Al barrio Modelo, los vecinos sólo lo disfrutan de día

El barrio, desde su nacimiento a fines de los 60, siempre tuvo ceremonias protocolares para los grandes acontecimientos. Para cada cosa que se haya inaugurado, los vecinos recibían a las autoridades de turno. Así ocurrió en la mañana del 20 de septiembre de 1969, a las 10.30, cuando el entonces gobernador de Tucumán, coronel (r) Jorge Nanclares, llegó vestido de traje y corbata. En aquel entonces, el mandatario realizó la entrega de las llaves a los propietarios de las primeras 100 viviendas, que impulsaron la construcción del barrio desde una cooperativa, y por decisión propia. Cuatro años después, el 8 de octubre de 1973, estaba prevista la inauguración del complejo deportivo del barrio Modelo, cuyo nombre, cuentan, se debe a que sus habitantes fundacionales quisieron que fuera “un modelo para otros”. Para esa ocasión, también estaba invitado el gobernador, pero ya no era Nanclares, sino el justicialista Amado Nicomedes Juri.   

En la ceremonia estaba prevista la firma de las escrituras respectiva de la cesión de las flamantes instalaciones. Era tan significativo ese acto, que los vecinos invitaron al veterano atleta Andrés Guaymás para que saliera desde la Casa Histórica portando la lámpara votiva hasta el nuevo complejo deportivo. A su paso, el atleta era aplaudido por otros vecinos y una extensa caravana de automóviles lo acompañaba durante el recorrido.

Como señalan la arquitecta Olga Paterlini y el arquitecto Rolando Piñeiro (“La UNT y su incidencia en la construcción de la ciudad- la experiencia de Localizaciones Universitarias”), al igual que otros barrios de la misma época, el Modelo acompañó la construcción de viviendas a escala masiva, permitiendo la expansión de la ciudad hacia los suburbios. “A comienzos de los 60 la ciudad avanzaba decididamente sobre su periferia; se había terminado el Barrio El Bosque y con el Plan Federal de la Vivienda (VEA) se construía, entre otros, el Barrio Modelo de 575 unidades y sus servicios para la Cooperativa Barrio Modelo de Hogar Propio...”, añaden; y observan que “se trató de conjuntos urbanos que por sus ideas urbanísticas para la resoluciónde los conjuntos, hicieron un aporte renovador al tejido de la ciudad”.

En tiempos fundacionales no existía la plaza, no estaba la iglesia, ni la escuela República del Paraguay. Hoy, a 47 años de aquella inauguración urbanística, el barrio Modelo tiene plaza, iglesia, calles con pavimento y un complejo deportivo que concentra las visitas de familias que llevan a sus hijos desde temprano a practicar algún deporte.

Las diferentes tonalidades del verde se pueden descubrir a los cuatro vientos en la plaza. Por eso, a media mañana, es el paseo elegido por los runners para entrenar de punta a punta. De fondo se oye el canto de los pájaros, mientras los atletas en grupo o individualmente sigue corriendo alrededor de la plaza. Walter Martínez, de 24 años, y Facundo Gutiérrez, de 23 años, viven en el barrio Kennedy, pero siempre que pueden salir a correr eligen la plaza del barrio Modelo.

“Aquí hay más espacio y mucha sombra por tantos árboles; no hay con qué darle: es más linda”, dijo Walter.

De día, la plaza parece rendirle honor al nombre del barrio, pero de noche, todo cambia. Las farolas están rotas, todo es penumbras y el escenario pasa a convertirse en un territorio peligroso. La vecina Mabel Fernández recuerda que en su casa tienen fotos antiguas de cuando la plaza era tan sólo un cañaveral. “Lamentablemente esta plaza ha quedado relegada de la Municipalidad, porque en otros barrios hicieron obras para mejorarlas, como en el barrio Jardín, pero aquí nada”, se quejó.

Las remodelaciones

Limitadas por la calle Italia (al sur), Zenón Santillán (al norte), Bulnes (al Este), y avenida América (al Oeste), viven alrededor de 550 familias. Al principio, las construcciones habitacionales eran todas iguales, pero con el paso del tiempo fueron modificadas por sus propietarios. Una sola vivienda mantiene el diseño original y está ubicada frente a la plaza sobre calle Virrey Vértiz. El resto de las casas cambiaron sus fachadas.

Antes del mediodía, Federico Herrera empuja el cochecito en el que pasea su hija Candelaria, de un año. Dice que antes vivía en barrio Jardín, pero se cambió hace poco al barrio Modelo. “Aquí de día es una cosa y de noche, otra”, afirmó. “Entre los vecinos le pagamos a la seguridad privada para que recorra las calles de noche. Ellos andan en moto por las calles donde tienen contrato; cada vecino paga $ 400 por mes”, detalló.

La capilla de Nuestra Señora de los Ángeles está en la esquina de la plaza. Un grupo de chicos asiste a la catequesis, y se prepara para recibir la comunión en una misa que se hará el fin de semana. El edificio, pequeño pero coqueto, recibe a los fieles en tres misas que se reparten durante la semana.

Todos los días, el complejo deportivo atrae a las familias. Antes del mediodía es posible ver a padres y madres que llegan presurosos para dejar a sus hijos con amigos dentro del predio, ubicado Castro Barros y Guido Spano. Algunos, con más tiempo, aprovechan el aire fresco de la plaza y bajo una sombra generosa se toman unos mates con galletas a la espera de sus hijos.