Por LA GACETA
26 Octubre 2016
Viene siempre con la destrucción y la muerte bajo el brazo. Desde hace unos años, ha profundizado su tarea y sus principales víctimas son los adolescentes y jóvenes, aunque cada vez su espectro abarca más y ha comenzado a sumar a los niños. Pese a que se le ha “declarado la guerra”, la droga sigue ocasionando estragos y su marcha es hasta ahora siempre ascendente. Desde el poder se han tomado medidas para combatir el narcotráfico y se han realizado en los últimos meses importantes operativos, pero muy poco se ha hecho en relación con las víctimas que necesitan con urgencia centros de tratamiento y rehabilitación en Tucumán.
El martes, Las Madres del Pañuelo Negro volvieron a pedirle al responsable de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico la terminación del Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) de La Costanera que comenzó a erigirse en julio de 2015. A comienzos de septiembre pasado el funcionario les había prometido que este se inauguraría en diciembre. Al ser consultado el lunes por las causas de la nueva postergación, dijo que hubo problemas administrativos, de ejecución de obra y en la certificación. “La idea es que sea en los primeros meses del año que viene. El objetivo es que esté lo antes posible para que las madres y el barrio lo puedan utilizar”, dijo.
El 30 de agosto, el gobernador Manzur que participó junto al presidente Macri del lanzamiento del plan “Argentina sin narcotráfico”, dijo en la ocasión: “todo lo que esté a nuestro alcance lo vamos a hacer”.
En los primeros días de septiembre, la Hermandad de los Barrios, que reúne a representantes de los barrios El Sifón, Los Vázquez, Costanera, Antena (Alderetes), Santa Inés (Yerba Buena), Madres del Paco de San Pablo y las Madres del Pañuelo Negro, efectuó una nueva movilización para pedirle al Gobierno asistencia para los jóvenes adictos al paco, más equipos territoriales de tratamiento, un centro de internación para mujeres y que se concluyera el Cepla de La Costanera.
Lo incomprensible es que el Estado provincial cuenta desde hace seis años con la ley N° 8267 referida la Política Pública Integral para la Prevención y Asistencia a las Adicciones, que establece la elaboración de una política integral y sistémica orientada a la prevención y asistencia de los afectados por el consumo de sustancias químicas psicoactivas adictivas y demás conductas adictivas, considerándose la investigación, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación, la reinserción social, el desarrollo de programas, la educación, la capacitación y la acción comunitaria. La ley no entró en vigencia por no estar reglamentada.
En 2009, Las Madres del Pañuelo Negro comenzaron a manifestar todas las semanas en la plaza Independencia pidiendo ayuda para sus hijos adictos. Transcurrió más de un año hasta que finalmente fueron atendidas por el titular del Poder Ejecutivo. A lo largo de siete años, las madres siguen reclamando lo mismo. Con los más de $600 millones que el PE envió a la Legislatura para “ayuda social” en 2015, se podrían haber construido varios centros.
Mientras los funcionarios estén ocupados en problemas administrativos y el gobierno local continúe sin comprometerse a fondo, hay chicos tucumanos adictos que se siguen suicidando.
El martes, Las Madres del Pañuelo Negro volvieron a pedirle al responsable de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico la terminación del Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) de La Costanera que comenzó a erigirse en julio de 2015. A comienzos de septiembre pasado el funcionario les había prometido que este se inauguraría en diciembre. Al ser consultado el lunes por las causas de la nueva postergación, dijo que hubo problemas administrativos, de ejecución de obra y en la certificación. “La idea es que sea en los primeros meses del año que viene. El objetivo es que esté lo antes posible para que las madres y el barrio lo puedan utilizar”, dijo.
El 30 de agosto, el gobernador Manzur que participó junto al presidente Macri del lanzamiento del plan “Argentina sin narcotráfico”, dijo en la ocasión: “todo lo que esté a nuestro alcance lo vamos a hacer”.
En los primeros días de septiembre, la Hermandad de los Barrios, que reúne a representantes de los barrios El Sifón, Los Vázquez, Costanera, Antena (Alderetes), Santa Inés (Yerba Buena), Madres del Paco de San Pablo y las Madres del Pañuelo Negro, efectuó una nueva movilización para pedirle al Gobierno asistencia para los jóvenes adictos al paco, más equipos territoriales de tratamiento, un centro de internación para mujeres y que se concluyera el Cepla de La Costanera.
Lo incomprensible es que el Estado provincial cuenta desde hace seis años con la ley N° 8267 referida la Política Pública Integral para la Prevención y Asistencia a las Adicciones, que establece la elaboración de una política integral y sistémica orientada a la prevención y asistencia de los afectados por el consumo de sustancias químicas psicoactivas adictivas y demás conductas adictivas, considerándose la investigación, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación, la reinserción social, el desarrollo de programas, la educación, la capacitación y la acción comunitaria. La ley no entró en vigencia por no estar reglamentada.
En 2009, Las Madres del Pañuelo Negro comenzaron a manifestar todas las semanas en la plaza Independencia pidiendo ayuda para sus hijos adictos. Transcurrió más de un año hasta que finalmente fueron atendidas por el titular del Poder Ejecutivo. A lo largo de siete años, las madres siguen reclamando lo mismo. Con los más de $600 millones que el PE envió a la Legislatura para “ayuda social” en 2015, se podrían haber construido varios centros.
Mientras los funcionarios estén ocupados en problemas administrativos y el gobierno local continúe sin comprometerse a fondo, hay chicos tucumanos adictos que se siguen suicidando.
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