27 Septiembre 2016
Visitas a escuelas
Como a tantos otros, me toca transitar por el ciclo de jubilado, por el que la vida nos ofrece las más variadas vicisitudes. Unos se muestran activos, otros se aplastan como vencidos por el paso del tiempo. En mi caso, salud de por medio, elegí incursionar en el campo de la literatura sobre nuestra histórica comarca, dedicación que al poco tiempo me dio sus frutos, al ser invitado a dar charlas en escuelas y colegios rurales, para las celebraciones históricas. Esta iniciativa me permitió conocer lugares impensados y compartir experiencias educativas con toda la comunidad. Pude comprobar que allí también existe la patria. Ni se imaginan la emoción que causa volver a la infancia, cuando en hora temprana entonamos el Himno Nacional, o la marcha Aurora para el izamiento de la bandera; escuchar y ver las expresiones artísticas de los chicos. Además, pude percibir lo poco y nada que apoyamos, como sociedad, el empeño y dedicación de los maestros en estas ceremonias conmemorativas, y la falta de motivación en la generación de niños y jóvenes del interior de nuestra provincia. Es por todo esto que hago un llamado a los centros de jubilados, o jubilados independientes, para que organicen, previa consulta a las autoridades escolares, visitas espontáneas de abuelos a las escuelas, en las fechas del calendario escolar. Como dato ilustrativo: en la región Este, conformada por Trancas, Burruyacu, Cruz Alta, Leales, Graneros, Simoca, funcionan más de 200 escuelitas tierra adentro. Basta un termo, un mate y galletitas, para pasar un día distinto y con el deber cívico cumplido y, de paso, conocer cómo es la vida en distintos lugares. Créanme, en lo personal me falta tiempo para poder cumplir con las invitaciones que recibo, en más de los casos sin gastos mayores, y hasta me distinguen por “la colaboración”. Espero que este llamado no caiga en saco roto entre la clase pasiva; sólo es cuestión de decisión y aprestamiento.
Ysmael Díaz
Mario Bravo 247
Banda del Río Salí
Lo más popular
