Docentes, alumnos y directivos aprendieron a perderle el miedo a la evaluación

Docentes, alumnos y directivos aprendieron a perderle el miedo a la evaluación

Entre ayer y hoy se desarrolla en todo el país la evaluación nacional Aprender, que generó polémica y resistencia en Buenos Aires.

“MULTIPLE CHOICE”. Los estudiantes deben marcar con lápiz negro las respuestas correctas y los exámenes serán controlados electrónicamente. la gaceta/ foto de FRANCO VERA “MULTIPLE CHOICE”. Los estudiantes deben marcar con lápiz negro las respuestas correctas y los exámenes serán controlados electrónicamente. la gaceta/ foto de FRANCO VERA
19 Octubre 2016
Un aire distinto, alejado de la rutina, y hasta festivo se respiraba ayer en las escuelas que implementaron la evaluación nacional Aprender, que mide los niveles de aprendizajes y releva información sobre factores asociados, entre ellos aspectos sociales, económicos y ambientales. A diferencia de lo que sucedió en Buenos Aires, donde hubo resistencia al operativo aprender, críticas de diversa índole y hasta colegios tomados, en Tucumán la evaluación se realizó con normalidad y entusiasmo.

“Hace un mes que nos venimos preparando en la implementación y toda la comunidad educativa estuvo de acuerdo con el proceso. Lo que se buscó en esas capacitaciones fue que tanto los docentes y los directivos, como los alumnos, le perdamos el miedo a la palabra evaluación, porque no tiene de malo y porque nos va a ayudar a mejorar la educación”, valoró Patricia Albornoz, directora de la escuela inicial y primaria Elmina Paz de Gallo, ubicada en Villa 9 de Julio.

En esa escuela, que festejó sus 100 años el viernes pasado, les tocó rendir examen de lengua y matemática a los chicos de sexto grado, evaluación que se repitió en todas las escuelas y colegios de la provincia. Las evaluaciones para los chicos de tercer grado de primaria, en tanto, tuvieron carácter de muestra y se realizaron sólo en ciertas instituciones. En las secundarias la evaluación censal fue para todos los estudiantes de quinto o sexto año, mientras que la de muestreo se hizo en segundo o tercer año, dependiendo de cada jurisdicción.

El sistema

Las evaluaciones de primaria estuvieron divididas en tres etapas principales: 15 minutos para la presentación y entrega de las pruebas, una hora para el examen de una de las dos materias, 15 minutos de recreo, una hora para la otra materia, recreo nuevamente y, por último, la encuesta. En el caso de la secundaria se evaluaron cuatro asignaturas (matemática, lengua, sociales y naturales), por lo que se hará en dos días.

Fue una evaluación de elección múltiple, de tipo cerrado, y los chicos contaron con un cuadernillo para las preguntas y otro para las respuestas. Los estudiantes se veían relajados y entusiasmados con el desafío. Así lo manifestaron Camila Brandán y Luis Alberto Medina, quienes, consultados por LA GACETA, coincidieron en que la prueba era fácil y más divertida que la que les toman habitualmente en la escuela.

La directora Patricia Albornoz ponderó además el hecho del intercambio entre docentes. “A nosotros nos vinieron a evaluar profes de Costanera Norte y nosotros fuimos a colegios privados. Ese intercambio de ámbitos y experiencias también enriquece a los docentes”, destacó.

“Con normalidad”

El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, aseguró que la evaluación Aprender, de la que participan desde ayer y hasta hoy unos 45.000 alumnos tucumanos (1,4 millón en todo el país), se realiza con normalidad y con el apoyo manifiesto de alumnos, maestros, familias y supervisores. “Nosotros, por Tucumán, tenemos un perfil propio, porque marcamos aspectos importantes como la inclusión y la integración: en este examen rinden también chicos con capacidades especiales, que han sido integrados a las aulas. Por otra parte se garantizó el dictado de clases para ganar mayor presencia rindiendo, ya que el 60% son escuelas rurales. Buscamos una cultura de la evaluación, que es parte del aprendizaje”, comentó el funcionario.

Por otra parte, Lichtmajer se refirió a la polémica con los gremios que rechazan la prueba por considerar que estandariza el sistema educativo: “hay que hablar claro. Si se estandariza, quiere decir que es igual para todos. Eso es igualdad y eso es lo que buscamos. ¿Por qué diferenciar? Si no, tendríamos tantos exámenes como niños existen”.

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