“En Criminología, las cosas son como son, no como algunos dicen que son”

“En criminología, las cosas son como son, no como algunos dicen que son. Si no es así, que no se investigue más ningún caso”, señaló Raúl Torre, el especialista que se incorporó a la investigación de la muerte del cura Juan Viroche.

El perito, reconocido a nivel nacional e internacional, docente universitario, fue convocado por la Corte Suprema de Justicia de la provincia para que analizara el caso. Entre otras tareas, realizó una nueva inspección ocular en la parroquia de Nuestra Señora del Valle de La Florida donde fue encontrado sin vida el cura; se reunió con sus pares -entre ellos Lilia Moyano que también fue contratada por el Poder Judicial para aportar sus conocimientos- y le queda conocer otros elementos periciales que el fiscal Diego López Ávila solicitó que se hicieran y cuyos resultados no están listos, como fueron las pericias que realizó el personal de Gendarmería Nacional.

Sentado en la mesa del comedor del hotel donde se encuentra alojado, Torre se acomoda en la silla y agrega: “esto lleva su tiempo y hay que ser pacientes. No se puede analizar un solo resultado, sino todos al mismo tiempo para comprender lo que pasó. El trabajo que desarrollo consiste en aportar mis conclusiones y definir si creo necesario pedir nuevas medidas, que el fiscal decidirá si las quiere realizar o no”.

“Vengo a analizar si fue un homicidio o un suicidio”, dijo el hombre que fue conductor, junto a Osvaldo Raffo -otro prestigioso perito- del ciclo televisivo “Forenses: cuerpos que hablan” que se emitió durante varias temporadas, producido por Sebastián Ortega y Marcelo Tinelli.

“La Policía Científica hizo un buen trabajo en la recolección y preservación de pruebas recolectadas. Creo que de esa tarea el fiscal puede sacar varias conclusiones importantes”, agregó en una charla con LA GACETA.

Al estar prácticamente descartada la hipótesis del homicidio, el fiscal López Ávila busca determinar si Viroche se quitó la vida o si fue inducido a hacerlo. En el expediente figura que al cura lo habían amenazado, pero aún no se pudo determinar si fueron los integrantes de las redes de narcomenudeo que denunció o si fue alguna de las mujeres con las que habría estado vinculado sentimentalmente quienes habrían iniciado una campaña para desprestigiarlo públicamente.

“Es imposible no investigar la vida de una víctima de un homicidio. Es una de las maneras más efectivas para encontrar los móviles de un crimen. A (Bernardo) Neustadt -agrega- no le gustaba que se hiciera eso con las personas que habían perdido la vida en un crimen, pero es inevitable. Toda investigación debe comenzar por ahí, por más que a muchos no les guste”, destacó.

La verdad

Torre se rehusó sistemáticamente a dar detalles del trabajo que desarrolla y mucho menos, a aportar alguna que otra conclusión parcial a la que podía haber arribado en estos días de análisis. Él, en cambio, cada tanto, buscaba obtener un dato para saber dónde está parado por este caso o, como lo dijo en más de una oportunidad, para “contextualizar”.

El criminólogo, desde que llegó a la provincia, paseó por La Florida, observó la iglesia y charló con los testigos que encontraron a Viroche ahorcado, el 5 de octubre. Se topó con la tercera marcha que realizaron los fieles por el padre Juan y también quedó espantado con las imágenes del cuerpo del sacerdote que se viralizaron entre el miércoles y el jueves pasados. “¿Están los tucumanos preparados para saber la verdad?”, se preguntó.

Torre tiene experiencia en investigaciones parecidas a la actual. Él fue el perito que participó en la investigación del homicidio del cura Mario Borgione, ocurrido en agosto de 1996 en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. El religioso había aparecido con un balazo en la cabeza en el interior de un vehículo abandonado en la calle. En un principio se manejaron dos hipótesis: que al cura lo habían matado narcos que él denunció o que podría haber sido de un crimen por celos profesional. Por esta última línea se había detenido a otro cura que fue liberado a los pocos días y después sobreseido.

El caso tuvo un increíble giro. En base a las pericias se descubrió que el sacerdote había sido asesinado por un taxi boy y un cómplice que le dispararon porque no les quería entregar una importante suma de dinero. Los sospechosos, que dijeron que el disparo se les había escapado accidentalmente, fueron condenados a más de 10 años de prisión.

“Ese caso generó todo un revuelo porque la víctima era un religioso y después fue más escandaloso cuando se detuvo a otro padre por el caso. Hubo que esperar, pero la verdad terminó saliendo a la luz”, comentó el perito.

Torre aseguró que no se puede comparar ese caso con el de Viroche. “En el norte del país la gente es mucho más creyente y es un crimen donde la víctima es un sacerdote. Cuando las creencias quedan en el medio, todo es más difícil. Por eso me parece bien que el fiscal no haya descartado ninguna de las hipótesis que está manejando”, señaló.

¿Se podrá conocer la verdad de este caso?, se le preguntó. “Primero hay que ser prudentes. López Ávila debe recibir varias pericias y él, que es el único que puede hacerlo, resolverá. Sí puedo decir de la investigación que no hay nada para cuestionarle”, respondió con tono firme.

Semana clave

-Finalmente podrían darse a conocer los nombres de las personas con las que intecarmbió mensajes el padre Juan.

-El fiscal Diego López Ávila recibiría las conclusiones finales de las pericias que realizó el personal de Gendarmería Nacional.

-Se iniciarán los trámites para realizar estudios genéticos en Buenos AIres.

-Continuarán declarando testigos. Entre ellos aparecen sacerdotes, familiares y allegados al cura Viroche.

-Una especialista del Poder Judicial podría terminar la autopsia psicológica que se está realizando desde hace una semana.

-Se conocerían los resultados de las pericias realizadas a la PC, notebook y tablet que se secuestraron.