El primer Campeonato Federal del Asado se realizará el domingo en Buenos Aires

El domingo se llevará a cabo en pleno centro de Buenos Aires, frente al Obelisco, el primer Campeonato Federal del Asado, durante una jornada que tendrá como centro de atracción 24 fuegos, uno por provincia.

"Ponerse al frente de un buen asado exige saber algunos de los secretos de la comida más elogiada de Argentina, así como hacerse merecedor exclusivo de los aplausos", dijo a Télam Diego Moyano, jefe de La Cabaña de Buenos Aires, y jurado del campeonato organizado por el gobierno porteño. Para lograr que la carne sea la estrella del asado, Moyano aconsejó "cuidar el fuego y la sal y la distancia de la parrilla. Muchos cometen el error de hacer demasiado fuego y de agregar constantemente brasas, lo que augura un casi seguro fracaso".  

"La sal no se agrega en cualquier momento, sólo inmediatamente antes de poner la pieza sobre el fuego, y si tiene hueso, ese lado será el que toque la parrilla en primer lugar. Todo para que los jugos queden dentro de la carne", aclaró el responsable del local que tendrá que puntuar a los 24 participantes del campeonato el domingo en la avenida 9 de Julio, donde se instalará una parrilla para cada uno de ellos.   

Los concursantes recibirán los mismos cortes (vacío, tira y colita) pero serán ellos los que tendrán que decidir el punto de cocción en que van a elaborar los platos, mientras que la presentación también entrará en la valoración del resultado. 

Para Pablo Rivero, también jurado de la competencia por ser dueño de la parrilla Don Julio "la magia de un asado es el resultado del amor que se ponga en la comida más característica de Argentina".

"Estaré dos días sin comer porque como jurado tendré que probar los productos de 24 parrillas. Veremos cómo resuelven las cuestiones técnicas los asadores profesionales de cada provincia que fueron seleccionados por el sindicato (Uthgra) para este campeonato", señaló Rivero. 

Según el dueño de Don Julio, "lo que no debe faltar a la hora de hacer un asado es amor; no es posible asar si no es para los amigos o la familia. Es raro que alguien se haga un asado para él solo. El asado es liturgia", sostuvo.

Un parrillero "puede saber cómo hacerlo técnicamente pero si no pone amor, no habrá magia", afirmó Rivero y explicó que "será un honor formar parte de un jurado que premiará en el ganador también a la provincia que este asador represente".  

"Nuestro asado es impactante sobre todo para los extranjeros que visitan el país y admiran la calidad de la carne argentina, y la forma en que la cortamos, la preparamos y la ponemos al calor de las brasas. Es un verdadero espectáculo", señaló. 

Ambos jurados se fijarán en el trabajo previo, en la preparación del fuego, en cómo cortan la carne, cómo organizan el espacio, y la distancia de la parrilla, todas cuestiones técnicas que se completarán con lo personal de cada participante, lo que le dará la singularidad. 

"Eso que cada uno le pone al asado, le da el toque particular y único, que hace la diferencia", completó Rivero. 

Para el jurado de La Cabaña de Buenos Aires, el asado que nunca pudo borrar de su recuerdo fue "el que hizo en La Pampa al costado de una ruta un día de mucho viento hace algún tiempo".

"Hicimos un pozo para el fuego y sobre la superficie tapada con un cartón pusimos la parrilla. El punto de cocción de la carne que conseguimos esa vez fue máximo, increíble. No me lo olvido más", relató. Con esto sugirió que a veces las condiciones no son las mejores pero el milagro ocurre. Cosas que pasan con el asado, como en el fútbol. (Télam)