Las regulaciones fitosanitarias no pueden ser paraarancelarias

Las regulaciones fitosanitarias no pueden ser paraarancelarias

Eduardo Willink explica cómo es el procedimiento que siguen los países para implementar sus normas

08 Octubre 2016
El proceso de globalización mundial provocó, en los últimos años, un incremento importante en los volúmenes de comercialización de productos agropecuarios. La apertura de nuevos mercados, tanto a nivel internacional como nacional, está regulada por varios factores, manifestó Eduardo Willink, director de Disciplinas Especiales de la Eeaoc. “La FAO emitió una serie de principios que deberían ser considerados en el intercambio, a fin de que las regulaciones fitosanitarias no sean usadas como medidas paraarancelarias”, opinó.

Cada país o región exportadora establece las exigencias en función de las plagas y/o enfermedades cuarentenarias (entendiéndose como tal a aquella que está ausente en una región, o bien, si existe, no está extendida y se encuentra bajo control oficial) que tienen los países de origen del producto a comercializar.

Lo primero es la elaboración de un Análisis de Riesgos de Plagas (ARP), la actualización de los requisitos fitosanitarios de importación y las auditorías de las áreas libres de plagas y sistemas de mitigación de riesgos (SMR). A través de estas medidas, el país importador (su organismo fitosanitario) define las plagas cuarentenarias asociadas al producto vegetal a importar y las medidas fitosanitarias para mitigar el riesgo de introducción.

Seguridad cuarentenaria

En cuanto al SMR, se definen como un “conjunto de medidas que se desarrollan en las fases de campo, cosecha, empaque y transporte, que ejecutadas de manera conjunta e independientemente entre sí garantizan la seguridad cuarentenaria”. Estos se basan normalmente en estudios bioecológicos (biológicos, morfológicos, taxonómicos, dinámica poblacional, métodos de muestreo, etc.) de los organismos plaga. Estos estudios son los que constituyen la base para la propuesta a realizar sobre un plan de trabajo destinado a mitigar los riesgos de dispersión de una plaga.

Según los requisitos o pautas que se fijen en un SMR, las medidas podrán restringirse a una serie de monitoreos o trampeos basados en los estudios antes mencionados y/o tratamientos cuarentenarios (ya sea por métodos físicos como frío, calor, irradiación et., o bien químicos como bromuro de metilo y fosfinas, o la combinación de ambos).

En lo que a la actividad citrícola se refiere, Gerardo Gastaminza, jefe de la Sección Zoología Agrícola de la Eeaoc comentó que, con el apoyo de Afinoa, se han desarrollado las investigaciones para el trazado de estrategias: por un lado, el tratamiento cuarentenario para el control de la ‘mosca del Mediterráneo’ Ceratitis capitata (ej. tratamiento con frío a 2°C y 3°C, que permitió la apertura del mercado japonés a todos los cítricos de Argentina, homologado posteriormente por China a 2°C para fruta dulce; o el de bromuro de metilo para cítricos dulces con destino a las regiones con programas de control y erradicación de moscas de las frutas de Argentina, como Patagonia y Cuyo).

Paralelamente, la Eeaoc realiza investiga organismos que potencialmente pueden afectar a los cítricos, abarcando aspectos bioecológicos, muestreos, incidencia en frutos, etc, y sus correspondientes análisis de riesgo de plagas, que permitieron en muchos casos levantar las objeciones planteadas, inicialmente, por los organismos fitosanitarios de los países compradores o bien flexibilizar las exigencias solicitadas. Tal es el caso de la aceptación de la condición de ‘no hospedante del limón’ (Citrus limon) para la ‘mosca sudamericana de las frutas’ Anastrepha fraterculus, por parte de Aphis o la aceptación de un sistema de mitigación para C. capitata en limón, por Aphis y las autoridades fitosanitarias de Filipinas. Cabe destacar que todas estas investigaciones fueron auditadas in situ, por los organismos fitosanitarios involucrados, lo que le valió al Laboratorio de Zoología Agrícola el reconocimiento como uno de los centros de investigaciones cuarentenarias a nivel mundial, otorgado por el MAFF (Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries of Japan).

En lo que se refiere al mercado de Estados Unidos, la última propuesta elaborada por Aphis puso especial énfasis en cuatro artrópodos plagas (Brevipalpus chilensis, Ceratitis capitata, Gymnandrosoma aurantianum, Cryptoblabes gnidiella), exigiendo para el primero (B. chilensis) la certificación de lote libre, mientras que para la ‘mosca del Mediterráneo’ (C. capitata) se estableció una red de trampeo, con umbrales máximos de presencia de la plaga en campo y posterior certificación de partida libre; este último requisito también es exigido para G. aurantianun y C. gnidiella.

Durante la última visita de los técnicos de Estados Unidos, los especialistas de la Sección Zoología Agrícola mostraron los resultados de investigaciones iniciadas desde 2010, referidas al monitoreo de frutos tanto en campo como en empaque del ácaro B. chilensis, donde demostraron la ausencia del mismo, luego de analizar unos 800.000 frutos de campo y 31.000 frutos de exportación, provenientes de más de 300 unidades productivas (UP). También mostraron los resultados obtenidos de la dinámica poblacional del complejo de ácaros B. phoenicis en campo.

En lo que se refiere a C. capitata, se mostraron los resultados que corroboraron su baja densidad poblacional en campo durante el período de exportación, como así también el estatus de “condicional non host” del fruto del limón a dicha plaga, lo que permitió establecer las ventanas de exportación y los períodos de monitoreos.

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