Celebran la iniciativa, pero advierten que no los consultaron

“De la nada, uno no puede saber si tiene un aneurisma. Entonces viene bien que se exijan estudios”, opina Rodolfo Centurión, sobre la nueva norma que entrará en vigencia a fines de noviembre. Agrega que desde hace años piden a sus socios, antes de inscribirlos, una ergometría (se utiliza para el diagnóstico de la angina de pecho y para valorar la respuesta del corazón) y otros estudios médicos. Por otra parte, asegura Centurión que la nueva ley no los modificaría en nada porque también tienen en su equipo profesores de Educación Física como instructores y hasta exhiben sus diplomas.

Por su parte, Pablo Palacios, propietario del gimnasio Titanium y profesor de Educación Física, resalta que le parece muy importante esta ley, pero que deberían haber consultado previamente a la Cámara de Propietarios de Gimnasios, porque esto los afecta de manera directa. A modo de ejemplo, dice que contratar docentes de Educación Física, que tienen la preparación más avanzada que un instructor sin formación universitaria, es más caro. De todas formas lo celebra, aunque resalta que en Tucumán hay muy pocos profesionales capacitados para salas de sobrecarga, según manifiesta.

“Nos parece muy buena esta ley. Y viene bien para respaldar una filosofía del abordaje que ya venimos teniendo: tenemos profesores de Educación Física (seis), entre otros requerimientos que ni siquiera todavía son obligatorios, como contar con tabla de traslado y cuellos ortopédicos, además de los cursos de primeros auxilios que brindamos seguido. Pero no fuimos consultados, y siempre es bueno escuchar todas las partes involucradas”, dijo Palacios.

Resaltó, además, como muy positivo que se exija a los socios el examen médico: “nosotros ya pedíamos a deportistas de alto rendimiento o a quienes están en rehabilitación varios estudios. Pero era muy difícil que un cliente ‘normal’ se prestara a hacer el estudio”.