22 Octubre 2016
El gobernador, Juan Manzur, descartó ayer de manera tajante que vayan a producirse cambios en el régimen laboral de la Policía provincial, relacionados, sobre todo, con los servicios adicionales. “Está descartado, no prosperará”, rechazó en relación a un proyecto que se presentó en la Legislatura.
A principios de mes, legisladores del bloque oficialista Tucumán Crece impulsaron la iniciativa que prevé la modificación. Los parlamentarios peronistas firmantes expresaron en los fundamentos del proyecto duras críticas al modo de organización y a los efectos de la modalidad de trabajo.
“Es un secreto a voces que, en la práctica, los trabajos o servicios adicionales se encuentran corporizados por algunos jefes de la fuerza, los que además eligen a quienes prestan estos servicios y obtiene con ello un ingreso espurio a costilla del trabajo de otros. Esto, por más que sea de difícil probanza, es cierto y debe dejar de ser una práctica en nuestra provincia, ya que no podemos pretender combatir la delincuencia si permitimos que nuestra propia fuerza policial realice actos reñidos con la Justicia”, subrayaron Nancy Bulacio (secretaria del bloque Tucumán Crece), Ramón Santiago Cano (presidente de la bancada), Sara Assán, María Elena Cortalezzi, Sandra Mendoza, Graciela Gutiérrez y Norma Reyes Elías.
La propuesta fue inscripta por sus autores en el contexto de la reciente declaración del estado de emergencia en seguridad, en el ámbito carcelario y en materia de adicciones.
“El régimen laboral vigente en la Policía (24 horas de trabajo corrido por 48 horas de descanso) no es congruente con la posibilidad de que puedan prestar servicios adicionales, dado que finalmente los uniformados no logran recuperar fuerzas como es debido”, señala el texto. “El personal trabajaría sólo 12 horas diarias; al no hacer trabajos adicionales, su energía estaría sólo a disposición y al servicio a la comunidad. Claro está, nada impide que puedan hacer horas extras para la misma fuerza policial”, expresa la iniciativa. Los oficialistas instaron a que las modificaciones sean tratadas por el cuerpo e implementadas cuanto antes. “La depuración de la fuerza debe ser total y real, y para ello debemos desalentar y prohibir todo tipo de conductas o posibilidades de negocios espurios a quienes hacen de ello un modo de vida”, concluyeron.
A principios de mes, legisladores del bloque oficialista Tucumán Crece impulsaron la iniciativa que prevé la modificación. Los parlamentarios peronistas firmantes expresaron en los fundamentos del proyecto duras críticas al modo de organización y a los efectos de la modalidad de trabajo.
“Es un secreto a voces que, en la práctica, los trabajos o servicios adicionales se encuentran corporizados por algunos jefes de la fuerza, los que además eligen a quienes prestan estos servicios y obtiene con ello un ingreso espurio a costilla del trabajo de otros. Esto, por más que sea de difícil probanza, es cierto y debe dejar de ser una práctica en nuestra provincia, ya que no podemos pretender combatir la delincuencia si permitimos que nuestra propia fuerza policial realice actos reñidos con la Justicia”, subrayaron Nancy Bulacio (secretaria del bloque Tucumán Crece), Ramón Santiago Cano (presidente de la bancada), Sara Assán, María Elena Cortalezzi, Sandra Mendoza, Graciela Gutiérrez y Norma Reyes Elías.
La propuesta fue inscripta por sus autores en el contexto de la reciente declaración del estado de emergencia en seguridad, en el ámbito carcelario y en materia de adicciones.
“El régimen laboral vigente en la Policía (24 horas de trabajo corrido por 48 horas de descanso) no es congruente con la posibilidad de que puedan prestar servicios adicionales, dado que finalmente los uniformados no logran recuperar fuerzas como es debido”, señala el texto. “El personal trabajaría sólo 12 horas diarias; al no hacer trabajos adicionales, su energía estaría sólo a disposición y al servicio a la comunidad. Claro está, nada impide que puedan hacer horas extras para la misma fuerza policial”, expresa la iniciativa. Los oficialistas instaron a que las modificaciones sean tratadas por el cuerpo e implementadas cuanto antes. “La depuración de la fuerza debe ser total y real, y para ello debemos desalentar y prohibir todo tipo de conductas o posibilidades de negocios espurios a quienes hacen de ello un modo de vida”, concluyeron.
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