Se la llevan a marzo
Juan Manzur está a 24 días de cumplir su primer año de mandato como gobernador de Tucumán. Pero todavía no puede independizarse de su padre político. José Alperovich sigue caminando por el interior tucumano en busca del destino de poder que alguna vez tuvo. Claro que ahora es más difícil. Tiene algunos satélites dentro de la estructura del Poder Ejecutivo y también en la Legislatura. Pero ya no es el mismo. El senador no tiene ni la lapicera ni la billetera oficial con la que supo disciplinar a la tropa partidaria. Además, no goza de la estima de la Casa Rosada. Mauricio Macri le cambió la cerradura a aquella puerta que se le abría de par en par en tiempos kirchneristas. Nada es como ayer. Tampoco lo será mañana. Manzur y su copiloto, el vicegobernador Osvaldo Jaldo, se jugarán la gobernabilidad de los últimos dos años de gestión en los comicios de medio turno. 2017 será un año de inflexión no sólo en territorio tucumano, sino también en el nacional.

Más que el armado de las listas de posibles postulantes se prioriza el armado de la estructura proselitista. Y en esa ruta están Cambiemos y el Partido Justicialista. Para Macri no es el mejor de los escenarios. Además de lidiar con la “herencia” que recibió de Cristina Fernández en materia económica, debe buscar la forma de consolidar el armado de candidaturas potables para una sociedad que apostó por el cambio. No es sencillo en el distrito, pero puede darse que, en los comicios del año próximo, el presidente de la Nación le pida a José Cano y a Domingo Amaya (ambos miembros del gabinete nacional) que se pongan al frente de la nómina amarilla. Claro que hasta ahora son todas especulaciones. Pero el runrún está. Seguramente el resto de la dirigencia que acompañó a Macri antes, durante y después de su campaña reclamará algunos espacios cuando se armen las listas.

El peronismo a nivel nacional, mientras tanto, sigue anestesiado y, en cierto sentido, sufre de amnesia; se olvidó la segunda estrofa de su histórica marchita. El PRO capitaliza la dispersión. Seduce a algunos referentes justicialistas (a Manzur se lo sigue considerando como un aliado estratégico desde el punto de vista institucional) y abandona a otros (como el caso de Alperovich, muy ligado al kirchnerismo).

La dirigencia local toma nota de esta decisión, pero el actual gobernador prefiere patear hasta marzo cualquier decisión en torno de las candidaturas. Lo que sí tiene en claro que sólo vale la victoria por algunas cuestiones fundamentales:

• La necesidad de demostrarle a la dirigencia local de que es él y no otro el que tiene el poder.

• Un triunfo electoral lo posiciona para pelear nuevamente por la gobernación en 2019, a menos de que quiera hacer un enroque con Jaldo.

• Mantener al distrito dentro del signo justicialista obligaría a la Nación a seguir negociando con el binomio provincial en todos los frentes, como hasta ahora, sobre la base de que la gobernabilidad del país depende, en cierta medida, de las voluntades provinciales.

En definitiva, las elecciones parlamentarias del año que viene, no sólo serán un test para los actuales gobernantes, sino que además delinearán el mapa político de cara a las presidenciales de 2019.

Por ahora, la mayor parte de la dirigencia política prefiere mantenerse en tonos grises, ni amarillos, ni naranjas, ni celestes. Si mejoran las condiciones económicas, al macrismo le resultará menos difícil realizar proselitismo y seguir tocando timbres sin que la población reaccione de mala manera. De otro modo, al Gobierno nacional se le presentará un panorama complicado con la posibilidad de que su plan de gestión se “peronice”, es decir, que se apueste más al consumo y a la obra pública, ante la demora en la llegada de los ansiados capitales.

Es posible que, en los próximos meses, los argentinos observen una apertura del libro de pases de un partido a otro. La transversalidad kirchnerista mutó a una convergencia multipartidaria promovida por el PRO.

En la política nacional, la dirigencia todavía tiene que rendir varias materias que están pendientes desde hace tiempo. No habrá tiempos para rendirlas en diciembre. El examen será en marzo.

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