Los tucumanos manejamos mal, pero no nos importa y le echamos la culpa al otro

Los tucumanos manejamos mal, pero no nos importa y le echamos la culpa al otro

Una muestra revela que los conductores conocen las leyes de tránsito. Nueve de cada 10 personas no las respetan. La mitad admite que usa el celular y un 70% se excede en los límites de velocidad. Al calificarse se ponen un 8, y 5 al resto. Según los expertos, falta mejorar la preparación para el primer permiso de conducir.

NO IMPORTA QUIÉN TIENE LA PRIORIDAD. En los cruces de avenidas, el que se adelanta primero y logra pasar sale ganando; por eso en estos lugares es dónde más accidentes se registran, según los expertos. LA ACETA / FOTOS DE JOSÉ NUNO.- NO IMPORTA QUIÉN TIENE LA PRIORIDAD. En los cruces de avenidas, el que se adelanta primero y logra pasar sale ganando; por eso en estos lugares es dónde más accidentes se registran, según los expertos. LA ACETA / FOTOS DE JOSÉ NUNO.-
25 Septiembre 2016
Siempre hay un llamado que podría ser una emergencia. No podemos esperar para atender el teléfono cuando estamos manejando.

Tampoco es tan necesario dar el paso al que viene por la derecha. Llegamos a la esquina y si nos alcanza el tiempo para atravesar la bocacalle apretamos el acelerador.

Sabemos que antes de arrancar hay que ajustar el cinturón de seguridad. Y sin embargo, cuando circulamos por la ciudad no nos importa. Total, ¿qué nos puede pasar?

Otro tema es la velocidad: está clarísimo lo que causa abusar del acelerador. Pero sólo si hay amenaza de multa respetamos los límites.

Los tucumanos conocemos las reglas cuando salimos a la calle, pero apenas ponemos primera la teoría se esfuma. Es lo que dejó en claro un relevamiento realizado este año en la provincia. Según esta muestra, nueve de cada 10 conductores admite que incumple las normas de tránsito. No obstante, la autocrítica es muy baja. Es más fácil echarle la culpa al otro. Esto se nota también en los incidentes que ocurren en las calles y lo ven especialmente en las compañías de seguro y en escuelas de manejo consultadas por LA GACETA.

Imprudencia grave

Las cifras surgen de un trabajo hecho por la Universidad Siglo 21 entre conductores de autos y motos (varones y mujeres) de todo el país. En Tucumán, el 43% de los encuestados admite que usa el celular cuando maneja, tanto para hablar como para enviar mensajes. Cuatro de cada 10 reconocieron haber cruzado algún semáforo en rojo en los últimos tres meses. En comparación con las demás provincias, en la nuestra el exceso de velocidad aparece como la imprudencia más grave: el 70% maneja a una velocidad mayor que la permitida.

La mitad de los consultados reconoce que si conduce a la madrugada pasa los semáforos en rojo y el 74% no se detiene si ve un cartel que dice “Pare”. Sólo un 15% fue multado por las infracciones que cometió.

Lo más sorprendente: a la hora de calificar su forma de manejar, con una puntuación del 1 al 10, los tucumanos al volante se ponen a sí mismos un 8. Eso sí: los demás conducen muy mal, así que ellos se merecen un 5, detallaron en el sondeo, en el cual afirmaron que los peores conduciendo son los jóvenes, a quienes calificaron con un aplazo.

Opiniones

Hasta el piloto Lucas Mohamed lo admite: “los tucumanos manejamos muy mal”. Se incluye en una de las infracciones: “a veces, depende quién llame, atiendo el teléfono y lo pongo en altavoz. Sólo lo hago si es de la familia. Pero obvio que está pésimo, una llamada nos distrae un montón si estamos conduciendo”.

“En general veo que la gente no respeta las normas, especialmente los motociclistas. Y en Tucumán hay muchísimas motos. Los sobrepasos son incorrectos, no respetamos las velocidades. El tucumano cree que puede hacer de todo con la baliza puesta”, señala el deportista. “El problema es que nos enseñan a manejar, pero no las normas de tránsito. Además, las multas deberían ser más efectivas; tiene que haber más mano dura y que los oficiales de tránsito estén capacitados”, resalta.

Mohamed, al igual que otros especialistas consultados, opinan que, aunque ahora hay cursos para sacar el carnet por primera vez, siguen fallando los procesos de formación de conductores.

¿Quién es responsable?

En las compañías aseguradoras confirman eso de que los conductores locales suelen patear la pelota para afuera. “La culpa siempre es del otro”, explica Felipe Rosemberg, productor de seguros.

Hay varios mitos que tienen los conductores para responsabilizar al otro. “Un caso común es cuando el asegurado es embestido en el sector delantero del vehículo pero la prioridad de mano la tiene el embistente. La prioridad de mano es absoluta en la Ley Nacional de Tránsito, salvo el caso de autopistas”, describe.

Las rotondas son fuentes de muchos conflictos. “La prioridad la tiene el que circula por ellas. Sin embargo, cuando hay un accidente el que trataba de ingresar a la rotonda siempre dice: ‘me chocaron’”, ejemplifica.

Guillermo Sandoval, asesor de seguros, comenta que nuestra provincia está siempre en el tope de las plazas con mayores índices de siniestralidad. “Hay casos realmente sorprendentes. Nadie quiere admitir que hace una mala maniobra. El tucumano, en general, no respeta la distancia que debe mantener con el auto que va adelante (es de tres a cinco metros). Por ello, el que choca de atrás siempre es el culpable, pero suele responsabilizar al que va adelante”, describe.

“Todos los días hay accidentes de moto. En virtud de su eterno apuro, estos son los conductores los que menos respetan las normas de tránsito”, asegura.

Malos hábitos

En la capital tucumana se registran cinco accidentes por día, de acuerdo a las estadísticas de la Dirección de Tránsito municipal. El 77% de los choques ocurre fuera del centro, lo cual confirma que los excesos de velocidad le ganan por goleada a la seguridad vial.

“Nadie respeta nada. Me estresa mucho manejar en la ciudad. En las esquinas nadie baja la velocidad; todo lo contrario: apuran la marcha”, apunta María Marta Pereyra, de 42 años, que todos los días va de Yerba Buena al centro para trabajar.

Mientras cargaba nafta en una estación de avenida Mate de Luna y Ejército del Norte, Rodrigo Bagno (47 años, taxista) sostuvo que el problema de base es: “vivimos cuestionando las normas y no respetamos al otro”.

Pedro Erazo, instructor de manejo y perito experto en accidentología, afirma: “nos enseñan a manejar, pero no a respetar las normas de tránsito. Hoy no se prioriza que haya una buena preparación de conductores. En general, se aprende con la ayuda de familiares o amigos, personas que no están preparadas y que suelen transmitir malos hábito. En otros países, se debe hacer un gran esfuerzo para conseguir el primer permiso”.

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