; al presidente Mauricio Macri; y al ministro del Interior, Rogelio Frigerio (de quien depende la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación). Se tomó el tiempo para saludar al diputado Federico Masso (Libres del Sur) y a la primera dama municipal, Beatriz Ávila. 

“Los políticos tenemos que dedicarnos a mejorar la calidad de vida de la gente. Argentina mostró -como pidió el Presidente- los índices de pobreza. Son alarmantes: un 32% de pobres, pero el 40% en el NOA y en el NEA. (Hay muchos) lugares donde el Estado nunca ha llegado. En 2000 el Observatorio de Deuda Social (de la Universidad Católica Argentina), estableció que había 2.200 barrios vulnerables. Hoy son más de 6.600. No se soluciona en cuatro años, pero tenemos que comenzar”, describió Amaya. 

Relató que visitó comunidades de pueblos originarios en Salta donde se debe caminar varios kilómetros para conseguir agua que no esté contaminada con arsénico, y que esa realidad le dolía. “La pobreza no tiene color político. Por eso hay que trabajar juntos, por los millones de argentinos sin agua potable, cloacas o gas. Con Germán demostramos que se puede. Hay que hacer las cosas bien y sacar adelante este Tucumán que soñamos. Tucumán debe ser bien gobernado en el futuro”, cerró.

¿La crítica a la realidad social en su discurso significa que dejó atrás el kirchnerismo?, le consultó LA GACETA a Amaya en rueda de prensa. “No personalizo, hago críticas a las políticas que no corresponden. Soy peronista y la verdad es que me siento muy cómodo de hacer mi tarea, porque ni el Presidente ni el ministro me objetan a que pueblo voy ni su color político”, evadió.

Alfaro concentró sus críticas en ocho minutos. Comparó que es más difícil gobernar la Capital que la Provincia, por las “inequidades en la distribución de fondos”. 

Criticó al Gobierno al referirse a decretos del Poder Ejecutivo que demoraron casi un año en publicarse en el Boletín Oficial; a la ambulancia que se entregó en dos ocasiones en la localidad de Arcadia (al sur tucumano) y los fondos de gastos sociales de la Legislatura en 2015. Y exigió cambiar el sistema de distribución de los recursos coparticipables (fondos de recaudación de impuestos que devuelve la Nación y la Provincia). 

“La institucionalidad no es tangible. No se la ve pero duele cuando nos la niegan. Los recursos duelen más aún cuando nos los niegan. No puede ser que la Provincia tenga un presupuesto de $ 53.000 millones para 2017 y nosotros apenas $ 3.600 millones cuando viven la mitad de los tucumanos. Esa asimetría hay que terminarla”, disparó Alfaro. 

Sin nombrar al partido que su entorno presentó hace dos semanas (Partido por la Justicia Social), el intendente aseguró que tiene las expectativas puestas en las elecciones del año que viene. “Vamos a difundir nuestro proyecto político, vamos a discutir el proyecto de Tucumán que nosotros queremos y lo vamos a discutir en las urnas. No tenemos que echarle la culpa a nadie, esto todavía no ha terminado, recién comienza en 2017”, vociferó Alfaro, en un tono de voz reservado para arengas políticas. 

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