“Una despedida así es soñada”

“Una despedida así es soñada”

Martín Pintado colgó los botines.

EN ANDAS. Pintado, en los hombros de Martín Thompson y Santiago Iglesias. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll EN ANDAS. Pintado, en los hombros de Martín Thompson y Santiago Iglesias. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll
25 Octubre 2016
Martín Pintado enfrentó a Huirapuca con ese plus de adrenalina de quien sabe que puede pisar a fondo y vaciar el tanque sin preocuparse por llegar entero al próximo partido, por la simple razón de que no lo habrá. El centro le puso fin a una trayectoria de 16 años en la primera de Universitario, y lo hizo de una manera que no muchos pueden: llevado en andas y con el título de campeón.

“Hace 10 días que estoy en una nube. Ya el otro día me hicieron una despedida con mi esposa, mis amigos y gente del club. Fue hermoso. Me llenaron de amor. La verdad que no me lo esperaba, y lo del domingo tampoco. Uno se pone a pensar: dejé familia, amigos, estudio, laburo, todo por esto. Y estos son los momentos en los que te das cuenta de que valió totalmente la pena. Soy feliz. Esa es la verdad”, redondea Martín, que asegura no ser de los que dice que se va y después se queda. La decisión, enfatiza, ya está tomada.

“Me mandaron un montón de mensajes, pero ya está, fue mi último partido. Una despedida así es soñada, ni organizándola te sale tan bien. Aparte, hay un montón de chicos jóvenes que son jugadorazos en el plantel. Ya estoy estorbando nomás, ja ja”, explica su decisión.

“Algunos me dicen que entrene alguna división. Pero después de tantos años necesito y quiero dedicarle tiempo a mi familia”, agrega Martín, esposo de Daniela y padre de las mellizas Felicitas y Trinidas (4 años) y de Juliana, llegada hace apenas un mes. “Yo salía a las 7 de la mañana, volvía a las 8 de la noche. Les daba un beso a mi mujer y a mis hijas, agarraba el bolso y me iba a entrenar. No pude disfrutarlas casi nada. Así que ahora cerramos una etapa que, gracias a Dios, fue hermosa. Ya vendrán otras”, señala, tranquilo.

Imágenes

Mientras habla, a Martín se le vienen a la mente las imágenes del domingo, cuando Universitario se lució frente a Huirapuca y se ganó el derecho a compartir el título con Los Tarcos. Y es que ni había salido el “Rojo” a la cancha y las “Serpientes” saltaban como si ya supieran que serían campeones. “Es que habíamos cumplido el objetivo que estaba a nuestro alcance: ganar con bonus. Lo otro ya no dependía de nosotros. Y la verdad es que salimos vacíos de la cancha, no teníamos nada más para dar. La gente lo notó y por eso también se prendió al festejo”, reconstruye la escena.

Curiosamente, los jugadores regresaron a la capital luego de su partido. “Es que la idea desde el principio fue terminar nuestro partido y volver al club, cualquiera fuera el resultado. Volvíamos ya sea para festejar o para ahogar las penas, juntos”, explica Martín, que como el resto de sus compañeros, vivió el partido entre “Rojos” y “Verdinegros” a través de la radio y el teléfono. “Lo seguíamos por Twitter, y la gente nos mandaba mensajes y audios. Era un quilombo divino, pero nosotros ya veníamos contentos por nosotros. Total, campeones o no, queríamos festejar como cierre a un año muy largo y duro, en el que pasamos momentos buenos pero también otros malos. Era una etapa que había que cerrar bien”, completa.

Atrás quedan 16 años y seis títulos con la primera de la “U”. “No puedo pedir más nada. ¿Para qué querría seguir jugando? Soy feliz por todo lo que mi club y el rugby me han dado”.

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