“El Estado no siempre sabe cómo hacer las cosas”

“El Estado no siempre sabe cómo hacer las cosas”

Un especialista español asesora a un grupo universitario voluntario para mejorar el barrio junto con los vecinos.

RECORRIDA. El español Tomás Villasante camina por las calles llenas de barro de Los Vázquez, donde se busca ayudar a la gente a mejorar el barrio. la gaceta / foto de franco vera RECORRIDA. El español Tomás Villasante camina por las calles llenas de barro de Los Vázquez, donde se busca ayudar a la gente a mejorar el barrio. la gaceta / foto de franco vera
25 Octubre 2016
“En este siglo ya no se conciben proyectos urbanos que no sean participativos, cuando se quiere sacar una comunidad adelante. Sólo se trata de poner en números lo que la gente ya sabe. La cuestión es escuchar primero y luego organizar y articular esa sabiduría popular y las necesidades de los pobladores para lograr un cambio en una favela, en una villa miseria o en un barrio marginado. El verdadero factor de cambio es la misma gente”. Quien habla es Tomás Rodríguez-Villasante Prieto, profesor emérito en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Lo hace mientras recorre el barrio Los Vázquez, que no es otro que el antiguo vaciadero municipal. Sube por montañas de basura, recorre calles hediondas de barro podrido y se sienta, espantando moscas con las manos, a escuchar lo que los vecinos tienen para contar.

Nacido hace 70 años en Galiza, España, Tomás Villasante, como se llama a sí mismo para simplificar su nombre, se dedica a asesorar gobiernos, movimientos sociales y universidades que buscan un cambio en comunidades urbanas o rurales deprimidas. Para ello hay que tener en cuenta la forma de vida de sus habitantes, los aspectos urbanísticos, sociales, sociopolíticos, psicosociales y las cuestiones metodológicas, advierte.

Villasante llega a Tucumán invitado por el Centro de Estudios del Territorio y Hábitat Popular (Cetyap) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, que dirige la doctora en Urbanismo Claudia Gómez López. Junto a las doctoras en Ciencias Sociales, arquitecta Paula Boldrini y trabajadora social Matilde Malizia, el equipo recorre el barrio donde el Cetyap lleva a cabo un proyecto de voluntariado universitario con estudiantes de las carreras de Arquitectura, Trabajo Social y Comunicación Social.

“Un grupo de alumnos hace una encuesta sobre las condiciones de vida de los pobladores, otros realizan diseños alternativos para una cancha y un club deportivo. Los estudiantes debaten los proyectos con un grupo de jóvenes en recuperación de adicciones, que se llama “Con esperanza nos fortalecemos”. Han constituido un merendero en la casa de uno de los jóvenes para asistir a los chicos del barrio. “Llegamos a ellos gracias al psicólogo Emilio Mustafá, que trabaja desde hace varios años en el barrio desde la Secretaría de Prevención de las Adicciones”, explica Gómez López.

“Queremos que se construya una cancha en el barrio para que los más chicos tengan un lugar donde jugar a la pelota en vez de estar consumiendo drogas. No queremos que les ocurra lo mismo que a nosotros”, afirman los jóvenes de “Con esperanza nos fortalecemos”, que prefieren que sus nombres no se publiquen. Temen represalias por parte de los “transas”.

En Córdoba

Mientras recorre el barrio, Villasante recuerda una experiencia que aprendió en Córdoba y que se podría replicar en todo el mundo: “tres grandes villas se unieron para unificar proyectos en común. El dinero, al principio, provenía de distintos partidos políticos, pero ellos lograron unificar todo en solo plan de erradicación de las villas. Me pareció muy interesante, es el camino más complejo pero el más efectivo”, dijo. Otra experiencia importante ocurrió hace poco en Madrid, en una villa que eran tan grande que tomaba tres municipios. “Era una zona que tenía fama de ser un lugar de tráfico de drogas. Se hizo un plan conjunto con la iglesia y los municipios y los habitantes lograron salir adelante. Porque lo único que da resultado es un proyecto común. Hay otros lugares como en México donde no se actuó y ya no se puede actuar más, hay lugares tomados e incluso confinados al mundo de la droga. Creo que hay que hacer planes pero no pensando en la droga, sino en forma integral: en el empleo alternativo, en la educación y en la salud. Hacer una mesa de integración entre las organizaciones barriales y las entidades públicas, porque el Estado tiene la fuerza del poder, pero no siempre sabe como hacer las cosas”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios